ANASTASIA (Anastasia)

(USA) 20th Century-Fox, 1956. 105 min. Color. CinemaScope.

Pr: Buddy Adler. G: Arthur Laurents, basado en la obra de Guy Bolton y Marcelle Maurette. Ft: Jack Hilyard. DA: Andrei Andreiev y William Andrews. Vest: René Hubert. Ms: Alfred Newman. Dr: Anatole Litvak.

Int: Ingrid Bergman, Yul Brynner, Helen Hayes, Akim Tamiroff, Martita Hunt, Ivan Desny, Felix Aylmer, Sacha Pitoeff, Natalie Schafer, Gregoire Gromoff, Karel Stepanek.

Una mujer sin memoria (Ingrid Bergman) rescatada in extremis al borde del Sena.
Este es el General Sergei Bounine (Yul Brynner), su rescatador, un ruso blanco exiliado en París en busca de fortuna.
Esta mujer cree recordar su nombre, Anna Koreff.
Boris Chernov (Akim Tamiroff), socio de Bounine, se muestra algo excéptico respecto al plan de Bounine de hacerla pasar por la princesa Anastasia.
Ese es el plan. Para ello la someterán a exhaustivos interrogatorios e iniciarán con ella un duro programa de "adiestramiento".
Pose promocional en la que Ingrid Bergman de 41 años no puede evitar que en su rostro demacrado puedan leerse las huellas del final de su larga y dura relación con Rossellini.
Junto a su otro socio, Petrovin (Sacha Pitoeff), Bounine con su mirada hipnotizante parece querer taladrar la mente amnésica de Anna.
He aquí a los tres encartados atando cabos para ese elaborado plan de suplantación.
Bounine cree que esa Anna está ya preparada para ser "presentada en sociedad".

SINOPSIS:
En 1928, en París, una mujer amnésica a punto de arrojarse a las aguas del Sena, es rescatada por un general ruso exilado que cree ver en ella a una convincente candidata para ser presentada como la Gran Duquesa Anastasia, hija del Zar Nicolas, presumiblemente salvada de la ejecución en 1918. Antes de ser presentada como tal, la somete a un duro adiestramiento. Pero finalmente sus mercenarias pretensiones se irán diluyendo porque se habrá enamorado de ella.

Una entrevista previa con la Baronesa von Livenbaum (Marita Hunt) como vía par llegar a la exiliada emperatriz María Feodorovna.
Un momento muy delicado: la que es presentada como supuesta princesa Anastasia, su nieta, ante María Feodorovna (Helen Hayes).
Hay resistencia por parte de la anciana emperatriz de creer que Anastasia sobrevivió a sus verdugos. Sin embargo, percibe detalles en esa mujer que la inclinan a pensar que tal vez sí...
Una cena organizada con el Príncipe Paul von Haraldberg (Ivan Desny), bajo la atenta mirada de Bounine.
Bounine observando a una emperatriz deseosa de creer que ha recuperado a su nieta.
El pragmático Chernov susurrando a Bounine aquello de que "cuando un actor se cree su personaje, hay que despedirle", refiriéndose a la falsa Anastasia.
Entre Bounine y Anna se han establecido lazos emocionales que hacen tambalear los propósitos iniciales.
Y cuando en ese plan ya todo está ganado, surge el amor como elemento desbaratador.
Posado protocolario de los tres protagonistas de esta historia.

COMENTARIO:
Yul Brynner, por aquel tiempo en el cénit de su carrera y en posesión de un orientalizado físico de indudable magnetismo, e Ingrid Bergman, recién regresada al redil tras siete años de deserción europea en "pecaminosa" yunta artístico-sentimental con Roberto Rossellini que Hollywood perdonó a regaña­dientes, fueron la estimulante pareja, de química perfecta, para protagonizar esta fascinante y romántica historia (que poco o nada tiene que ver con la Historia). Anatole Litvak, que no es un director por el que sienta una especial devoción, consiguió aquí, no obstante, uno de sus trabajos más inspirados en el que la solidez de la puesta en escena rebasa, por momentos, ese nivel y alcanza en algunas secuencias cotas de anegante intensidad dramática.

En suma, creo que estamos ante un producto sin genio pero tan hábilmente diseñado que consigue subyugar. Supongo que eso es lo que importa. Por eso, aún sin comprender muy bien los motivos, ANASTASIA es una de esas películas sobre la que vuelvo una y otra vez. Un día de estos, me detendré a analizar tan subjetivo asunto. Si alguien de los que leen estas líneas está en posesión de la clave que no dude en aclarármelo. Sospecho que su acertado casting tiene mucho que ver.

