TE QUERRÉ SIEMPRE (Viaggio in Italia)

(It-Fr) Sveva / Junior / Italiafilm, 1954. 82 min. BN.

Pr: Alfredo Guarini, Adolfo Fossataro y Roberto Rossellini. G: Roberto Rossellini y Vitaliano Brancati. Ft: Enzo Serafin. Mt: Jolanda Benvenuti. DA: Piero Filippone. Vest: Fernanda Gattinoni. Ms: Renzo Rossellini y canciones populares napolitanas de Giacomo Rondinella. Dr: Roberto Rossellini.

Int: Ingrid Bergman, George Sanders, Maria Mauban, Paul Muller, Leslie Daniels, Natalia Ray, Anna Proclemer, Jackie Frost, Lyla Rocco, Bianca Maria Cesaroli, María Martín.

El matrimonio inglés formado por Katherine (Ingrid Bergman) y Alex (George Sanders) han llegado a Nápoles.
Comenzamos a percibir ciertas tensiones entre ellos.
Los contemplamos tratando de relajarse mientras el sol mediterráneo baña sus rostros.
Divisando el Vesubio desde la villa que pretenden vender, acompañados de sus amigos los Burton (Natalia Ray y Leslie Daniels).
Una Ingrid Bergman muy bella pero de rostro algo demacrado.
Fuera del entorno que los había adormecido, en un país y un paisaje diferentes, se agudiza la distancia entre ellos.
Una catártica visita al museo.
En este caso, una imagen vale por mil palabras.

SINOPSIS:
Un matrimonio inglés viaja a Italia para vender una villa cerca de Nápoles que un familiar les ha legado al morir. Durante su estancia allí, fuera de su amorti­guador entorno londinense, en un país y un paisaje que les son ajenos, la pareja experimentará sentimientos casi olvidados como los celos, el despecho y el resentimiento. Bastará una estúpida riña para que repentinamente decidan divorciarse. Pero pronto comprenderán, en medio del fervor popular de una procesión religiosa, que se aman por encima de todo y se necesitan.

Durante una visita a unas excavaciones arqueológicas cerca de Pompeya son testigos de algo que les conmueve. 
De nuevo, una imagen de Ingrid Bergman para emocionarnos.
.
Un ocasional escarceo de Alex con una prostituta (Anna Proclemer).
En el rostro de Katherine percibimos angustia.
En su recorrido llegan a un pueblo donde se celebra una procesión religiosa.
Esa muchedumbre que parece celebrar un milagro, les obliga a detenerse y les envuelve.
De pronto, empujados y emocionados, el milagro parece  obrarse en ellos.
Aquí vemos a Rossellini en pleno rodaje, dando algunas indicaciones a Ingrid Bergman.

COMENTARIO:
La película, en un primer visionado poco atento, puede parecer improvisada e incluso formalmente descuidada. Sin embargo, se trata de un riguroso ejercicio de intencionalidad limpia y milimétricamente resuelta por la vía de un no-drama en el que aparentemente nada importante sucede (cinco días de "relajado" turismo para una tranquila y aburrida pareja inglesa con problemas de relación, de vacaciones cerca del Vesubio). Pero los personajes serán "activados" por el influjo que sobre ellos ejerce el entorno (más en ella que en él), se descubrirán el uno para el otro. En esa secuencia final de la procesión y el "milagro", absorbidos por la multitud enfebrecida, quedan trastocados y parece que recuperan (o descubren) una capacidad emocional que los une, no sabemos por cuanto tiempo.

La opción narrativa de Rossellini, de soluciones muchas veces mal interpretadas, resulta aún hoy de una modernidad casi revolucionaria en su sintética y perfecta conjugación de ética y lenguaje. Jacques Rivette dijo en su día: "Con la aparición de VIAGGIO IN ITALIA todas las demás películas han envejecido súbitamente diez años". Tal vez puede resultar tajante, pero volviendo a verla, creemos que tenía razón.

16 comentarios:

  1. Hola, Teo. Con esta película, la primera vez que la vi me ocurrió lo que comentas al principio de tu entrada. No conseguía atraparme, la encontraba como deshilvanada y poco a copo me fui metiendo en la historia hasta que me atrapó por completo. Como siempre, me encanta Ingrid Bergman y George Sanders tenía una clase enorme. Y desde luego que es una película por la que parece que no hayan pasado los años.
    Un saludo.

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    1. Gracias, Inma, por tu entrada. Sí, una concepción de la puesta en escena tan inteligente como honesta que a Rossellini le servía, en este caso, para trasladarnos sin artificios una realidad, la de esa soleada Italia sensual y atávica que contrasta con la naturaleza de ese matrimonio inglés en crisis con sordina. Y cómo ese entorno tan ajeno a su idiosincrasia influye decisivamente en ellos (primero en ella y más tarde en él). A este respecto, como comentaba en el post, la secuencia en Pompeya, en la que asisten a los trabajos de desenterramiento de esos dos amantes petrificados en un abrazo eterno, es como una catarsis. Sencillamente magistral. Como la utilización de la Bergman y Sanders, en clave neutra para hacerlos estallar en la escena final.
      Celebro que la película haya conseguido "atraparte" porque creo que es una de esas joyas a estudiar con lupa hasta que descubrimos nuevos motivos para admirar el cine de Rossellini.
      Vuelve por aquí. Mientras, un abrazo.

