BARRABÁS (Barabbas)

(USA-It) Columbia / De Laurentiis, 1961. 143 min. Color. Super Technirama 70.

Pr: Dino de Laurentiis. G: Christopher Fry, basado en la novela de Pär Lagerkvist. Ft: Aldo Tonti. Mt: Raymond Poulton. DA: Mario Chiari. Vest: Maria de Matteis. Ms: Mario Nascimbene. Dr: Richard Fleischer.

Int: Anthony Quinn, Silvana Mangano, Ernest Borgnine, Vittorio Gassman, Jack Palance, Arthur Kennedy, Katy Jurado, Harry Andrews, Valentina Cortese, Norman Wooland, Arnoldo Foá, Laurence Payne, Douglas Fowley, Robert Hall, Michael Gwynn, Joe Robinson, Carlo Giustini, Ivan Triesault, Paola Pitagora, Emma Baron, Sharon Tate.

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Barrabás (Anthony Quinn) es sacado de la mazmorra, requerido para comparecer ante Poncio Pilatos
Tras ser indultado, lo celebra entre los suyos e intenta retomar su relación con Rachel (Silvana Mangano).
Mientras, en el monte Gólgota, Jesús es crucificado en lugar de Barrabás durante un eclipse total que sus atemorizados seguidores achacan al carácter divino del reo.
Esta es María (Emma Baron) asistiendo a la agonía y muerte de su hijo.
Rachel, convencida de que Jesús ha resucitado, aguanta con resignación el burlón escepticismo de Barrabás.
De nuevo vemos a Rachel contraviniendo las leyes romanas al predicar su fé cristiana entre los suyos.
Rachel frente al sepulcro abierto.
Detenida y acusada de sedición, es condenada a morir lapidada.
El resentimiento de Barrabás por la muerte de Rachel le empuja a volver a delinquir y es apresado de nuevo.
Condenado de por vida a trabajar en una mina de azufre, al cabo de años en ese duro cautiverio conoce a Sahak (Vittorio Gassman), un cristiano convencido.
En el catastrófico hundimiento de la mina, ambos salvan la vida milagrosamente.
El patricio Rufio (Norman Wooland) compra a Barrabás y su compañero Sahak para llevarlos a Roma y convertirlos en gladiadores.
En la escuela de gladiadores, Sahak conoce a Lucius (Ernest Borgnine) un esclavo que profesa secretamente la fé cristiana.

SINOPSIS:
Mientras Jesús de Nazaret es condenado a morir crucificado, Barrabás, delincuente convicto de varios delitos y reo de muerte, es indultado durante la Pascua judía a petición del pueblo. La vida posterior del bandido, llena de lances, desgracias y aven­turas, estará marcada por este hecho, que le irá acercando paulatinamente, no sin resistencia, a la fe cristiana.

El temible Torvald (Jack Palance), líder del equipo de gladiadores, siente una notoria animadversión hacia Barrabás al que considera demasiado viejo para luchar en la arena.
Torvald tratando de poner en ridículo a Barrabás durante los entrenamientos.
Sahak lo pasa muy mal en la arena del circo cuando desoye la petición de los espectadores de rematar a su vencido adversario.
Finalmente es descubierto como practicante de la religión cristiana y condenado a morir lanceado por sus compañeros que se niegan a hacerlo.
Barrabás, obligado a contemplar la ejecución de su amigo Sahak a manos de Torvald, admira su entereza mientras anida en su alma el deseo de vengarle.
Y llega el día en que Barrabás tendrá que enfrentarse a Torvald en la arena del circo.
En esa terrible circunstancia, Barrabás tendrá que utilizar la astucia más que la fuerza para tratar de salvar el pellejo.
El alarido aterrador de Torvald cuando inicia el ataque desde su cuádriga.
Aclamado por el enardecido público cuando por fin logra derribar al imbatible Torvald.
El vencido pide clemencia al emperador pero no le es concedida y  Barrabás, tras dudar por un momento, le hunde la espada en la garganta. Su amigo está vengado.
Aquí le vemos recibiendo el trofeo que le convierte en un hombre libre.
Lo primero que hace tras abandonar la arena del circo es rescatar el cuerpo de Sahak y respetando su fé, darle cristiana sepultura.
Sin embargo, las dudas que le atormentan y su errónea interpretación de los hechos, le llevan a ser apresado como pirómano durante el incendio de Roma instigado por Nerón, y es crucificado junto al resto de cristianos imputados.

