VIENTO EN LAS VELAS (A High Wind in Jamaica)

(GB) T. Century-Fox, 1965. 104 min. Color. Panavision.

Pr: John Croydon. G: Stanley Mann, Ronald Harwood y Dennis Cannan, basado en la novela de Richard Hughes. Ft: Douglas Slocombe. Mt: Derek York. DA: John Howell y John Hoesly. Vest: John McCorry. Ms: Larry Adler. Dr: Alexander Mackendrick.

Int: Anthony Quinn, James Coburn, Deborah Baxter, Nigel Davenport, Isabel Dean, Lila Kedrova, Gert Fröbe, Ben Carruthers, Dennis Price, Martin Amis, Kenneth Warren, Viviane Ventura, Brian Phelan, Kenji Takaki, Trade Faulkner, Roberta Tobey.

Un huracán en Jamaica

Los padres deciden que sus hijos deben abandonar ese lugar y viajar a Inglaterra
La travesía de los pequeños es interrumpida por el asalto de los piratas.
Este es Chávez (Anthony Quinn), el capitán de la nave pirata.
Los niños observan el abordaje y lo ven como una aventura para ellos. 
Los miembros de la tripulación pirata no ven con buenos ojos la presencia de niños  en su nave.
Sin embargo, Chávez y su amigo Zac (James Coburn) se divierten.

Al cabo de un tiempo, Chávez acaba contagiándose de la superstición de los suyos.
Chávez tratando de hacer confesar al capitán (Kenneth Warren) del barco capturado dónde esconde el dinero.
SINOPSIS: A mediados del siglo XIX, tras un devastador huracán en Jamaica, algunos co­lonos ingleses deciden, por razones de seguridad, enviar a sus hijos de regreso a Inglaterra. Pero el barco en el que viajan los pequeños es capturado por unos tardíos piratas con los que habrán de convivir durante meses. Esta aventura vendrá a influir de manera decisiva en las vidas de captores y capturados.

Esta es Emily (Deborah Baxter), una niña inteligente y sensible que pronto se encariña con el capitán pirata.
...
A veces, la difícil convivencia a bordo puede crear situaciones equívocas.
Las convicciones de Chávez se ven trastocadas en su relación con Emily.
La niña cae enferma y Chávez no se separa de ella.
La nave de Chávez se ve obligada a efectuar una escala en un puerto amigo. Esta es Rosa (Lila Kedrova), la pragmática dueña de la posada.
Chávez y Zac, inseparables y leales amigos, lo comparten todo.
Finalmente capturados, los piratas son llevados a Inglaterra para ser juzgados y condenados.
Los niños han sido rescatados y devueltos a la "civilización".
Sin embargo, la pequeña Emily añora el tiempo que pasó a bordo de la nave pirata y su vínculo afectivo con Chávez.
Contemplando ese barquito atravesando las aguas del estanque...
COMENTARIO: La especial sensibilidad de Alexander Mackendrick, su gusto por el detalle y las dotes de observación de una mirada perspicaz (aquí, en esta película, costumbres y comportamiento de todos los tripulantes de la embarcación pirata bajo la atenta y fascinada mirada de los niños, la compleja y evolutiva relación del capitán Chávez y la pequeña Emily con momentos de turbadora ambigüedad), la ternura y lucidez con que se acer­ca a sus criaturas fílmicas, tienen su traducción en un estilo cálido, reposado y sereno, con la aparente sencillez narrativa que sólo han poseído los grandes maes­tros. Precisamente esta humanista aproximación a sus criaturas empujaron a un Mackendrick consecuente a mostrar un cierto desencanto e incluso una considerable dosis de amargura al sopesar esos dos mundos representados por la asilvestrada inocencia de los pequeños (letal para el destino de los piratas) y la vileza e hipocresía del mundo civilizado al que se dirigían (ver primero la mezquina actitud del capitán del velero apresado que prefiere ver a los niños muertos antes que revelar a Chávez el escondite de sus monedas, y luego la parte final en Londres cuando los piratas ya han sido apresados). Resulta curioso cómo se repite en la obra de Mackendrick esa temática del poder deletéreo de la inocencia y ello me lleva a recordar títulos como EL QUINTETO DE LA MUERTE y SAMMY, HUÍDA HACIA EL SUR. En la que ahora nos ocupa ya se atisba ese aspecto a partir de la inadvertida presencia de los niños en el barco pirata que tras ser descubiertos a bordo crean un creciente pánico entre los miembros de la supersticiosa tripulación mientras ellos toman la situación como una juguetona aventura.