En cuanto a Ingrid Bergman, Hollywood, para certificar el perdón a su hija pródiga y demostrarla que donde mejor estaba era “en casa”, la premió con un Oscar por su magnífica composición de esa plausible Anastasia inventada por el guionista (el magnífico Arthur Laurents). Brynner, curiosamente, también lo ganó ese año pero por EL REY Y YO.

 UN AMERICANO EN PARÍS (An American in Paris) 

(USA) MGM, 1951. 113 min. Color.

Pr: Arthur Freed. G: Alan Jay Lerner. Ft: Alfred Gilks y John Alton. Mt: Adrienne Fazan. DA: Cedric Gibbons y Preston Ames. Vest: Orry-Kelly, Walter Plumkett & Irene Sharaff. Cor: Gene Kelly. Ms y Can: Saul Chaplin (sin acreditar) y George Gershwin. Dr: Vincente Minnelli.

Int: Gene Kelly, Leslie Caron, Oscar Levant, Nina Foch, Georges Guetary, Eugene Borden, Martha Bamattre, Anna Q. Nilsson, Madge Blake, Dick Wessel, Hayden Rorke.

Este es Jerry Mulligan (Gene Kelly), un animoso americano anclado en París.
Jerry pretende ganarse la vida vendiendo los cuadros que pinta en las calles de Montmartre. Milo Roberts (Nina Foch), una adinerada turista americana parece interesarse por sus pinturas.
Lise Bouvier (Leslie Caron) es una jovencita francesa que nuestro Jerry ha conocido en un restaurante, dejándole fascinado.
Milo ha comprado dos cuadros a Jerry y éste se los ha llevado a su hotel.
Henri Laurel (Georges Guetary) y Adam Cook (Oscar Levant) son dos amigos de Jerry.
Lise ha cedido al insistente acoso de Jerry. La chica también se siente atraído por él.
Un nocturno y romántico "pas de deux" junto al Sena.

SINOPSIS: Un joven pintor americano que reside en París, alegre y despreocupado, es descubierto, apadrinado y protegido por una rica campatriota suya que abriga esperanzas de seducirlo. Pero él rechaza sus favores porque se ha enamorado de una linda francesita que, oh! resulta ser la prometida de su mejor amigo.

Tres imágenes de Lise descrita alternativamente por Henri y Jerry.



Jerry complaciendo a sus amiguitos del barrio con un divertido baile conjunto.
Milo, en realidad más interesada por Jerry que por sus cuadros, asiste con Adam y unos amigos a un baile de disfraces.
A continuación, diferentes momentos del ballet  "Rhapsody in Blue", el número musical más espectacular de la película, inspirado visualmente en cuadros impresionistas.



COMENTARIO:
Uno de los musicales más famosos de la historia del cine, rodado en el apogeo del género, cuando la Metro tenía en su seno al desenvuelto y creativo productor Arthur Freed, empeñado en desanquilosar el concepto del género y renovarlo insuflándole oxígeno y dinamismo (pueden ponerse muchos ejemplos pero bastaría con mencionar UN DÍA EN NUEVA YORK, dirigida por Stanley Donen y Gene Kelly, para demostrarlo). Freed entendió muy bien las innovadoras propuestas de talentos como los de Donen y Kelly, y por supuesto mimó a un Vincente Minnelli, el más elegante y refinado cultivador del género con el que ya había producido EL PIRATA. Luego vendría el título que ahora nos ocupa y a continuación MELODÍAS DE BROADWAY 1955 (The Band Wagon, 1953), BRIGADOON (1954), GIGI (1958) y BELLS ARE RINGING (1960).

Fascinante, alegre, colorista y casi perfecto en su estructura, UN AMERICANO EN PARÍS llega a pecar, sin embargo, de un excesivo énfasis en lo "artístico" por el evidente intento por parte de Minnelli de emparentarlo visualmente con una serie de referencias pictóricas. En cualquier caso, contiene deliciosos momentos de comedia y lo que sin duda constituye toda una esperiencia hipnótica para el espectador como son los números musicales que culminan con ese ballet “impresionista” final. Todo ello recorrido y bailado por un antológico Gene Kelly.

Nota: fue galardonada con cuatro Oscars: película, guión, fotografía, arreglos musicales (Saul Chaplin y Johnny Green).

TÚ Y YO (An Affair to Remember)

(USA) 20th Century-Fox / Jerry Wald, 1957. 114 min. Color. CinemaScope.

Pr: Jerry Wald. G: Delmer Daves y Leo McCarey. Ft: Milton Krasner. Mt: James B. Clark. DA: Lyle R. Wheeler y Jack Martin Smith. Ms: Hugo Friedhofer. Can: Harold Adamson y Leo McCarey (cantada por la Kerr y Vic Damone). Dr: Leo McCarey.

