LA ROSA PÚRPURA DEL CAIRO (The Purple Rose of Cairo)
(USA) Orion / Rollins-Joffe, 1985. 82 min. Color y BN.
Pr Ej: Charles H. Joffe. Pr: Robert Greenhut. Ft: Gordon Willis. Mt: Susan E. Morse. DP: Stuart Wurtzel. Vest: Jeffrey Curland. Ms: Dick Hyman y grabaciones. G y Dr: Woody Allen.
Int: Mia Farrow, Jeff Daniels, Danny Aiello, Dianne Wiest, Van Johnson, Edward Herrmann, John Wood, Zoe Caldwell, Deborah Rush, Karen Akers, Milo O'Shea, Stephanie Farrow, Glenne Headly, Michael Tucker.
SINOPSIS: En la América de los años treinta, en plena Depresión, una chica frágil y soñadora casada con un gandul que además la maltrata, intenta escapar a su deprimente existencia refugiándose siempre que puede en el cine del barrio, donde absorbe con tal entusiasmo las fantasías creadas por Hollywood que un buen día viendo "La Rosa Púrpura del Cairo" el atractivo explorador de la película, sale de la pantalla y se enamora de nuestra heroína...
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| La realidad, siempre tozuda, acaba por devolver a Cecilia a su mundo del que solo puede alejarse durante el tiempo que dura la proyección de una película. |
COMENTARIO: En una lejana reseña crítica mía, a raíz del estreno de DESMONTANDO A HARRY, podía leerse esto: “Para los admiradores de Woody Allen tal vez resulte innecesario, por evidente, decir que cada nuevo film de este cineasta es un paso más en territorio conocido por el autor, pero un paso hacia adelante”. Quienes afirman que Woody Allen “siempre hace la misma película” demuestran haber visto muy pocos trabajos de este director y haberlo hecho con notoria desatención. Para desautorizar este tópico absurdo, bastaría con repasar su ya amplia filmografía, es decir, bastaría con ver sus películas.
Bien, a riesgo de sonar demasiado rotundo, considero a Woody Allen el más imaginativo realizador americano de estos últimos cincuenta años. Su capacidad para la puesta en escena resulta innovadora y brillante pero nunca pretenciosa al estar siempre al servicio de lo que cuenta, quedando claro que, a diferencia de Bergman (al que quiso “acercarse” en una etapa de su carrera), entre sus muchas virtudes cabría destacar la de saber dotar de transparencia y ligereza los temas más graves y complejos, consiguiendo películas como BROADWAY DANNY ROSE, HANNAH Y SUS HERMANAS, o la que ahora nos ocupa, una obra de arrebatadora belleza, tierna, suavemente divertida y a la vez profundamente triste. Una lúcida reflexión sobre las embelesantes propuestas de la ficción a una realidad miserable y prosaica como es la que vive Cecilia, esa pobre mujer que trabaja como camarera explotada por su jefe y maltratada y engañada por un marido gañán. La única evasión a su alcance de esa vida desdichada es el patio de butacas de un cine al que asiste habitualmente donde proyectan comedias y musicales escapistas y donde se opera el “milagro”, algo inadmisible para el mundo real cuyos representantes (paradójicamente, los hombres de aquel Hollywood) procurarán por todos los medios devolver las cosas a su sitio.
El propio Allen confesó hace mucho que la idea para LA ROSA PÚRPURA DEL CAIRO se la inspiró Fellini con aquella primeriza EL JEQUE BLANCO. Pero como dato curioso, proponiéndonos encontrar un claro precedente al tema tocado, tendríamos que retroceder a la etapa del mudo hasta aquella formidable cinta de Buster Keaton, EL MODERNO SHERLOCK HOLMES, donde el soñador proyeccionista de un cine, imposibilitado para materializar su romance, vive sus fantasías entrando y saliendo de la película que está proyectando en la sala. Si bien, el autor de MANHATTAN se muestra mucho más audaz llevando hasta las últimas consecuencias la idea inicial de los dos ejemplos mencionados.