COMENTARIO:
A partir de la muy apreciable elucubración literaria del sueco Pär Lagerkvist (leí esa breve pero intensa novela en 1966, siendo un adolescente, y aún recuerdo con nitidez aquella experiencia), el prestigioso dramaturgo inglés Christopher Fry construyó un excelente e introspectivo guión en torno a la oscura figura de Barrabás, secularmente, un personaje "histórico" siempre aludido y nunca abordado.

El realizador Richard Fleischer se apoyó en ese guión para realizar, sin salirse -sólo en apariencia- de las pautas impuestas por el género espectacular frecuentado en la época (BEN-HUR, ESPARTACO, REY DE REYES), una impresionante película de poderosa narrativa que, por momentos, generaba imágenes de una fuerza noqueante.

Es muy posible que en aquel Hollywood de hace más de medio siglo consideraran a Fleischer un simple y eficiente todoterreno que garantizaba el acabado formal del producto. A aquellos mercaderes les bastaba esta etiqueta industrial y no sabrían (ni les interesaba) apreciar las diferencias entre una película de él y otra de, por ejemplo, Michael Aderson. Supongo que para la Fox, SÁBADO TRÁGICO y LOS DIABLOS DEL PACÍFICO fueran dos más en los planes de producción de 1955 y 1956, o DUELO EN EL BARRO un western de cuota para 1959. Pero, en fin, que me salgo del tema. Voy a citar algunos fragmentos de BARRABÁS que sirven como ejemplo del vigoroso sentido de puesta en escena de Fleischer, de la sabia utilización de elementos (lluvia, viento, polvo, sudor, sangre mezclándose con el barro) y matices (miradas, situación y movimientos de los actores dentro del encuadre) que le convierten en un auténtico maestro de la fisicidad: todas las secuencias que se desarrollan en las minas de azufre, las que nos descubren la dureza cotidiana en la vida de un gladiador, la portentosa secuencia de la ejecución de Sahak, todo lo relativo al personaje de Torvald (un escalofriante Jack Palance soberbiamente dirigido). 

Tal vez el contexto en el que se desarrollan los acontecimientos marcara algunas imposiciones, obligando en cierta manera a guionista y realizador a recargar las tintas sobre los elementos religiosos de la historia, especialmente en el último tercio de la cinta, pero al margen de esta apreciación, es obligado reconocer en este trabajo, la maestría, el nervio e inspiración del autor de LOS VIKINGOS.

Nota: como dato para la Historia, durante la producción fue aprovechada la coyuntura de un auténtico eclipse solar para rodar algunos planos de la muerte de Cristo en el Gólgota.

17 comentarios:

  1. Hello, Mr. Teo.
    Estoy indagando en tu biblia y es todo un disfrute, aunque he podido darme cuenta de que el libro anunciado en su día en tu antiguo blog era ya la cuarta edición y el que yo compré, la tercera. Tal vez esto explique la ausencia de algunas de mis pelis favoritas como "Capricho Imperial" de Sternberg o "Los ojos sin rostro" de Franju, el inicio de la primera y el final de la segunda me parecen de los más memorables de la Historia del cine, arte que yo calificaría -o la experiencia de verlo, más bien- fusionando ambos títulos, como "El capricho imperial de unos ojos sin rostro". Otras que echo en falta son "Los amantes" de Malle, "Hierbas errantes" de Ozu o "La virgen de los sicarios" de Schroeder, por decir algunas a bote pronto. El otro día vi de nuevo "Barrabás" y y me alegro de que haya coincidido con tu reseña. Me interesaba la música de Nascimbene, su Mixerama, y luego por seguir a Anthony Quinn en sus tribulaciones, ya que ambos nacimos el mismo día, un 21 de abril, y siento una huella identificativa con el actor, reforzada por el dilema del personaje que me estremece cuando se entrega al final diciendo su nombre, "Soy Barrabás", con una simplicidad o desnudez desgarradoras, afirmándose a la vez que asume su ignorancia, manifestando orgullo y humildad a un tiempo. Esta lucha por su espíritu, por lo que excede a la atracción bruta, parecería digna de otros directores "trascendentales", -Dreyer, Bresson- y me produce un fuerte contraste con el envoltorio de gran producción supuestamente volcada en la espectacularidad. A mi modo de ver fracasa esa épica porque el conflicto primordial se dirime en el alma de Barrabás, a diferencia de "Ben Hur" o "Espartaco", en el que esta liberación se vehiculaba con grandes antagonistas a lo largo del metraje, Heston/Boyd y Douglas/Olivier. Desde esta óptica "Barrabás" gana en tensión con la aparición de Palance y los gladiadores, supone un intento fallido y sin embargo su deleite escapa al mecanismo más implacable de los otros films que he nombrado y la hace por eso más humana. Hoy me interesan incluso más estas obras imperfectas, con fisuras en que reflexionar.
    "Soy Óscar" "Soy Luis" "Soy Juan".

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    1. Bueno, como padre de la criatura resultaría presuntuoso considerar esa tercera edición de "Movie Movie" como una biblia, ni la cuarta. Salvo los datos técnicos aportados en cada título reseñado y la incuestionable belleza de las fotos en las que puedan aparecer, no sé, Kim Novak o Gene Tierney, el resto de su contenido es perfectamente rebatible. Solo es un libro de consulta que puede interesar más o menos, según el grado de curiosidad o coincidencia de criterio del consultante. Y, efectivamente, en esa cuarta edición ya se encuentran incluidas algunas de las películas que echas a faltar en la tercera, incluidas CAPRICHO IMPERIAL y OJOS SIN ROSTRO que sorprendentemente unes por el principio y por el final de una y otra. Coincido contigo en que los primeros cinco minutos de la de Sternberg y los cinco últimos de la de Franjú son imborrables en su delirante y terrible poesía, auténticos hitos del cine con poder de hipnosis.
      También estoy de acuerdo en ese significante y estremecedor final de BARRABÁS con él entregando su alma a un cielo tenebroso más por rendición que por fe. Ese "I am Barabbas" con que se cierra la película siempre me produce un pequeño escalofrío seguido de unos segundos de inmovilidad absoluta, hasta que reacciono.
      Un saludo.

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    2. Mr. Teo.
      Empeño nabokoviano y digno de felicitación, el que realizas deteniendo imágenes de esos lepidópteros con alas de celuloide, para nuestro recuerdo y almacenamiento emotivo. La foto de Charlton Heston en "Los diez Mandamientos", sucio de tierra frente a la mujer, me trae a la mente una postal de GIGANTE en la que James Dean exhibe su cuerpo feliz y cubierto de petróleo ante la belleza de Liz Taylor. En "Barrabás" me impresionó la tela negra a la que queda reducida Raquel/Silvana en un hondón de piedras, la quietud de ese trapo yacente tras el lapidamiento. La relacioné con otro guiñapo de color negro que escapaba de lo terrenal, como la sombra de un ánima o murciélago, hacia el cielo, en la conclusión del "Drácula" de John Badham. A tenor de la puntuación que le adjudicas, veo que esta película no te entusiasma especialmente. Si algún día la reseñaras cuenta con toda mi pasión y romanticismo cinéfilo a su favor, posteos inagotables. Ah, la foto del caballo blanco encabritado frente a una tumba, el detector de almas...
      Otro saludo

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    3. Esa propensión asociativa que exhibes (una imagen siempre te lleva a otra) no te impide elaborar acertadas apreciaciones disfrazadas de poéticas metáforas. Ahí está esa mención a la terrible secuencia del lapidamiento de Rachel y la tajante manera de filmarla de un Richard Fleischer capaz de colocarnos un guijarro en nuestra cuidada manita de "espectadores inocentes", para luego abofetearnos con esa inerte mancha negra apenas emergiendo de entre la caliza barbarie. Otra lección de cine.
      No sé, tendría que revisar ese DRÁCULA de Badham al que no he vuelto a visitar desde hace tres décadas.
      Un saludo.