Y así llegamos al desenlace en el que no podemos alegrarnos cuando los pequeños son rescatados para una socie­dad regida por la “moral y buenas costumbres” —pero cruel y farisaica— de la que durante un tiempo fueron arrebatados. Cuando ya todo ha pasado, cuando los piratas "recibieron su merecido", vemos a Emily (sensacional Deborah Baxter), aseada y bien vestida, interrumpiendo sus juegos en un parque londinense para contemplar durante unos segundos, nostálgica y entristecida, un pequeño velero de juguete que un niño hace "navegar" por las aguas de un estanque y tal vez el amortiguado recuerdo de aquel capitán Chávez que...

VIENTO EN LAS VELAS es una de esas películas que penetran en nosotros hasta lo más profundo porque el artista en cuestión supo pulsar los resortes que activan las capas ocultas de la historia que nos cuenta, sin las cuales la película hubiera quedado plana y sin temperatura; tal vez entretenida, sí, pero sin alcance ni emoción. Es más, os aseguro que cada vez que regreso a ella, cuando pasados unos minutos tras su final consigo reponerme de las intensas sensaciones que me produce su visionado, siento unos deseos irreprimibles de subirme encima de la butaca o de abrir la ventana de mi salón para gritar ¡Viva Alexander Mackendrick! 

14 comentarios:

  1. Recuerdo la primera vez que vi esta película hace mucho tiempo y en mi tierna adolescencia no supe discernir si los piratas eran buenos o eran malos. No hay nada como ver de nuevo al cabo de los años, habiendo madurado, ciertas películas que entonces te causaron una determinada impresión o que no supiste digerir. Ahora, "Viento en las velas" me parece una obra maravillosa en la que aparecen con muchos matices tanto la crueldad inherente a un modo de vida (la piratería) como la delicadeza y el cariño torpemente exteriorizados jaja! por falta de costumbre. Y también ese atento estudio de la ambivalencia de los niños.
    Me gusta cómo la has contado. Se nota tu entusiasmo por ella.
    Prodigiosos los personajes de Anthony Quinn y Deborah Baxter y esa relación que se establece entre los dos. Él lucha por ocultar su ternura y ella por que no se le note su temor, su confusión.
    Un saludo.

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    1. Sí, Inma, sucede que en nuestra adolescencia vimos ciertas películas a las que entonces no sabíamos acceder. A mí me ocurrió, por ejemplo, cuando vi por primera vez con quince añitos EL ROSTRO de Ingmar Bergman.
      Hablando ahora de VIENTO EN LAS VELAS, es una de esos films que te llegan hasta lo más profundo porque el artista en cuestión sabe pulsar los resortes que activan las capas ocultas de la historia que nos cuentan, sin las cuales la película hubiera quedado plana y sin temperatura; tal vez entretenida, sí, pero sin alcance ni emoción.
      Un abrazo.