Cierro lo que solo es un breve acercamiento a esta obra maestra de Woody Allen (que aquí se alejaba de la problemática de los neuróticos intelectuales neoyorquinos que venía retratando con frecuencia en su obra para centrarse en un escenario muy distinto, el de los humildes y vapuleados), destacando, además de una asombrosa fotografía de Gordon Willis, la matizada y, por momentos, sublime composición de Mia Farrow, uno de los grandes trabajos de esta actriz (estremecedor e inolvidable primer plano sostenido de ella en el cierre de la película).


















Me resulta difícil discernir si es la película de Woody Allen que más me gusta. Lo que es seguro, se trata de la que más me ha emocionado. Me caen lagrimones con el plano final de la Farrow.
ResponderEliminarSaludos.
Entiendo muy bien tu emoción porque a mí me ocurre algo parecido cada vez que veo esta película, ya sabes, como un nudo en la garganta cuando contemplo ese último plano de la Farrow. Por cierto, espléndida actriz cuando fue dirigida por Roman Polanski o Woody Allen, pero fuera de los platós su comportamiento en estas últimas décadas ha resultado aborrecible, propio de una enajenada, desde que se separó de Allen.
EliminarUn saludo.
Creo que fue el poeta Mihai Eminescu quien dijo aquello de “la vida es un bien perdido cuando no se ha vivido como se hubiese querido” y de ahí que Woody Allen quisiera aliviar la existencia de la pobre Cecilia haciendo que la ficción penetrara en su realidad. Ahora podríamos llamarlo “escapatoria virtual”. Estamos ante una emocionante película que nos cuenta una fábula sobre el poder del cine en un mundo que ya no existe, cuando las imágenes proyectadas en una pantalla funcionaban como una dulce anestesia cuyos efectos se diluían al salir de la sala.
ResponderEliminarSaludos.
Ahora acudimos a otras formas de inhibición, claro, porque existen demasiadas opciones de escapismo, pero cuando el que suscribe era un chaval, acudir al cine una vez a la semana y sumergirse en las películas constituía la única manera, las únicas ventanas por las que escapar a un triste y represor entorno sin expectativas, a una realidad acogotante. Por eso comprendemos tan bien a la pobre Cecilia en esa preciosa fábula que es LA ROSA PÚRPURA DEL CAIRO.
EliminarUn saludo.
Hermosa y emocionante, Teo, pero quiero comentar eso que dices, con toda la razón del tópico de que "siempre hace la misma película". Se puede decir que sus películas tienen su sello, desde los títulos de crédito hasta su puesta en escena, pero si citamos "Interiores", "La comedia sexual de una noche de verano", "Zelig", "Septiembre", "Delitos y faltas", "Sombras y niebla", "Misterioso asesinato en Manhattan" y "Match Point", por ejemplo, vemos claramente cómo Allen ha hecho cine muy diferente formalmente. En fin, no se pude luchar contra los tópicos, están demasiado instalados en lo común (y no hablo, por supuesto, solo de cine).
ResponderEliminarUn abrazo, Teo.
Existen autores con un universo personal muy acusado y con unas obsesiones que están ahí presentes en todos sus trabajos, apareciendo más o menos camufladas, maquilladas, o conjugadas con los argumentos y eligiendo, eso sí, diferentes opciones de puesta en escena en función de la temática abordada (el abanico formal del cine de Woody Allen es inmenso). No es el caso, por ejemplo, de un Ingmar Bergman ya que sus películas eran mucho más desnudas (y por tanto, nos parecían más duras y homogéneas) a la hora de mostrar sus angustias, miedos y fijaciones.
EliminarUn abrazo.
Totalmente de acuerdo en considerar ésta una de las mejores películas de Allen. Fascinante y hermosa, divertida y también triste, sorprende la facilidad con que mezcla realidad y fantasía, dotando a esta última de una extraña lógica (por ejemplo, la reacción de los personajes atrapados en la película sin un libreto que los guíe, resulta tan genial como hilarante; mientras, los abogados de Hollywood "prevén pleitos").
ResponderEliminarSaludos.
