MANHATTAN

(USA) United Artists / Rollins-Joffe, 1979. 96 min. BN. Panavision.

Pr Ej: Robert Greenhut. Pr: Charles H. Joffe y Jack Rollins. G: Woody Allen y Marshall Brickman. Ft: Gordon Willis. Mt: Susan E. Morse. DP: Mel Bourne. Vest: Albert Wolsky. Ms: George Gershwin. Dr Ms: Tom Pierson. Dr: Woody Allen.

Int: Woody Allen, Diane Keaton, Michael Murphy, Mariel Hemingway, Meryl Streep, Anne Byrne, Karen Ludwig, Wallace Shawn, Michael O'Donoghue, Tisa Farrow, Gary Weis, Kenny Vance, Helen Hanft, Karen Allen, David Rasche, Frances Conroy.

La película se abre (y se cierra) con bellísimas panorámicas de Manhattan.
Jill (Meryl Streep) se ha divorciado de Isaac (Woody Allen) para unirse sentimentalmente a Connie en un regreso a su homosexualidad.
Jill, además de despreciar a su exmarido, piensa escribir un libro donde contará todas las intimidades de su fracasado matrimonio.
La idea de que Jill plasme en las páginas de ese libro todos los trapos sucios de su relación con ella, le produce cierto pánico.
Isaac se siente humillado por el abandono de su esposa en beneficio de otra mujer, esa Connie (Karen Ludwig) que ahora ocupará su lugar y ejercerá como "padre" de su pequeño hijo.
 Isaac mantiene ahora una relación sentimental con Tracy (Mariel Hemingway), una adolescente de diecisiete años, y aquí le vemos paseando con su amigo Yale (Michael Murphy) y la amante de éste, Mary (Diane Keaton).
 En un primer momento, Mary le parece a Isaac una pedante insoportable pero pronto ambos comienzan a congeniar cuando ocasionalmente salen juntos a petición de Yale que ha de permanecer con su esposa a la que -cobardemente- oculta esa relación extraconyugal.
Entre animadas conversaciones y sesiones de cama, Isaac y Tracy se divierten juntos y viven el momento.
 Isaac reprocha a su amigo Yale (fuera de campo) su basculante indecisión entre su esposa y Mary.

Cuando Mary comprende que su clandestina relación con Yale no va a ninguna parte y no deseando además ser la responsable de la ruptura de un matrimonio, rompe con él e inicia con Isaac un romance "provisional".

SINOPSIS:
Un guionista de televisión con momentáneo éxito profesional ve cómo su segunda esposa le aban­dona para iniciar una relación lésbica con otra mujer. Intentando recuperar el equilibrio emocional y rehacer su vida sentimental, nuestro hombre mantendrá relaciones simultáneas con una adolescente de diecisiete años enamorada de él y con la amante de su mejor amigo, una sofisticada seudointelectual. Final­mente tendrá que decidirse por una de las dos.

Un romántico amanecer en el que se recortan las siluetas de Isaac y Mary sentados frente al East River con la hermosa vista del puente de Brooklyn al fondo.

 Isaac y Yale dirimen sus diferentes puntos de vista sobre la complicada situación creada.
 Lo cierto es que ninguno de los dos amigos tiene las cosas claras. Tal vez la cobardía  y el egoísmo de ambos tengan mucho que ver.
 Volvemos a ver a esta parejita. La ingenua e ilusionada Tracy ignora lo que se "cuece" a su alrededor.
 Sorprendidos por la lluvia en Central Park, Isaac y Mary corren buscando refugio.
...y lo encuentran en el Museo de Arte Moderno donde, una vez más, Isaac ironiza con su brillante verborrea.
 Isaac y Tracy viendo desde la cama una película de W.C. Fields mientras engullen fideos chinos.
Cuando May rompe con Isaac, éste, tras salir del shock, trata de recuperar a Tracy.
Tracy siempre ha demostrado una mayor madurez de ideas que nuestro amigo.
Posiblemente para él ya sea demasiado tarde para continuar rectificando de manera egoísta.
Al final, quizás, todos hayan aprendido algo.

COMENTARIO:
Volviendo la mirada atrás, si la espléndida ANNIE HALL significó un film bisagra entre dos etapas en la carrera de Woody Allen, ese punto de inflexión hacia una mayor gravedad y complejidad en su obra le llevó inmediatamente a la realización de ésta que ahora comentamos y que sin duda, o al menos durante varios años, representó para mí la cumbre de su arte (ahora, contemplando su trayectoria, se me ocurren dos o tres títulos de este autor que estarían, por lo menos, a la misma altura de MANHATTAN.