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  2. A mi Mckendrick me parece un director estratosférico, a pesar de no tener una gran cantidad de trabajos. Sólo los de la etapa Ealing, bastarían como tarjeta de presentación, pero aparte tiene cosas como "Sammy going South", "El discípulo del diablo" y la que es para mí su obra cumbre, "Chantaje en broadway", aunque su título en Inglés resulta más acorde al contenido, "Sweet smell of success", algo así como "el dulce olor del éxito". Me queda por ver la que ya sé que es una de tus perlas, "No hagan olas", que intentaré pillarla en cualquier momento. A mí, "Viento en las velas" en su momento me gustó pero necesito con urgencia volver a verla.
    Por haberte leído en otros sitios, ya sabía que era un director que apreciabas bastante... ahora lo confirmas de nuevo.
    Un saludo.

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    1. Nada que añadir, Roy, porque efectivamente, Mackendrick es uno de los directores cuya obra más ha conseguido afectarme. Pero sí he de hacerte una puntualización, aunque te caiga como un jarro de agua fría (porque también lo admiras) y es la siguiente: Mackendrick inició el rodaje de EL DISCÍPULO DEL DIABLO pero por desavenencias con los productores fue sustituido tras dos semanas de trabajo por el competente pero convencional Guy Hamilton. Fue un episodio extraño porque entre los productores estaba Burt Lancaster con el que acababa de rodar para su productora, SWEET SMELL OF SUCCESS. También EL DISCÏPULO... estaba coproducida por Kirk Douglas; en fin, nunca he sabido las razones exactas de ese lamentable cambio. Por cierto, gracias a una reciente edición en blu-ray, he podido revisar esta película que ya tenía desdibujada en la memoria. Me gustaría detectar qué planos de Mackendrick se conservan en el montaje.
      Dos años más tarde, volvía a ocurrirle algo similar en la preparación y rodaje de LOS CAÑONES DE NAVARONE. En fin, no me extraña que le salieran esas películas tan pesimistas sobre la condición humana, aunque él, a diferencia de otros y a pesar de todo, seguía amando a sus personajes (ver: SAMMY, HUÍDA HACIA EL SUR).
      Un saludo.

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    2. Hola Teo, conocía en parte la historia de Guy Hamilton, de todas formas hay parte suya ahí, y Hamilton parece que no quiso salirse demasiado de esas coordenadas. Todo eso que cuentas del bakstage de "EL discípulo del diablo" lo desconocía. Yo la considero una pelicula suya. Tampoco sabía "Lo de los cañones de Navarone" e ignoraba que hubiera estado tras el proyecto. Eres un pozo de sabiduría.
      Un saludo.

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    3. Ya ves, Roy. Podrás comprobar que la vida (del artista) es dura e injusta. Pero existen casos mucho más sangrantes que el del pobre Mackendrick. Aunque de este director, pude conocer in situ la última humillación que se le infligió en un lejano Festival de San Sebastián. Pero esa es otra historia.
      Lo de "pozo de sabiduría", yo? pues creo que no. Soy más bien un conjunto de lagunas. Pero, eso sí, de niño me caí a un pozo. Algo es algo.
      Otro saludo.

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  3. He visto "Viento en las velas" por televisión y me acuerdo que lo hice venciendo mi escaso apego por las películas de piratas, animada porque estaba Anthony Quinn que me parece un actor que sabe apechugar con cualquier personaje. Confieso que la película me enganchó y quedé convencida de que no era precisamente una de piratas aunque los protagonistas se dedicaran a la piratería. Aquellos niños quedaron muy bien descritos y lo que se dice en el comentario de la compleja relación entre el pirata Chávez y la niña Emily, estoy de acuerdo e incluso me viene a la memoria algún detalle por ese lado... un tanto ambiguo. En fin, tendría que volver a verla.
    Besos.

