BÉSALAS POR MÍ (Kiss Them for Me, 1957) de Stanley Donen.
(USA) 20th Century-Fox, 1957. 102 min. Color. CinemaScope.
Pr: Jerry Wald. G: Julius Epstein, basado en la novela de Fred Wakeman y en la obra teatral de Luther Davis. Ft: Milton Krasner. Mt: Robert Simpson. DA: Lyle R. Wheeler y Maurice Ransford. Vest: Charles LeMaire. Ms: Lionel Newman. Dr: Stanley Donen.
Int: Cary Grant, Jayne Mansfield, Suzy Parker, Ray Walston, Larry Blyden, Leif Erickson, Harry Carey Jr., Nathaniel Frey, Jack Mullaney, Werner Kemplerer, Ben Wright, Harry Carey Jr., Richard Deacon, William Phipps, Michael Ross, Kathleen Freeman, John Doucette. Voz: Deborah Kerr (doblando a Suzy Parker).
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Ahí tenemos, ya dentro del avión que les llevará a San Francisco, a Mississip (Larry Blyden), Crewson (Cary Grant), McCann (Ray Walston), acompañados de su "niñera", el teniente Wallace (Werner Kemplerer), en el permiso que les acaban de conceder. |
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En la suite del hotel donde se hospedan aparece por sorpresa la descomunal y desinhibida señorita Kratzner (Jayne Mansfield), con la "misión" de hacer más agradable su estancia en la ciudad a estos tres héroes del aire. |
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Los tres amigos creyéndose en el paraíso mientras admiran la explosiva anatomía de la señorita Kratzner. |
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Las desafiantes teorías y propuestas de la señorita Kratzner suelen dejar descolocados a quienes la escuchan. |
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Los tres pilotos, amigos inseparables y sintiéndose felices por estar lejos del frente, pronto organizan un guateque multitudinario en la suite. |
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La juerga continúa y la señorita Kratsner es una pieza fundamental para animarla. |
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Entre los asistentes aparece un influyente industrial con su prometida, Gwinneth Livingston (Suzy Parker), una elegante joven que no parece encajar en ese bullicioso ambiente.
SINOPSIS: Tres pilotos, héroes de la campaña del Pacífico, consiguen un permiso de tres días para ir a San Francisco bajo la condición de comprometerse a dar una serie de mítines que mantengan la moral de los civiles. Pero ellos sólo desean divertirse y olvidar la guerra durante unos días, por lo que nada más poner los pies en tierra organizan un multitudinario guateque en las habitaciones del hotel donde se hospedan. |
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Crewson ha reparado en Gwinneth pero inicialmente existen ciertas reticencias entre ellos. |
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Sin embargo, nuestro hombre pronto se despega del jolgorio para centarse en ella con la que acaba haciendo buenas migas. |
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Su relación, condicionada por las circunstancias, resulta de manera inevitable limitada en el tiempo. |
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De pronto, en medio de la fiesta, completamente borracho, aparece Chuck (Harry Carey Jr,) y comunica a nuestros amigos tristes noticias del frente. |
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Crewson, harto de tanta hipocresía, se encara con el oportunista industrial y le suelta a la cara unas cuantas verdades sobre lo que piensa de él. |
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Canónica imagen promocional con Cary Grant y Suzy Parker. |
COMENTARIO: Ya en la comedia musical UN DÍA EN NUEVA YORK (codirigida con Gene Kelly), Donen recurría a la relación de amistad de tres hombres liberados durante el breve lapso de 24 horas de su castrense enclaustramiento en el barco donde cumplen el servicio militar para seguirlos en su vertiginoso deambular urbano reintegrados momentáneamente a la sociedad civil de la que fueron arrancados. El retrato se efectuaba entonces sin sombras, en su aspecto más jovial y lúdico y con arreglo al código estilizado inherente al género al que pertenecía. Siete años más tarde, en SIEMPRE HACE BUEN TIEMPO, retomaba el tema mostrándonos a tres amigos veteranos del ejército que tras licenciarse se despiden acordando volver a encontrarse al cabo de diez años. Pese a seguir siendo un musical, el entusiasmo y la alegría de vivir de la anterior se diluían hasta desaparecer en el tono pesimista que acaba presidiendo ésta cuando esos tres amigos descubren que la ausencia y el paso del tiempo los ha convertido en extraños sin nada que compartir.
En las imágenes de BÉSALAS POR MÍ (aquí ya no hay canciones ni bailes), ese poso de amargura vuelve a percibirse a partir del momento en que esos tres pilotos, Crewson, McCann y Mississip, rebosantes de alegría al verse lejos del frente durante setenta y dos horas, se instalan en la suite de un concurrido hotel y comienzan a hacer planes. Durante esa corta permanencia lejos del escenario de la guerra, entre juerga y juerga, los tres protagonistas de esta comedia agridulce y desencantada, irán modificando su escala de valores en la medida que marca su paulatino descubrimiento de la verdadera naturaleza del way of life que tan ingenua y valientemente creían defender desde sus aviones en los cielos del Pacífico: negocios de guerra, engaños y manipulaciones, una sarta de inmisericordes actitudes y estrategias guiadas por la conveniencia, el mercantilismo, la especulación y la ausencia de moral. Sin embargo, de ese zócalo de marcaderes y cínicos de retaguardia surgirá, improvisada y precaria, una relación de pareja en los personajes que interpretan Cary Grant y Suzy Parker. Juntos, irán remontando lo aparencial hacia el conocimiento mutuo y el amor.