Los brillantes hallazgos ya a nivel de guión es uno de los marchamos que han distinguido el cine de Woody Allen. Esa aguda imaginación nos divierte, emociona o nos asombra, a veces las tres sensaciones al mismo tiempo, según la película de la que hablemos.
EliminarPor cierto, cuando en mi comentario sobre LA ROSA PÚRPURA DEL CAIRO aludía a un par de títulos que sin duda influyeron en su diseño, olvidé mencionar otro que probablemente sea el más conectado a la de Allen: DINERO CAÍDO DEL CIELO (Pennies from Heaven, 1981), la mejor película (y la más inclemente) de Herbert Ross.
Un saludo.
Has elegido una preciosa película para el tránsito al otoño. Me gustó tanto que no puedo por menos que sumarme a esos acertados y encendidos comentarios que he ido leyendo. Pocas veces he sentido una emoción tan intensa, una empatía hasta la lágrima y ese nudo en la garganta como en los últimos planos de Cecilia viendo "Sombrero de copa" en la sala de cine.
ResponderEliminarUn abrazo.
Siendo Woody Allen uno de los directores (cuánto lamentamos su retiro) cuya obra siempre he seguido con devoción, siendo cada película suya un regalo para la inteligencia y un manjar que alimenta mi cinefilia, sin embargo, no ha aparecido por este blog con la debida frecuencia, algo que ya estoy subsanando con la que ahora nos ocupa y sucesivas. Compruebo que LA ROSA te ha llegado tan hondo como a mí.
EliminarAbrazos.
En este post ya se han dicho muchas cosas sobre la película y me resta abundar en la delicadeza de ese retrato femenino que representa la camarera maltratada por su miserable entorno y se deja seducir por la fantasía como escapatoria. La maravillosa interpretación de Mia Farrow siempre me inunda los ojos las muchas veces que he visto esta película.
ResponderEliminarSolo quiero apuntar una cosa que considero como un homenaje a Buñuel: los personajes en blanco y negro de la comedia que ve Cecilia en el cine me recordaban y mucho a los de "El ángel exterminador" pues desde el momento en que deserta uno de ellos, quedan atrapados en lo bidimensional sin poder escapar ni proseguir su "vida". Feliz temporada otoño-invierno (si nos lo permite el deterioro generalizado).
Saludos!
Hola, Aurora. Me ha encantado que hayas reparado en ese, no sé si involuntario, homenaje al maestro Buñuel con esa sagaz observación que nos haces respecto a esos personajes en blanco y negro invitados en un recinto en el que esperan desconcertados y se debaten sin poder escapar.
EliminarPor otro lado, las mujeres, los retratos femeninos que efectúa Allen en sus películas suelen ser, cuando no están especialmente tocados por esa rezumante misoginia que aparece en ocasiones (que por supuesto no es el caso de la Cecilia de LA ROSA PÚRPURA DEL CAIRO), de una percepción y fineza dignas de un George Cukor.
A pesar de ese oscuro horizonte que tenemos delante, mi deseo es recíproco. Mientras tanto, un saludo.
Tengo la sensación de que Woody Allen hace sus películas, o por lo menos algunas de ellas, bajo la influencia de su estado de ánimo. Me acuerdo que después de una de sus más gozosas y optimistas comedias, "Todos dicen I love you", al año siguiente quizá porque en lo personal las cosas no le iban tan bien, realizó "Desmontando a Harry", una película tan ácida y autocrítica que parecía la obra de un tío que se ha mirado en el espejo y no se gusta.
ResponderEliminarQue yo recuerde, "La rosa púrpura del Cairo" es una de las películas más bellas y conmovedoras con una mujer de protagonista. Una obra mayor en la carrera de Woody Allen, y en ella Mia Farrow está definitivamente sublime.
Saludos.
Bueno, las películas de Woody Allen son "cine de autor" y ese ritmo puntual de un trabajo por año (que nosotros le hemos agradecido) ha dotado a su obra de unas características que, efectivamente, tienen mucho que ver con el momento y la circunstancia personal de ese autor. Así, sus estados de ánimo suelen quedar diáfanamente claros en las historias que nos cuenta y sobre todo, en cómo las cuenta dada la absoluta libertad con la que siempre ha rodado.