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  2. Me habèis cogido desprevenido. Sè que he visto esta pelìcula hace mucho tiempo, pero ahora no soy capaz de reconstruirla en mi memoria. Procurad perdonarme esta laguna. Con lo que he leìdo en este blog, ardo en deseos de volver a verla armado ya con el suficiente criterio. En cambio, tengo más reciente el pase en televisión de ALEMANIA AÑO CERO que me dejò K.O. ¡Què crónica... y con un desenlace tan terrible!

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    1. Sí, debes apresurarte en redescubrir esta obra maestra emocionante y aún moderna. En cuanto a la otra que mencionas, ALEMANIA, AÑO CERO, es uno de los títulos pendientes de inclusión en este blog y como tú bien dices, qué crónica tan descarnada, clausurada con ese noqueante final que resulta aún más duro por la lógica con que se llega a él.

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  3. Tal vez Rossellini, por el momento en que rodó esta película, quiso plasmar en su argumento, aspectos que afectaban a su ya deteriorada relación con la Bergman. Y si es así, su lucidez le hizo entonar un "mea culpa" a través del dibujo poco amable que hace de Alex, el marido, como principal causante de ese deterioro. He vuelto a verla antes de escribir esto -ventajas de poseer el blu-ray- y sigue afectándome quizá más allá de su indudable valor cinematográfico.
    Un abrazo.

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    1. Pienso que existe suficiente base para afirmar que tu elucubración va por el sendero correcto. Hay muchos planos de Katherine (Ingrid Bergman) en que por un segundo mira y gesticula de manera delatora, reacciones de una mujer torturada, instantes en que ficción y realidad parecen fusionarse.
      Por supuesto, me alegra que mi comentario te haya empujado a ver de nuevo la película.
      Un abrazo.

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  4. Quiero ser sincero aunque, como ahora, me avergüence confesar que sólo conozco cuatro películas de Rossellini. "Stromboli" me impresionó especialmente. La que ahora comentáis la vi por televisión hace ya unos años y la recuerdo como la crónica de un "viaje por Italia" de un matrimonio deteriorado, empujado a un punto de inflexión que probablemente lleve a esas dos personas a la ruptura definitiva. Sin embargo, un final en cierta medida esperanzador parece darles una última oportunidad de reconstruir las ruinas de esa relación. En mi memoria la tengo como una película descarnada pero honesta con sus personajes, y deseo volver a verla lo antes posible. La gran Ingrid Bergman lo dio todo en sus trabajos con este director.
    Un saludo.

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    1. Pues eso es en esencia la película. Bueno, eso y algunas cositas más que se desprenden de una puesta en escena que indaga más que narra (por momentos, puede dar la sensación de que no existía guión), que transmite más que explica, y que así nos llega con la fuerza y nitidez de algo que percibimos como real, la aflicción y la soledad de Katherine, víctima de lo que luego haría bandera el cine de Antonioni: la incomunicación de la pareja.
      Un saludo.

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  5. Para algunos críticos, la antesala del cine moderno.

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    1. Más que antesala, diría que fue una puerta que vieron abierta aquellos jóvenes de "Cahiers" para salir de los conceptos academicistas de la narrativa cinematográfica". Si bien, Rossellini ya había dado muestras de "modernidad" en anteriores trabajos suyos. Pero fue en la que comentamos, con la ausencia de dramatismos en la franja de crónica que se nos narra (la película se incorpora a la relación de esa pareja cuando ya ha comenzado su crisis y el desenlace no es tal, sino solo una interrupción), y su falso descuido formal la que dejó más claro el concepto de cine moderno.

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  6. Está película me toca muy profundamente. La trilogía que Rosellini-Bergman rodaron creo que con este film tocaron techo. Me parece de una modernidad desarmante. El momento que has apuntado en respuesta a otro comentario, del hallazgo arqueológico en Pompeya lo recuerdo como un momento sobrecogedor (más si cabe por el momento íntimo que una servidora pasaba en esa época).
    No he vuelto a verla desde entonces pero estoy segurísima que cuando lo haga, seguirá pareciédome una de las visiones más agudas, inteligentes y honestas que se han realizado sobre el matrimonio.
    Un abrazo.

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  7. Probablemente sea esta película el culmen de la relación profesional entre Rosellini-Bergman, a mí parecer (siendo las otras dos películas fantásticas).
    De una modernidad sorprendente. Me parece una de las visiones más agudas, honesta y descarnada que el cine haya hecho sobre el matrimonio. El momento que has apuntado, el del hallazgo arqueológico de los amantes en Pompeya, resulta no sólo catártico sino que golpea de forma muy íntima (por lo menos en una servidora).
    No he vuelto a verla desde entonces (ya hace unos 4 años) pero estoy convencida de que seguirá pareciéndome una película magistral.
    Un abrazo.

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    1. Hola, Miriam! Aunque se solapen, tus dos comentarios resultan aportativos y demuestran, en efecto, que has entendido y sentido en profundidad la película de Rossellini. Solo una pequeña aclaración: cuando hablas de "trilogía" no estoy seguro a qué te refieres pues la colaboración de la Bergman con Rossellini se extendió en seis títulos, si la memoria no me traiciona.
      Un abrazo.

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    2. Tienes toda la razón. Me columpiado un poco. No obstante, cuando hablo de la trilogía me refiero a los mejores titulos - a mí juicio - de su fecunda relación profesional: Stromboli, Europa 1951 y ésta, que para mí es claramente la mejor.
      Un abrazo.

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  8. Por error he repetido el comentario puesto que la primera vez creí que no se había llegado a publicar. Mis disculpas.

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