Int: Cary Grant, Deborah Kerr, Richard Denning, Cathleen Nesbitt, Neva Patterson, Charles Watts, Robert Q. Lewis, Fortunio Bonanova, Louis Mercier, Geraldine Wall.

Nickie Ferrante (Cary Grant) con su prometida Lois (Neva Patterson).
Y aquí tenemos a Terry McKay (Deborah Kerr) con su prometido Kenneth (Richard Denning).
Nickie y Terry se encuentran en un crucero e inmediatamente surge atracción entre ellos.
Entre los pasajeros del trasatlántico los hay que sienten curiosidad por la pareja.
Los coqueteos iniciales están dejando paso al amor, pero no son libres.
La popularidad de él les empuja a intentar (inútilmente) guardar las apariencias.
Resulta difícil sustraerse a los sentimientos.
Aprovechando una escala del trasatlántico desembarcan para visitar a la abuela Janou (Cathleen Nesbitt) en su residencia de la Costa azul y Nickie le presenta a Terry.
La abuela Janou se siente muy dichosa de volver a ver a su nieto.
No obstante, la anciana presiente que será la última vez que tenga a su nieto junto a ella.

SINOPSIS: Durante un crucero de placer, un pintor mimado por el público, elegante y seductor, conoce a una atractiva pasajera, mujer inteligente y de refinados moda­les. Pronto surge el amor entre ellos. Sin embargo, finalizada la travesía y antes de proseguir con su romance, deciden de mutuo acuerdo zanjar sus previos compromisos sentimentales. Para ello, se dan un plazo razonable y acuerdan reencontrarse en la terraza del Empire State en una fecha determinada. Pero la fatalidad quiere que ella, cuando se dirige al lugar de la cita...

Aunque la artrosis de sus dedos se lo dificulta, la abuela toca una evocadora pieza al piano a modo de despedida. De fondo se oye la sirena del barco llamando a los pasajeros.
Un momento de amor y fe.
El romántico viaje está llegando a su fin y antes de desembarcar prometen verse de nuevo cuando hayan zanjado sus respectivos compromisos.
La mirada de Terry sigue a Nickie mientras desembarca y a continuación lo hará ella.
Una última secreta mirada. Su cita será dentro de un año en la última planta del Empire State Building.
Una mala jugada del azar saboteó aquella cita. Tiempo después vuelven a encontrarse en un teatro acompañados de sus respectivas parejas.
Nickie ha decidido visitar a Terry en su apartamento.
Nickie aún cree que ella no acudió a la cita porque decidió no romper con su prometido y ella le oculta el verdadero motivo: un accidente que la dejó inválida.
Él finalmente descubre que está postrada en el sofá con sus piernas paralizadas. 
Un ortodoxo posado promocional.

COMENTARIO: Remake del film que el propio McCarey rodó en 1939, sin apenas modificaciones respecto al modelo, pero con sutiles, enriquece­doras, substanciales mejoras cifradas en una elegante y percep­tiva concepción de la puesta en escena que se libera de algunas trasnochadas servidumbres formales que lastraban la, en cualquier caso, excelente primera versión. Así, la relación desarrollada entre los personajes interpretados aquí por Cary Grant y Deborah Kerr resulta más inteligente y rica en matices que lo fuera en su día la de Charles Boyer con Irene Dunne.

La cámara, serena y diestra, siempre en el ángulo perfecto y a la distancia adecuada (magnífico uso del formato Scope), supo capturar con magistral precisión la "verdad" de los personajes, el instante fugitivo, la elocuencia de una mirada, el valor y significado de un leve desplazamiento, el impacto emocional de un sonido (una sirena de barco), un objeto en el decorado (un piano, una manta ocultando unas piernas inertes). En esta obra perfecta, indudable cumbre en la carrera de Leo McCarey, debemos destacar además una inspiradísima y refinada dirección de actores que nos brinda magníficos trabajos de Deborah Kerr y el siempre estimulante Cary Grant. La presencia de este actor resulta definitiva para empujar en muchos momentos el tono narrativo del film hacia ese terreno liviano, sofisticado y feliz de la "alta comedia", lo que, por otro lado, no impide que la cinta contenga en clave de melodrama algunas secuencias memorables cuyo visionado siempre han provocado en quien esto escribe (a riesgo de ser considerado un sentimental incurable) un inevitable "nudo en la garganta" y el flujo a duras penas contenido de lágrimas en los ojos. Me refiero a la que describe la visita a la abuela durante una escala del barco y el noqueante encuentro final de Grant y Kerr con ella recostada en el sofá tratando de ocultar el verdadero motivo de su inmovilidad. Ya no volverán a hacerse películas como ésta. 

SIEMPRE HACE BUEN TIEMPO (It's Always Fair Weather) (USA) MGM, 1955. 101 min. Color. CinemaScope. Pr: Arthur Freed y (sin acreditar) R...