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    1. Hola, Aurora. Recuerdo una intervención tuya en Facebook cuando escribí sobre VOLVERÁS A MÍ donde exponías tu debilidad por Yul Brynner y sentías no conocer (y estabas deseando hacerlo) esa comedia de Stanley Donen donde yo decía que este magnético actor, de la mano de Donen, hacía genialmente el payaso. Espero que desde entonces hayas podido acceder a ella. Esta vez compruebo que ha sido Anthony Quinn el cebo para acercarte a esta obra mayúscula que es VIENTO EN LAS VELAS. En ambos casos me alegro de que el star-system haya funcionado.
      En efecto, esa relación Chávez-Emily, en alguno de sus aspectos, está prudentemente oscurecida en la película (con un pequeño corte incluido), lo cierto es que esa complejidad ahí está para que la juzguemos. Y sé de lo que hablo porque solo hay que acudir a su anterior película SAMMY, HUÍDA HACIA EL SUR y revisar cierto pasaje del niño Sammy en su encuentro con el sirio.
      Un abrazo.

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  4. Entre unos y otros me habéis puesto los dientes tan largos que ahora mismo ya no puedo ni cerrar la boca. Mi vida, durante las próximas semanas, sólo tendrá una meta: ver las películas de Alexander Mackendrick que no conozco, y empezaré por "Viento en las velas". Gracias por vuestros ilustrativos comentarios.
    Os envío un saludo.

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    1. Hola, J.L. Llamazares: me ha hecho mucha gracia tu metáfora bucodental. Pues nada, manos a la obra y disfruta de unos cuantos títulos insustituibles, aunque supongo que ya conocerás algunas de sus películas.
      Un saludo.

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  5. Pues que ¡viva Mackendrick! Me parece un cineasta poco reconocido, en el sentido de no figurar entre los grandes. Tiene al menos media docena de obras maestras y ésta es una de ellas. Alexander Mackendrick, engaña al espectador con una comedia hasta que algo trágico sucede. El drama termina con el pirata en manos de la justicia y condenado a muerte por un crimen que no ha cometido. La audacia del realizador consiste en presentar la extraña relación entre Anthony Quinn y la niña, y el contraste existente entre los piratas y los pequeños, tan salvajes y crueles como ellos, cada uno en su mundo particular.
    Saludos.

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    1. Es cierto. Entonces, no tanto ahora, apenas se le identificaba por las "simpáticas" comedias EL HOMBRE VESTIDO DE BLANCO y EL QUINTETO DE LA MUERTE. Solo a mediados de los años sesenta algún sector de la crítica especializada empezó a fijarse en él, sobre todo cuando pudieron conocer SWEET SMELL OF SUCCESS. Pero siempre ha sido un maldito.
      Saludos.

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  6. Muy ilustrativa esa imagen de la niña recordando su etapa de cautiverio a contraposición de la sociedad inglesa, particular y audaz el cambio de posición entre lo supuestamente salvaje y la cultura. Espero verla, Quinn es un actor de talla por quien siento aprecio. Y de Mackendrick me gustaría ver "The Ladykillers"; vi el remake y me pareció que poseía muy buen material como para hacer algo mucho mejor de lo que se veía con Tom Hanks e igual tenía cierta gracia. Espero ver una de las dos.
    Un abrazo.

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    1. Me he tomado la libertad de trasladar el comentario tuyo aparecido en el post de esta película publicado en su día en el antiguo blog "Movie Movie - Guía de películas". Imagino que desde entonces, en algún momento habrás podido por fin ver VIENTO EN LAS VELAS.
      En cuanto a EL QUINTETO DE LA MUERTE (The Ladykillers), continúa siendo una estupenda comedia de humor negro de la que los hermanos Coen han chupado rueda con un resultado discutible porque en mi opinión, su remake no aporta nuevos valores que no estuvieran ya en el original y sí un notable desprecio por todos los personajes como es habitual en el cine de Ethan y Joel Coen.
      En cualquier caso, como ya he dicho en alguna ocasión, sigo considerando las cuatro últimas películas de Alexander Mackendrick las más redondas, profundas y complejas.
      Un abrazo.

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¡ÁTAME! (Esp) El Deseo S.A., 1989. 99 min. Color. Pr Ej: Agustín Almodóvar. Ft: José Luis Alcaine. Mt: José Salcedo. DA: Esther García. ...