ENCUENTRO EN PARÍS (Paris When it Sizzles)

(USA) Paramount/Charleston/Richard Quine, 1962-64. 110 min. Color.

Pr: Richard Quine y George Axelrod. G: George Axelrod, basado en una historia de Julien Duvivier y Henri Jeanson. Ft: Charles Lang Jr. Mt: Archie Marshek. DA: Jean d'Eaubonne. Vest: Hubert de Givenchi (para Miss Hepburn). Ms: Nelson Riddle. Dr: Richard Quine.

Int: William Holden, Audrey Hepburn, Noel Coward, Gregoire Aslan, Raymond Bussières, Orestis Ganakis, Dominique Boschero, Evi Marandi, Michel Thomas. Cameos: Tony Curtis, Marlene Dietrich, Mel Ferrer.

En algún lugar de la Costa Azul, el productor Alexander Meyerheim (Noel Coward), mientras disfruta de los privilegios que le otorga su profesión, comenta con sus acompañantes sobre el guión que ha encargado a un guionista llamado Richard Benson.
Cuando oyen pronunciar su nombre, las dos acompañantes femeninas de Alexander saltan como un resorte y sueltan por sus boquitas la mala  opinión que tienen de él: mujeriego, disoluto, bebedor e informal.
Y aquí tenemos a Gaby Simpson (Audrey Hepburn) una animosa muchacha que ha sido contratada para transcribir a máquina el guión que ha de ir redactando ese Richard Benson.
Este es el criticado Richard Benson (William Holden) apalancado en un lujoso apartamento parisino, en el momento de recibir a su mecanógrafa.
Nuestro hombre no es ajeno al encanto que desprende Gaby y comienza su estrategia de acercamiento a la muchacha mientras le explica la mecánica de cómo se escribe un guión.
Recogiendo de la moqueta las hojas en blanco que contendrán la futura historia.
Richard, que no tiene idea de qué va a ir su guión, comienza a urdir posibles tramas.
...y aquí tenemos un posible comienzo en el que vemos salir de un Bentley blanco a Marlene Dietrich.
La inspiración no acaba de llegar pero mientras, su instinto donjuanesco no le abandona.
Simpatía, brillante labia y todas sus naturales "armas" desplegadas por nuestro Richard.
Tras un primer día de tanteos, Richard contempla a Gaby que emerge de su habitación con un espectacular camisón. 
Richard comienza a temer que su inspiración de afamado guionista ha volado definitivamente.

SINOPSIS: Un prestigioso guionista americano residente en París, vividor, egocéntrico y algo perezoso, arrastra el encargo de un productor de escribir un guión en un plazo a punto de expirar. Para darle un empujón al trabajo, contrata los servicios de una mecanógrafa, iniciando con ella un sutil juego de seducción mientras intenta construir una historia que constantemente rectifica y en la que él mismo es siempre el héroe y ella la heroína.

Realidad y ficción se van alternando en esa peculiar relación establecida entre Richard y Gaby.
Gaby ha pasado a formar parte de las tramas que se le van ocurriendo a Richard. Aquí la vemos en la terraza de un café recibiendo a la versión ideada por Richard para el novio de ella (al que pone cara Tony Curtis).
Sigue la trama loca: ese "novio" actor es en realidad el ayudante del inspector Gilet (Gregoire Aslan), un poli obsesionado con atrapar a un famoso ladrón de joyas.
Más imágenes de ese ficticio personaje con los rasgos de Gaby.
La chica en realidad también trabaja de manera forzosa para el inspector Gilet y tiene como misión seducir al perseguido ladrón.
Continúa el zigzagueante juego argumental.
Camino del gran baile de disfraces que se celebra en la Torre Eiffel.
Gilet pretende atrapar a su ladrón durante esa fiesta cuando intente robar las joyas del anfitrión.
Richard, obligado a entregar el trabajo en breves días,  reconoce no obstante lo absurdo de la historia que cuenta su guión y esta vez enamorado de verdad de Gaby, decide tirarlo y contar su historia con la adorable mecanógrafa.
Ese beso final que llena las plateas. Fundido a negro...

COMENTARIO: Lo incomprensible, lo inadmisible, lo que a día de hoy continúo sin digerir es el rotundo fracaso de esta película, las inmisericordes consideraciones críticas que sufrió en su tiempo (se llegó a decir que era la peor película que había rodado Audrey Hepburn), los dos años que la desconfiada Paramount tardó en estrenarla, tratando de hacerlo al abrigo del éxito de CHARADA... En fin, perplejo aún cada vez que recuerdo todo aquello, paso a describir con pocas palabras mi inmarchitable admiración, diría incluso que adoración por esta maravillosa comedia (a lo largo de los años la he visitado más de una veintena de veces y continúa fascinándome). 

Girando en torno a la figura del creador de historias, Richard Quine ironizó con elegancia al tiempo que rendía un chispeante homenaje al oficio de cineasta y de paso a un determinado tipo de cine del que él, por la época en que rodó esta película, sentíase brillante artífice. Efectivamente, el autor de ME ENAMORÉ DE UNA BRUJA consiguió esta vez una comedia libre y perfecta (pese a un muy accidentado rodaje), repleta de hallazgos e impregnada de "festivo serendípity" que rezuma ese París veraniego y burbujeante en el que Audrey Hepburn y William Holden -en libertad vigilada- son ellos mismos divirtiéndose y enamorándose mientras nos divierten y enamoran. Un beso, un fundido... la palabra "Fin". Se encienden las luces de la sala y mientras abandono el patio de butacas flotando como atrapado en un hechizo, cuesta reintegrarse al mundo real.