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    4. Más que propensión creo que se trata de un mecanismo inherente y obsesivo de mi personalidad que el cine fomenta hasta la extenuación. Útil para la fantasía, no sé si tanto para la realidad en que a veces conviene olvidarse de determinadas cosas para seguir con mayor ligereza. Este empecinamiento comparativo, esta episteme, me acompañará igual que a Barrabás la suya -vaya, sigo haciéndolo. Resulta conmovedor su esfuerzo cuando le desprecian por ser casi anciano y entonces se dignifica la lucha de toda su vida, aspecto éste en que a mi modo de ver supera a Judá Ben Hur y Espartaco, lastrados de perfección, pues es redonda su inclusión en la trama. "Barrabás" podría parecer un biopic de gran formato, visto así. Otro nexo estricto, nada delirante: uno de los guardianes de las minas de azufre está representado por el mismo actor que hace de romano sorprendido ante el rostro de Jesús, cuando Ben Hur al comienzo recibe su agua, a punto de desfallecer.
      Saludos (teosóficos-a-Teo).

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  2. /Bass (ex-anónimo)1 de abril de 2023, 1:41

    "Yo soy Óscar"- proferiría hacia el más allá o el más acá de tu blog con mi foto real incluida -si supiera como hacerlo- en homenaje a esta película cuyo poder no ha dejado de crecer en mí. La vuelvo a ver ahora con p mayúscula, una Pasión exenta de esa religiosidad oficial dictada por las fechas, y tomo el elixir poético cuando me apetece, sigo beviendo de su cáliz (con la falta intencionada). Por eso me gustó la foto de "Quinnrabás". Imagino al actor y al personaje fusionados a través de un vicio por el que tal vez se acabe crucificando, ese pitillo me sugiere un Barrabás reencarnado como esbirro del Padrino o en alguna loca distopía y un Anthony Quinn entrañable, que aumenta también esa huella identificativa, personal, ya aludida, porque ambos nacimos en abril, un 21, como también Silvana Mangano (habría que averiguar si coincide la onomástica de más actores). Esta fascinación por la película se ha impuesto de tal modo que he decidido comentar en tu Blog - o Blogusalén- con el nombre diseñado de "/Bass", y confinar mi pseudónimo al espacio de esta entrada. Incluyo en esta doble S mi admiración por Saul Bass, los susurros y el bajo, instrumento cuyo sonido a veces poco perceptible sugiere la vibración de estos films que siguen latiendo y nos amplían todo un corazón, una belleza total, de fondo.
    Continuaré...

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    1. Disculpa, /Bass, si te considero un maestro de la digresión; no te centras, es más, me pierdo intentando dilucidar si realmente quieres hablar de la película de Fleischer. Me temo que no, pese a entreleer que te apasiona.
      En mi (humilde) opinión debieras encauzar ese caudal sintáctico, esa punzante brillantez que asoma -cuando te lo permite tu "dilettante" uso del verbo- para analizar algunos momentos de BARRABÁS.
      Por eso, no sé cómo tomarme ese "continuaré", si como una promesa... o una amenaza.