En primer lugar, la película es un sosegado y hermoso poema a la ciudad de Nueva York, una declaración de amor a Manhattan y su fauna “exquisita” que su autor integra con inteligencia y brillantez en esa continuación de su discurso, una diseccionadora y reflexiva mirada, a la vez tierna, sobre el cínico, infantilizado, egoísta, incoherente y asustado hombre enamorado. En esta ocasión, el basculante personaje de Isaac que interpreta Allen, ese efímero guionista de televisión que se mira demasiado el ombligo, está dibujado “a su imagen y semejanza” con abundantes alusiones y referencias a su propia biografía, eso sí, más o menos camufladas. Lógicamente, como precaución para que tanto autor como personaje se hagan querer, recurre a un método consistente en pulir y suavizar posibles aristas, utilizando como herramienta la autoironía. Así vamos descubriendo su miedo a la soledad y al fracaso, mientras comprueba el carácter inestable y evanescente de la relación entre un hombre y una mujer. Y ese repaso se convierte en una continua confrontación –en tembloroso equilibrio– entre pasado y futuro.

La portentosa fotografía en blanco y negro de Gordon Willis (es muy probable que inspirada en las fotografías de Berenice Abbott) materializa una serena, bellísima y muy trabajada puesta en escena, caracterizada por una planificación larga en la que abundan tanto inteli­gentes juegos de plano-contraplano, como "invisibles" travellings antecediendo, siguiendo o acompañando a los personajes, atrapándolos siempre en su punto de vulnerabilidad, por debajo de sus sofisticados parapetos dialécticos. Y la maravillosa música de George Gershwin con su poder evocador y emocional envolviendo adecuada, lujosamente las imágenes de esta obra maestra.

23 comentarios:

  1. También opino que se trata de una obra maestra.

    Saludos.

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    1. Sí. Una de las películas de Allen menos discutidas. En su momento, nos pareció la cumbre de su cine. Ahora, con la perspectiva de toda su filmografía posterior, habría que reconsiderar el asunto.
      Un saludo.

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  2. Una película con un encanto especial, deliciosa, con un blanco y negro precioso y una fotografía extraordinaria. Woody Allen reflexiona en este film sobre las relaciones "maduras". Y lo entrecomillo porque, a excepción del personaje -curiosa y paradójicamente- más joven, Mariel Hemingway, el resto se creen personas adultas y, en realidad, no lo son. Al final, nos queda una película que derriba las hipocresías, egoísmos e inseguridades y pone en evidencia a determinado perfil: los pseudointelectuales. Por encima de todo, el film nos dice qué es lo más importante: el verdadero amor, personificado en el personaje de la Hemingway, que con sólo 17 años les da mil vueltas a todos los demás.
    Por cierto, Meryl Streep, que nunca ha sido especialmente bella, en esta película está muy guapa.
    Abrazos!!

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    1. Hola, Miriam. La inmadurez y petulancia en el comportamiento de los adultos recorre toda la filmografía de Woody Allen y es contra lo que arremete en muchas de sus comedias con vitriólico regodeo, y también lo que subyace en el desencadenamiento de alguno de los oscuros dramas abordados en sus trabajos más graves. En "MANHATTAN" utiliza el personaje adolescente de Tracy (Mariel Hemingway) como elemento de contraste y lo hace especialmente en la última escena de la película en su conversación con Isaac cuando ella se dispone a viajar a Londres: "Seis meses no es tanto tiempo y no todo el mundo se corrompe. Has de tener un poco de fe en las personas".
      Sí, efectivamente Meryl Streep en aquellos momentos aparece especialmente guapa y muy ajustada a su personaje.
      Un abrazo.

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  3. Probablemente la obra maestra de Allen, y eso es decir mucho. Desde luego, la mejor de esa trilogía compuesta por Annie Hall, Manhattan y Recuerdos. Curiosamente Allen decía que su preferida era Recuerdos. De hecho, Allen declaró sobre Manhattan: «Pensé: “En este momento de mi vida, si esto es lo mejor que puedo hacer, no deberían darme dinero para dirigir películas”». Por lo visto, el filme mejoró sensiblemente gracias al trabajo en la sala de edición de Susan E. Morse, que recortó el largometraje de una forma que satisfizo a todos.
    Saludos.

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    1. Los directores se convierten en los peores críticos cinematográficos cuando les toca juzgar sus películas. Eso casi siempre es así. Que Allen prefiera RECUERDOS a la formidable MANHATTAN es buena prueba de ello. Por otro lado, las películas toman forma y entidad en la sala de montaje (salvo, por ejemplo, las de Hitchcock que en virtud de cómo las rodaba, llegaban ya "montadas" a la moviola). Ignoro el grado de responsabilidad que tuvo Susan E. Morse en el resultado final de la película que comentamos, pero sin duda ese resultado fue brillante.
      Un saludo.