La temprana lucidez de Stanley Donen, su perfecta comprensión del funcionamiento del ser humano en un mundo dominado por los intereses, no le impidió, sin embargo, un amoroso acercamiento a sus criaturas. Siempre. Tal vez su primera juventud como bailarín y coreógrafo inspiraron en parte su talentosa y embelesante manera de colocar y mover la cámara y a los actores dentro del plano de manera que nos permitiera capturar al vuelo el instante fugitivo que nos sumerge en el interior de los personajes y sus emociones.
No quiero concluir este comentario sin una admirativa mención a los formidables trabajos de dos actrices que nunca estuvieron mejor. Recién salida de las dos demoledoras comedias que rodó a las órdenes del gran Frank Tashlin, volvemos a encontrarnos con una maravillosa e inolvidable Jayne Mansfield en la genial caricatura que de la mano de Donen, hizo de sí misma interpretando a esa señorita Kratzner, una desinhibida y generosa “gatita” -como ella se define- de curvas hiperbólicas que hace saltar (literalmente) a los hombres. Y junto a ella, pero jugando en otra liga, descubrimos a la bellísima y elegante Suzy Parker, una modelo que había aparecido como figurante en UNA CARA CON ÁNGEL, y que aquí se estrenaba como actriz componiendo una fascinante Gwinneth, la “entretenida” de un magnate naviero, mujer consciente y pragmática que llegado el momento decide tirar por la borda sus planes de un futuro planificado.
Hay muy pocos estudios del cine de Stanley Donen. Aparte de algún artículo ocasional, que yo recuerde, solo se ha publicado un libro sobre este director, el de Juan Carlos Frugone. Incluso en ese excelente trabajo, su autor no le dedica especial atención a "Bésalas por mí". Estoy tan extrañado como imagino que tú, Teo.
ResponderEliminarSaludos.
Puedo corroborar lo que dices, Gonzalo, porque es tristemente cierto. Aparte de los lejanos trabajos que fueron apareciendo en la revista "Film Ideal" (inspirados por la seminal "Cahiers du Cinèma") y algún artículo suelto en épocas posteriores, solo el libro del extinto Frugone (aparecido en 1989 a raíz de la retrospectiva que le dedicó la Seminci de aquel año con la feliz asistencia del homenajeado) rindió tributo al director -lo digo siempre que tengo ocasión- que más horas de felicidad me ha proporcionado desde una pantalla.
EliminarUn saludo.
Hablo desde el recuerdo pues la vi, creo que hará como dos o tres años, en un pase televisivo. Todo parece muy divertido en esta comedia pero, como apuntas, me dejó un poco triste. Es muy fuerte que esos tres tíos al final tomaran la deción de volver a la guerra para que tal vez los maten, antes que seguir entre esa gentuza trajeada de retaguardia tratando de mercadear con ellos. Me ha gustado mucho tu comentario sobre esta película y sobre el cine de Stanley Donen en general, uno de mis directores favoritos.
ResponderEliminarUn abrazo.
En efecto, Aurora. Esos tres pilotos que aprovechan el resquicio que les brinda un breve permiso para alejarse de la guerra, tras su estancia en la bulliciosa y confortable jungla civil (aquí, la ciudad de San Francisco), resulta amarga y reveladora su decisión final de regresar de manera voluntaria al frente de guerra para seguir defendiendo esos "valores" de los que huyen asqueados (es contradictorio pero solo en apariencia).
EliminarUn abrazo.
Me gustan las mujeres de Donen, como también las de Hawks, Intuitivas, inteligentes, resolutivas, atractivas, claro, y siempre un paso por delante de los hombres con los que probablemente compartirán su vida. Incluso la neumática señorita Kratzna, tan gatita, tan espontánea y complaciente, sabe muy bien el terreno que pisa y es consciente de su función en aquellos precisos momentos que se vivían. Aunque solo se fijen en sus espectaculares curvas y nadie la tome en serio, es quizá el mejor personaje de la película.
ResponderEliminarSaludos.
Suscribo plenamente tu perceptiva definición de esas mujeres, Fernando. No olvides esculpirlo sobre mármol.
EliminarUn saludo.
Una infravalorada maravilla de Stanley Donen.
ResponderEliminarPuedo entender que cierto sector de la crítica, el más convencional, cuando tiene que hablar de Stanley Donen, acuda por comodidad (y desconocimiento) a títulos con marchamo como CANTANDO BAJO LA LLUVIA, CHARADA o DOS EN LA CARRETERA. Entiendo menos que quienes se declaran admiradores de su cine o incluso los estudiosos (muy pocos) de su trayectoria, pasen de puntillas o directamente salten por encima de películas tan apasionantes y significativas como BÉSALAS POR MÍ.
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