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    2. "El barro se está moldeando" -le dice a Barrabás un artesano mientras elabora su pieza, también aludiendo al proceso espiritual del barbudo que se debate entre lo telúrico y la transparencia. Creo que algo parecido sucede con mi incursión en esta película y en tu feudo , "Movie por Movie" o "Movie al cuadrado" -intento traducir el estilo conciso de tus comentarios, su pulcritud emocional, de un matemático modo. Los excursos no dejan de ser un reflejo de mi signo, a través del cual el zodíaco retoza en la tierra o en una variabilidad tormentosa de la que emergen destellos. Contemplo a Barrabás amarillento, en su eternidad de fango con burbujas; luego, cuando se extravía en el subsuelo cristiano, entre los ecos de su propia voz, desesperado. Imagino que, no teniendo nada que comentar, se despachará con un Bah, quizás añadiendo una risa campechana, sardónica, que algún compinche suyo interpretará como amenaza. Aclaro que en mi caso la amenaza consiste en que me cueste dosificarme, una vez iniciada esta irrefrenable pasión por la película, por eso no quería emitir demasiados cacharros desde mi particular Calle de los Alfareros. Intentaré encauzar, en adelante, el envío de los cántaros.
      Me rompo en la cabeza el primer cántaro por haber pensado que esta película palidece frente a "Ben-Hur" y "Espartaco". A mi modo de ver, la espectacularidad de "Barrabás" no proviene tanto de la acción que redondean estos éxitos - carrera de cuadrigas, lucha de gladiadores, impecable engranaje- sino de una abstracción lírica que fluye de la poderosa narrativa que señalabas, de un nivel representativo y simbólico que a mi modo de ver comunica a "2001, una odisea del espacio", antes que al peplum de Kubrick, o que sintoniza con "Kwaidan", por citar otra experiencia de visionado menos relacionable en primera instancia. No sólo por nexos como el eclipse solar o la tez fantasmal, sin color, de Lázaro, que resultan más evidentes. Me extenderé sobre esta similitud en otro momento.
      Un saludo.

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    3. No sé hasta qué punto en las películas de Fleischer, en BARRABÁS, esa categoría tridimensional capturada de las cosas que tan bien nos transmite la cámara, el aire circulando entre ellas, su composición, su consistencia, sus relaciones espaciales, en suma, esa verdad física transmitida, sin acentos ni punto de vista personal, sin intencionalidad elaborada, sólo sensación y verdad, puede devenir lirismo, tal vez en algún momento sí, pero no quiero verlo porque me interesan más otros aspectos del film, los que estoy mencionando.
      Algunos ejemplos: 1) Barrabás empujado violentamente fuera de la mazmorra choca contra una columna manchada de sangre aún húmeda. 2) Barrabás lava la sangre seca de sus manos en una fuente y la mano entra en contacto con el agua, el rojo se va quitando y con él la sensación de tirantez pegajosa de la sangre seca sobre la piel mientras el agua del pilón va tomando un tono rojizo y sucio. 3) En la ejecución de Sahak, la lluvia que cae sobre los hombres, el agua ha empapado la capa de Barrabás de manera diferente en la parte que va sobre su brazo y en la que está colgando sin tocar ninguna parte de su cuerpo, el casco con plumas de Torvald mojándose... y más, y más (tú también aludes a algunas "fisicidades" en tus comentarios).
      Precisamente, cuando la película pretende elevarse por encima de la verdad más tangible para transmitirnos los "extras" de un guión condicionado por la densidad de la novela de Lagervist, es cuando menos me interesa.