EliminarUn saludo.
Si valoramos la capacidad de Woody Allen para escribir magníficos guiones y después dirigirlos, y además hacerlo de manera prolífica, sin duda estoy de acuerdo en que es el más imaginativo o uno de los más imaginativos. Además es cierto que Allen es más ligero que Bergman, aunque esto puede ser un poco engañoso si lo consideramos sinónimo de trascendente. Yo diría que Woody es menos solemne que el sueco pero trata temas profundos y existenciales con parecida clarividencia y genialidad. También es verdad que a veces se puede poner más serio como en "Otra mujer", que es extraordinaria. En los últimos tiempos está de moda cuestionar los nuevos trabajos de Allen comparándolos con los de su brillante pasado, pero yo le seguía viendo muy en forma. Asistir cada año a la nueva de Woody continuaba siendo una de las mayorías garantías de pasarlo bien en el cine. Y Mia Farrow en "La rosa púrpura del Cairo" nos hace pensar en las veces que nosotros mismos hemos huido de la realidad prosaica y vulgar, para sumergirnos en una sala oscura y mágica. Para soñar y evadirnos durante un rato.
ResponderEliminarUn saludo.
En muchas de sus películas, Allen suele hablarnos de los considerados "temas profundos" y para que los absorbamos mejor aplica un principio farmacéutico, es decir, las sustancias activas por sí mismas no son fácilmente asimiladas por el cuerpo humano; necesitan ser administradas en la forma apropiada, por lo tanto se disuelven con un elemento vehiculador, el excipiente. En tono de comedia se puede llegar más fácilmente al espectador y decir muchas más cosas (por graves que sean) que en clave dramática, y para ejemplo ahí tenemos EL APARTAMENTO de Wilder.
EliminarSiendo muy interesantes INTERIORES y OTRA MUJER, me gustan menos que otros trabajos del amigo Woody quizá porque ahí su depurada narrativa, inteligente, desnuda e implacable, se adscribía sin tapujos al estilo bergmaniano a la hora de proporcionarnos un afilado dibujo de esa determinada clase acomodada neoyorquina, intelectuales insatisfechos llegados a un punto de inflexión en sus vidas, por otro lado, inquilinos habituales en la filmografía del realizador.
Un saludo.
Una de las mejores películas de Woody Allen, y eso es decir mucho. Todo lo que vemos en pantalla desde el inicio hasta el final no tiene desperdicio. La actuación de Mia Farrow es muy notable, y la de Jeff Daniels siempre creo que quiere imitar a Joel McCrea, o que, simplemente, su presencia me recuerda al actor de cine clásico.
ResponderEliminarMuy bien traída la película de Keaton, otro ejemplo sobresaliente de cine dentro del cine, en este caso comedia también de altura.
Saludos.
Sí, en efecto, creo que existe cierta similitud entre el rostro de Daniels y el de Joel McCrea, aunque carezca de la nobleza y el tranquilo aplomo que irradiaba el del protagonista de DUELO EN LA ALTA SIERRA.
EliminarUn saludo.
Si cayera en la tentación de elaborar una lista con, pongamos, las quince películas que más me han gustado a lo largo e mi vida, puedo adelantar que al menos cinco estarían dirigidas por Woody Allen. Por supuesto, uno de los títulos sería "La rosa púrpura del Cairo", cálida, nostálgica e imaginativa fábula que viene a reivindicar el ensoñadpr poder del cine para calmar los escozores de una vida sin expectativas. Me encanta.
ResponderEliminarUn saludo.
En ese proyecto de lista podríamos estar hermanados en el número de películas allenianas que la formaran. Y desde luego, LA ROSA PÚRPURA DEL CAIRO, estaría ahí como una de mis preferidas de su filmografía, en la que nos cuenta la historia de esa malhadada Cecilia que ha de refugiarse en la redentora placenta de las películas frente a lo decepcionante que suele ser la vida.
EliminarUn saludo.