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  4. Inolvidable el comienzo, con las postales de ese Nueva York tan magníficamente retratado por Gordon Willis, con la Rhapsody in Blue de Gershwin, interpretada por la Filarmónica de Nueva York, dirigida por Zubin Mehta, un lujo auténtico.
    A mí siempre me ha parecido una especie, no de mezcla, sino de punto equidistante entre Annie Hall e Interiores. El director mezcla esas miradas subjetivas, ese contar lo personal, con la visión externa, con el contar una historia más genérica y no tan centrada en lo individual.
    Los personajes, entrañables, con esa tierna y a la vez madura Tracy (Mariel Hemingway), la historia menor, pero muy avanzada para la época, con una pareja de lesbianas educando al hijo de una de ellas y encarnada por la ex-esposa del protagonista, que interpreta una entonces poco conocida Meryl Streep... Muchos mensajes sobre la vida misma y sobre todos ellos, la esperanza de la juventud pura y sensata que se impone a este grupo de maduros en edad e inmaduros en forma de ser.
    Y todo ello, con un magnífico guion, del que alguna vez vi reproducido el original, ya no recuerdo dónde y del que me llamó la atención que estaban reflejados en él, todos los detalles, los tartamudeos de los actores, las intervenciones simultáneas, en las que varios hablan a la vez.
    Y la imagen de Woody Allen y Diane Keaton, sentados en un banco frente al Puente de Brooklyn.

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    1. Desde luego, MANHATTAN continúa el discurso iniciado en ANNIE HALL con una mayor madurez narrativa, ampliándolo. No veo, en cambio, tanta conexión con la "bergmaniana" INTERIORES, aunque en cierta forma los trabajos de Woody Allen, en su diversidad, están interconectados por diferentes puntos. Es lo que tienen los autores con universo propio.
      Sí, ese prólogo dedicado a Manhattan con la voz en off de Allen y esas imágenes de Gordon Willis acompañadas por la evocadora música de Gershwin es toda una hermosa declaración de amor a una ciudad, o a una parte de esa ciudad.

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  5. Woody Allen, que siempre ha rodado películas muy diferentes en contra de lo que algunos creen, con frecuencia suele desnudarse ante el espectador en una suerte de un impúdico strip-tease moral, aunque no exento de autocomplacencia. A mi juicio, "Manhattan" está entre las tres mejores de él.
    Un abrazo.

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    1. Hay autores que se ocultan cautamente tras sus películas y otros que -como dices- se autoanalizan ante el público no sé muy bien si como exorcismo o como un mero ejercicio exhibicionista. Woody Allen, en ocasiones, utiliza sus trabajos como el diván de un psicoanalista. Pero lo importante, cinematográficamente, es la genial manera en que suele hacerlo.
      Un abrazo.

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  6. Luis Lew Tarkovski
    Una de las cosas que me gusta del cine de Woody Allen es que muestra constantemente las contradicciones, inseguridades, comportamientos inmaduros, imperfecciones en definitiva, que caracterizan la vida adulta de las personas, y la falta de respuestas concretas a todas las posibles preguntas importantes que se pueden hacer esos adultos. Es decir, nosotros mismos. Por eso, todo en la vida de sus personajes es muy relativo. La pareja ideal, el verdadero amor, lo que hoy parece de un modo mañana lo vemos de otro, lo que no nos gusta que nos hagan nosotros se lo hacemos a otras personas, no valoramos lo que tenemos hasta que lo perdemos, y así cometemos errores constantemente porque somos frágiles, incoherentes, egoístas, ingratos...
    Pero bueno, de vez en cuando podemos acertar en algunas cosas, rectificar y quizás salvar en el último momento una relación que merece la pena, y que pende de un hilo finísimo. Igual que nuestras propias vidas, que también penden de un hilo.
    Un saludo, Teo.

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    1. El profundo conocimiento que Woody Allen tiene de la condición humana está reflejado en los contenidos y puesta en escena de sus películas. En todas ellas, de manera más o menos certera y profunda, practica incisiones en la problemática inherente a la vida en pareja, en las anomalías, egoísmos y contradicciones del comportamiento de seres civilizados y cultos tratando infructuosamente de estabilizar el caos en la "sala de máquinas". Y lo hace las más de las veces utilizando un humor que va, según la ocasión, de lo didáctico y filosófico a la causticidad más inmisericorde. En suma, estamos ante un maestro que deleita mientras nos alecciona.
      Con sus ochenta y siete años, por ley de vida no le queden muchas películas por hacer (dice que GOLPE DE SUERTE será la última). Esperemos que no y su actividad se prolongue –por lo menos– como la de Manoel de Oliveira.
      Un saludo.