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    4. A lo mejor "abstracción física" sería un tanteo adecuado al término "fisicidad", entendiendo esos logros como igniciones en que lo físico se quintaesencia, por decirlo así. Solemos asociar lo abstracto a lo poético, de manera que "abstracción lírica" tal vez resulta una combinación redundante o chillona. Paso a explicarme esta emoción trascendida por el uso de los recursos fílmicos, yendo a los casos concretos. Tres escenas en que se produce un desplazamiento de lo real, un desajuste, y la representatividad adquiere un vuelo potenciador, paradójicamente falseando la crudeza de lo observable ¿No estaremos también asistiendo a la penetración en lo simbólico?
      — Los latigazos a Cristo en la columna resuenan como si golpearan en otro plano, en una especie de éter, junto al coro de gritos agudos que parecen extraídos del final de la película, de la gente que huye del incendio. Esta contundencia se halla en el polo opuesto del calvario según Mel Gibson, en el que se exhiben el rostro lacerado y sonidos salpicantes que, pretendiendo llenarnos de sangre el sofá, nos aparta de esta emoción perdurable y aumentada por el pulso preciso con que muestra Fleischer primero al nazareno y luego su fustigamiento. Entra a presentarlo como reo de muerte, con el énfasis justo, casi documental, de una ampliación del plano de Pilato que muestra a Jesús al fondo, para acto seguido desplazar la cámara hacia la muchedumbre. Después de ver a Barrabás en su celda, el plano de la sentencia resulta igual de rápido y efectivo: de pronto estamos ante la tortura de Cristo, con el efecto sonoro sorprendente que ya no transmite los gritos de afuera ni los latigazos reales, sino algo que se diría del más allá.
      — Los guijarros contra Raquel tampoco se perciben con la violencia que suponemos; no la destrozan los impactos que se aprecian en pantalla - piedras directas de cartón o cartón piedra- y sin embargo va perdiendo su vida en un plano desplazado hasta su mano y el efecto nos sobrecoge sin necesidad de que se hinche y sangre su cuerpo. Sucumbe como un pájaro en la tormenta al que podemos ver el rostro, su ligereza.
      — En el Gólgota, Cristo está situado frente al eclipse, pero debiera encontrarse de espaldas al fenómeno, según me parece, pues los presentes le observan a un tiempo a él y al sol ciego. En este plano el crucificado sufre el eclipse de su vida bajo el astro que se anula en un anillo deslumbrante -pensé que era un disparo en el cartel promocional- y se eleva a la categoría de diapasón cósmico. Un error de ubicación justificado por este clímax de bronceado místico, de desnudez que oscurece y se apaga en un gong perturbador.
      Por cierto, he estado pensando sobre esto de la fisicidad en Ford y Fleischer, a raíz de la secuencia de las lanzas. En "Mogambo" Clark Gable hace el mismo gesto que Gassman, girando la cabeza, cuando se las tiran. En un aspecto más general ¿se podría rastrear influencia de John Ford en Fleischer, alguna concomitancia?
      Un saludo de Óscar o /Bass

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    5. Bueno, si observas la estancia, nos hemos quedado solos. Creo que nuestro estirado duelo dialéctico, ese toma y daca en torno a BARRABÁS, ha intimidado (o espantado) a toda la clientela. Y mira, eso no sé si nos conviene.
      Por mi parte, encuentro razonable abandonar el ring en este punto intentando recuperar el resuello, pero también para evitar quedar atrapados en un bucle infernal, y porque la vida -y este blog- deben continuar.
      Un saludo.

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    6. Es una lástima, porque apenas estábamos comenzando a indagar en la película, y ese proceso requiere un tiempo que a lo mejor, yo también me he dado cuenta, no es compatible con cómo se desarrollan este u otros blogs. Es la primera vez que me meto a comentar en uno y observo que las réplicas no van mucho más allá de la constatación admirativa, aparte de los fundamentos que tú pones. Desde luego, lo ideal es que vayamos aportando muchos y que el estímulo aumente entre todos por cada película. Hoy, por lo general, reina la novedad y centramos nuestra atención en lo último que sale. Ya que he llegado tarde, había pensado en escribir comentarios para otras películas pero veo que no tiene sentido si no va a existir comunicación porque estas entradas ya han ido quedando atrás. De todas formas, creo que no debe disgustarte esta sensación, si realmente logramos profundizar a través de un intercambio dialéctico, tomando como base o plataforma ésta o cualquier otra película. El proceso, lejos de desanimar a otros, a lo mejor acaba agregándolos, cuando se vea nuestra implicación por el cine, el tiempo que empleamos: yo, personalmente, continuaría ahondando en el yacimiento, hasta cubrirme el cuerpo de petróleo. La otra opción es encender la cerilla e inmolarnos como un par de aislados bonzos.
      Un saludo.