Nota: la idea argumental de esta comedia está basada en LA FETE A HENRIETTE, película dirigida por Julien Duvivier en 1952, de la que puede considerarse un remake (muy diferente y en cualquier caso, muy superior al original).

13 comentarios:

  1. Me has dado la vara durante mucho tiempo con esta película, Teo. Al final he acabado amándola casi tanto como tú. Hace unos años me regalaste el dvd por mi cumpleaños ¿recuerdas? Todo lo bueno que se pueda decir de ella, creo que ya lo has dicho tú.
    Un abrazo.

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    1. Sí, claro que me acuerdo, Aurora. Igualmente permanece en mi memoria que en 1974 me lancé a rodar un mediometraje en super-ocho que se titulaba INTÉNTALO DE NUEVO, GENIO y que venía a ser un disimulado "remake" de la de Quine. ¡Hasta fuimos a París para rodar los exteriores! Aquel entusiasmo, aquella pasión juvenil ya es solo un bonito recuerdo.
      Un abrazo.

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  2. Si esta magnífica película figurara como dirigida por Billy Wilder, incluso Blake Edwards, a buen seguro tendría consideración de pieza de culto. Como la dirigió Richard Quine, desde siempre un director muy desatendido, yace en el más injusto de los olvidos.
    Saludos.

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    1. Hola, Gonzalo. Siempre que he tenido ocasión, he hablado del injusto olvido de esta magnífica comedia. Olvidada ahora, pero cuando se estrenó en 1965 tuvo muy pocos espectadores y tampoco la crítica se ocupó de ella, salvo para salir del paso con gacetillas estereotipadas. La ignoraron todos. Recuerdo que acudí a verla dos veces (yo era entonces un adolescente impresionable) durante las dos semanas que permaneció en cartel en el local de estreno (el cine Palafox de Madrid) y luego, durante años, la perseguí por los cines de barrio.

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  3. Para empezar, “Encuentro en París” cautiva los sentidos. Lo afirmo. Pero a estas alturas, hablar con entusiasmo de ciertas películas de Richard Quine presiento que es como impartir una clase en un aula a la que solo han acudido dos alumnos.

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    1. Sí! Ya nos vemos tú y yo, como dos apóstoles, recorriendo los caminos para revelar a las gentes las gozosas virtudes de su cine. Hummm... aunque me temo que será como predicar en el desierto. Pero bueno, seamos optimistas: puede que alguien después de leernos, movido por la curiosidad, intente ver esta comedia de Quine y los que ya la conocen posiblemente deseen volver a visitarla.

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  4. Imagino que fue uno de los fracasos que propiciaron que Richard Quine acabase dirigiendo episodios de la serie televisiva "Colombo".

    No he visto la película pero sí he recuperado hace poco "Me enamoré de una bruja", del mismo director, que comento en mi blog.

    También has despertado mi curiosidad por el mediometraje en Super-8 ¡con exteriores en París!

    Saludos.

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    1. Después de ésta, aún rodó dos grandes comedias, LA PÍCARA SOLTERA (Sex and the Single Girl, 1964) y CÓMO MATAR A LA PROPIA ESPOSA (How to Murder Your Wife, 1965). Ambas serán reseñadas en este blog ¡faltaría más!
      Lamentablemente, la serie COLOMBO no fue el último peldaño en el descenso del pobre Quine; siguió rodando cosas indignas hasta que en 1989 se voló la cabeza de un disparo en su apartamento de Los Angeles. Un final horrible para quien nos hizo tan felices con sus películas.
      Un saludo.

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    2. Tu curiosidad por aquella peli que rodamos en super-ocho, también la tengo yo, pero en mi caso es por saber dónde pueda estar en el presente. Mi (ex)amigo y "socio" en aquel tiempo de rodajes, me pidió años después la única copia existente para una proyección que pensaba organizar. Por razones que desconozco nunca más volví a ver a aquel individuo (pese a largas pesquisas) y por consiguiente no pude recuperar la película. Solo me queda la rabia, escenas descartadas del montaje y unas cuantas fotos.

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  5. No la he visto, Teo, lo solucionaré. Como imaginarás, no soy demasiado original afirmándolo, de Quine adoro "Un extraño en mi vida".

    Abrazos.

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    1. Ay! una laguna que espero subsanes en la primera ocasión que se te presente. Creo que existe un consenso generalizado entre quienes han seguido el cine de Quine a la hora de valorar UN EXTRAÑO EN MI VIDA como su mejor película. Espero que participes con tu opinión cuando le llegue el turno en este blog.
      Un abrazo.

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  6. Ya sabes que en el cine, como en cualquiera de la artes o en la vida misma, hay cosas incomprensibles.

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    1. Cuando alguien cae en el enamoramiento, el resultado de una evaluación psicométrica de la inteligencia de esa persona baja varios enteros. Es decir, nos volvemos idiotas. Tal vez sea ese mi caso al resultarme "incomprensible" el maltrato recibido en su día y el fracaso de ENCUENTRO EN PARÍS. Pero ¿qué quieres? me enamoré de esta embelesante comedia desde el primer momento.

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