VIDAS REBELDES (The Misfits)

(USA) United Artists / Seven Arts / Samuel Goldwyn Company / Polyphony, 1960. 124 min. BN.

Pr: Frank E. Taylor y (sin acreditar) John Huston. G: Arthur Miller. Ft: Russell Metty. Mt: George Tomasini. DA: William Newberry, Stephen Grimes y Frank McKlevy. Vest: Jean Louis y Dorothy Jeakins. Ms: Alex North. Dr: John Huston.

Int: Clark Gable, Marilyn Monroe, Montgomery Clift, Thelma Ritter, Eli Wallach, James Barton, Estelle Winwood, Kevin McCarthy.












SINOPSIS:
Una mujer que se encuentra en Reno para formalizar su divorcio, conoce a un maduro vaquero, individualista e inadaptado, que la invita a pasar unos días en su rancho al borde del desierto de Nevada donde él, acompañado por dos amigos, malgasta su errática vida cazando caballos salvajes por encargo de una empresa que comercializa su carne como alimento para perros. La convivencia de estos cuatro personajes en tan árido y apartado lugar hará estallar la dramática realidad de unas vidas fracasadas.









Trabajar con Gable representó para Marilyn un sueño que arrastraba desde niña cuando veía sus películas en los cines de sesión continua, identificándolo con la figura del padre que nunca conoció.

COMENTARIO:
Las dolorosas circunstancias que rodearon la gestación de esta película, haciendo víctimas a todos los miembros del equipo, sin duda condicionaron el resultado final. El delicado momento por el que pasaba Marilyn Monroe en aquellos días (un reciente y dramático aborto, su matrimonio con Arthur Miller derrumbándose), hacía que chapoteara con desesperación en un mar de neurosis y depresiones que la llevaron finalmente a ser ingresada en una clínica tras un enfermizo y desesperante comportamiento durante todo el rodaje. Clark Gable con la salud quebrantada moría de un ataque al corazón apenas finalizada su intervención en el film y John Huston conseguía en virtud de los avatares que jalonaron y modificaron las formas y contenidos de la película (Arthur Miller reescribía los diálogos sobre la marcha para adaptarlos a la realidad de quienes los interpretaban), una obra sincera y estremecedora, desesperada y patética. Marilyn nunca estuvo mejor como actriz "interpretando" a esa Roslyn sensitiva, inerme y desamparada. Igualmente, Gable y Clift incorpo­raron con noqueante fuerza dramática a esos cowboys-dinosaurios que se aferran a un estilo de vida que está en trance de desaparecer (–¡cualquier cosa es mejor que un empleo a sueldo! –grita uno de ellos).

En suma, empleando un símil teatral, estamos ante una de esas grandes representaciones terminales en que los dramáticos estertores que sacudían a los componentes del equipo entre bastidores tenían su reflejo en el escenario, contaminando la obra, modificando su forma y dotándola de una dimensión bigger than life. Lo cierto es que cada vez que reviso esta película, lo paso fatal. 

LAS VEGAS 500 MILLONES / THEY CAME TO ROB LAS VEGAS

(Esp-Fr-Al-It) Isasi P.C. / Capitole / Eichberg / Franca Films / Warner Bros, 1969. 128 min. Color. Tchniscope.

Pr Ej: Nat Wachsberger. G: Antonio Isasi, Lluís Josep Comerón, Jorge Illa y Jo Eisinger, basado en la novela de André Lay. Ft: Juan Gelpi. Mt: Emilio Rodríguez y Elena Jaumandreu. DA: Tony Cortés y J. Alberto Soler. Vest: Ilga Penezis. Ms: Georges Garvarentz. Pr y Dr: Antonio Isasi.

Int: Gary Lockwood, Elke Sommer, Lee J. Cobb, Jack Palance, Jean Servais, Georges Geret, Roger Hanin, Fabrizio Capuzzi, Gustavo Ré, Daniel Martín, Maurizio Arena, Armand Mestral, Gerard Tichy, George Rigaud, Enrique Ávila, Rubén Rojo, Carlos Ballesteros, Fernando Hilbeck, Beni Deus.











SINOPSIS:
Un grupo de expertos criminales planean y ejecutan un arriesgado golpe en el que secuestran un furgón blindado, haciéndole "desaparecer" en el desierto de Nevada. Paralelamente, un agente del Tesoro obsesionado con la idea de atrapar en operaciones ilícitas a un magnate de Las Vegas (dueño de la mercancía que transportaba el furgón), intentará por su cuenta conectar los hechos.










Finalmente, las desavenencias entre los miembros de la banda frustran los sueños de Tony (Gary Lockwood).

COMENTARIO:
Tras el buen funcionamiento en taquilla de LA MÁSCARA DE SCARAMOUCHE y a continuación el descomunal e inesperado éxito comercial obtenido con su siguiente film, ESTAMBUL 65, Antonio Isasi quedó colocado en una posición privilegiada en la industria y a partir de entonces fue bombardeado con muchas ofertas (algunas desde el otro lado del Atlántico). Tal vez ante la inseguridad que le provocaba la perspectiva de pisar terrenos desconocidos y resbaladizos (la idea de rodar en Hollywood nunca le sedujo), le empujó a embarcarse en un proyecto propio y así tener un mayor grado de libertad y de control sobre su trabajo. Una coproducción europea fue la solución para poner en pie el proyecto de LAS VEGAS 500 MILLONES.