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    7. Tus comentarios y reflexiones siempre serán bienvenidos y contribuirán a enriquecer el contenido de este blog que, por otro lado, como habrás observado, no tiene grandes aspiraciones más allá de una función didáctica e introductoria para aquellos que sientan curiosidad, interés o una razonable necesidad de "saber" más sobre algunos contenidos que por pasar desapercibidos para el espectador poco atento pueden condenar con injusticia los valores de determinadas películas.
      En cualquier caso, yo mismo no estoy seguro de estar a la altura de tus "exigencias indagativas". Pero eso no tiene importancia, creo yo, ni debe impedir el intercambio de propuestas.
      Un saludo.

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  3. He vuelto a ver la película el otro día (tengo el dvd) y estoy de acuerdo en muchas de las cosas que comentáis y ahora pienso en esa terrible secuencia bajo una lluvia torrencial que nos muestra la ejecución de Sahak a manos de sus compañeros de arena, es uno de esos momentos cinematográficos difíciles de olvidar, especialmente por la intervención final de Torvald, ese acojonante Jack Palance, y sobre todo por la manera en que el director Fleischer filma la secuencia con poderosos planos sostenidos.
    Y "Barrabás" está repleta de momentos tan fuertes como el que menciono.
    Un saludo

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    1. Esa secuencia que destacas tiene luego una prolongación estremecedora cuando poco después vemos a un solitario Barrabás de rostro demudado salir de los muros de la ciudad para acercarse a una hondonada donde han dejado el cadáver de Sahak medio enterrado y cubierto por unas ramas y lo rescata de ese inmundo lugar cargando con él para entregarlo a la comunidad cristiana. Una secuencia muda y corta, pero, ya digo, estremecedora.
      Otro aspecto destacable de la película de Fleischer que apenas se ha mencionado es la impresionante e innovadora música electrónica de Mario Nascimbene, sin duda alguna, la más inspirada de toda su carrera (no me olvido de su partitura para LOS VIKINGOS) cuyos "crescendos" contribuyen a crear una atmósfera de gran tensión dramática; ahora me acuerdo de los sonidos restallantes que acompañan los tenebristas planos de la flagelación de Jesús, o el sostenido que envuelve la secuencia del eclipse en el Gólgota, otro más, la majestuosa música que además imprime inquietud a la secuencia de la llegada a Roma de Rufio y Julia con su séquito.
      Un saludo.

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  4. Para mí, "Barrabás" tiene su epicentro en la magnífica interpretación que Anthony Quinn consigue de ese personaje.
    Creo que a lo largo del tiempo se ha hablado muy poco de esta película, tal vez eclipsada por la fama de otras superproducciones bíblicas de la época. Esta suele quedarse en un injusto olvido.
    Me alegra que aprovechando estas fechas la hayas comentado y ha sido un placer leer tu crítica acompañada de esas sesudas réplicas y contrarréplicas establecidas más arriba. Aportan muchas claves.
    En el haber de mis recuerdos permanece el de las escenas en las minas de azufre que en su día me produjeron un especial desasosiego.
    De Richard Fleischer, me quedo con "Los Vikingos", para mí su mejor película, y también "Cuando el destino nos alcance" (Soylent Green).
    Un saludo.

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    1. En general, el público sólo se acuerda de BARRABÁS por estas fechas cuando alguna cadena la emite (este año les ha tocado a las autonómicas). Sin embargo, es una película que remonta su condición de "peplum" (como ESPARTACO o LA CAÍDA DEL IMPERIO ROMANO) para entrar en el restringido Olimpo de esas obras que merced a un guión sólido e inteligente, salpicado de profundas connotaciones, y a una puesta en escena de impresionante resolución al servicio de la historia, enriqueciéndola, potenciando sus contenidos, se convierten en películas imprescindibles para todos los que amamos el cine en su belleza y complejidad.
      Yo también estaría de acuerdo en considerar LOS VIKINGOS la mejor película de Richard Fleischer (si lo deseas, puedes leer la entrada que en diciembre del año pasado le dediqué, si pinchas el nombre de este realizador en la lista de directores que figura en la columna derecha del blog).
      Un saludo.

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