Se trata de un thriller multinacional, ambicioso y sofisticado, con una concepción de la puesta en escena basada en la cuadriculación de las secuencias mediante un montaje fragmentador y excluyente (en las antípodas de un Walsh o Tourneur, por citar dos nombres ilustres). Una forma de hacer cine por lo general poco convincente, pero que en el caso del film que nos ocupa estuvo aplicado con una buena dosis de sabiduría, resultando de ello una "ligereza" narrativa que le viene muy bien al producto, espectacular, tenso y verdaderamente emocionante en algunos momentos.

Naturalmente se eligieron algunos actores americanos que dieran carácter a la trama y ayudaran a vender el producto. Gary Lockwood, recién salido de las exigentes manos de Kubrick, fue la segunda opción tras renunciar a Tony Curtis (cometió el error de pedir demasiado dinero). Además de presencias tan potentes como Lee J. Cobb y Jack Palance, también se contó con la participación del emblemático protagonista de RIFIFÍ para una corta intervención. Elke Sommer, en aquellos momentos en la cresta de la ola, sirvió eficazmente para adornar la película.

Como anecdótica nota informativa, debemos reseñar el virtuoso trabajo de camuflaje realizado en esta película, rodada (salvo algunos planos de ambientación) en Barcelona y Almería. También la curiosidad de ver entre el equipo de guionistas a Jo Eisinger (se encargó de los diálogos), insigne autor de algunos excelentes guiones del mejor cine negro (NOCHE EN LA CIUDAD de Jules Dassin, DELITO DE PASIÓN de Gerd Oswald, etc.). 

LA CONDESA DE HONG KONG (A Countess From Hong Kong)

(GB) Universal / Chaplin Film Productions, 1967. 120 min. Color.

Pr: Jerome Epstein y Charles Chaplin (sin acreditar). Ft: Arthur Ibbetson. Mt: Gordon Hales. DP: Don Ashton. Vest: Rosemary Burrows y (sin acreditar) Olga Lehmann. G, Ms y Dr: Charles Chaplin.

Int: Marlon Brando, Sophia Loren, Tippi Hedren, Sydney Chaplin, Patrick Cargill, Margaret Rutherford, Oliver Johnston, Michael Medwin, John Paul, Angela Scoular, Angela Pringle, Jenny Bridges, Bill Nagy. Cameos: Geraldine Chaplin, Charles Chaplin.











SINOPSIS:
Un diplomático americano, durante una escala en Hong Kong del barco en el que viaja, efectúa una escapada nocturna y conoce a una bella muchacha de origen ruso que se gana la vida como "señorita de compañía" en los bailes de la ciudad. Cuando nuestro hombre, tras una noche loca, reanuda su crucero, descubre que esa chica se ha colado en su camarote como polizón.










Marlon Brando y Sophia Loren recibiendo instrucciones del gran maestro Chaplin.

COMENTARIO:
La última realización de Charles Chaplin (de tenso rodaje a causa de diversas incidencias pero sobre todo por la saboteadora actitud de Marlon Brando) fue denostada por la crítica que en su día la tildó de cine rancio y chocheante. Injusta y cegata apreciación para una obra bañada por la serenidad, conmovedora en su romanticismo y por supuesto con la opción de un humor muy visual. En este sentido, no me resisto a mencionar las set-pieces del mayordomo Hudson (Patrick Cargill), la inenarrable Miss Gaulswallow (Margaret Rutherford) en su camarote, y el constante juego de puertas que se abren y cierran con los personajes irrumpiendo o desapareciendo. Todo ello, finalmente, impregnado con el aroma de un perfume de añoranza por el paraiso perdido (elemento clave es la evocadora música compuesta por Chaplin) de quien en esos momentos sospechaba o tal vez tenía ya la certeza de que había llegado al final de su trayectoria.

Han transcurrido más de seis décadas desde su estreno y si bien algunas de aquellas inmisericordes opiniones vertidas sobre LA CONDESA DE HONG KONG han ido decantándose hacia una más lúcida apreciación de sus virtudes, lo cierto es que aún sigue teniendo muchos detractores. Resulta poco alentador para un miembro de la vieja guardia -como el que suscribe-  tener que remar contracorriente para defender esta hermosa y fascinante película tratando de recolocarla en el privilegiado lugar que le corresponde.

Por eso, en ocasiones, cuando uno se encuentra en el borde de la soledad defendiendo sin respaldo algo en lo que cree o que le apasiona, resulta reconfortante encontrar un compañero de armas en la cruzada. En el recuerdo están mis enriquecedoras charlas con Juan Cobos a quien debo el inicio de mi “educación cinematográfica”.

Ciertamente, LA CONDESA DE HONG KONG es una preciosa, romántica y crepuscular obra maestra que, por cierto, Chaplin quiso haber rodado muchos años antes pero no pudo (entonces quería a Paulette Goddard para protagonizarla). Lo logró finalmente en su vejez y a pesar de las dificultades, ahí están unos intérpretes muy bien dirigidos (una estupenda y chaplinesca Sophia Loren) y una puesta en escena frontal, elegante y cristalina (mal entendida como teatral). Sí, una maravilla.

Si me empujaran a elegir las cinco mejores películas de Charles Chaplin, dudaría a la hora de elegir las otras cuatro, pero no con ésta. 

GERTRUD (Gertrud) (Din) Palladium / Pathé Contemporary, 1964. 116 min. BN. Pr: Jørgen Nielsen. G: Carl Theodor Dreyer, basado en la obra ...