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  7. ¡Qué gran película! Su autor, por cierto, se está dando durante estos días un baño de multitudes por Europa, primero en Venecia, donde ha presentado su primera película rodada en francés, y ayer en Grecia, tocando el clarinete con su banda de jazz. En pocos días está previsto que actúe en Barcelona.

    Saludos.

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    1. Aquí estamos, esperando como agua de mayo (perdón, de septiembre) el estreno de su peli francesa. Creo que tendrá lugar el próximo día 29. Por cierto ese mismo día también se estrenará la nueva de Víctor Erice.
      Hace más de veinte años pude verle actuar con su banda New Orleans Jazz Band en el Teatro Monumental de Madrid. Todo un momentazo.
      Un saludo.

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  8. “Manhattan” junto a “Annie Hall” y muy al ladito “Sueños de seductor” (en la que aparece como actor) fueron las tres películas que hicieron que empezara a amar a Woody Allen. Después vino rescatar toda su filmografía y seguir, como un ritual, viendo las películas que se van estrenando cada año en una sala de cine. Con Allen me ocurre que puede que haya películas de su filmografía que me gusten más o menos, pero de todas sus películas siempre rescato algo: una escena, un diálogo, un gesto, un personaje...
    Transitar por su filmografía depara un viaje que merece la pena...
    Si me dijeran que eligiera películas dirigidas por Woody, sé que cambiaría cada dos por tres la lista. Ahora me sale “Hannah y su hermanas”, “La rosa púrpura del Cairo” y “Delitos y faltas”. Pasado mañana ya veremos... porque “Zelig” me apasiona... Incluso películas que quedaron en las sombras cuentan con mi interés como “El sueño de Cassandra”. También disfruté mucho con “Irrational Man”.
    Beso.
    Hildy

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    1. Aunque los de mi generación descubrimos a Woody Allen primero como actor y guionista, todos los que hoy admiramos y disfrutamos con su cine lo hicimos, como tú, a partir de ANNIE HALL y MANHATTAN porque en las cinco películas que dirigió previamente le habíamos tomado por un mero sucedáneo (o sustituto) de Jerry Lewis.
      Como bien dices, en todos sus trabajos –desde los más logrados a los menos inspirados– encontramos elementos de interés, lecciones de vida y un más amplio conocimiento de la problemática humana. Bergman lo hacía de una manera desnuda y dramática y en ocasiones, desoladora, Pero Allen, admirando al maestro sueco, optó, no obstante, por la vía del humor (a través de la comedia siempre se pueden decir más cosas y "entran" mejor), lo que no excluye que en varias ocasiones desechara la clave cómica para ponerse más "serio" (mencionas IRRATIONAL MAN y EL SUEÑO DE CASSANDRA).
      Estoy contigo en esa dificultad de elegir las mejores de él porque siempre acabamos barajando más de diez títulos y según el día, nos resulta muy complicado establecer un orden oficial de preferencia. Pero a estas alturas de su filmografía, con la perspectiva que ya tenemos, creo que podemos separar más fácilmente del pelotón esos "cinco títulos imprescindibles" para cada uno de nosotros.
      Un beso.

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  9. Buenos días, Teo. Te agradecería que me dijeras cuáles fueron las aportaciones (creo que cuatro) que hizo Miguel Marías a tu "Movie Movie : guía de películas".

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    1. Hola, Rodrigo. Supongo que necesitas esos textos para incluirlos en tu blog recopilatorio de sus escritos. En realidad sus aportaciones han sido seis hasta la fecha, acumuladas a lo largo de las diferentes ediciones del libro. Ahí van los títulos: ORDET (1954), REBELDE SIN CAUSA (Rebel Without a Cause, 1955), RIO BRAVO (1958), LOS DIENTES DEL DIABLO (The Savage Innocents, 1960), LA VIACCIA (1961) y EL VERDUGO (1964).
      Si necesitas esas reseñas reunidas puedo enviártelas por e-mail.
      Un saludo.

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  10. Muchas gracias, Teo.
    Sí, continuando con la búsqueda de cuanto ha escrito Marías, me he hecho con tu libro y, cuando llevaba vistas doscientas páginas y no encontrar nada de él (y sí de otros colaboradores), dudaba si sus contribuciones estaban firmadas.
    Sería estupendo que me enviaras las reseñas pues me facilitaría un poco la tarea y dispondría además de los originales de Marías.
    En la cuarta edición, la que dispongo, no aparece la reseña de la película de Bolognini, ¿es que se va a publicar una quinta? Esta última reseña ¿la podremos difundir en el blog o esperamos a que pase un tiempo?
    Un saludo y gracias de nuevo.

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  11. Me resulta arduo entender a aquellas personas que cautivándoles el cine afirman que no les gusta Woody Allen y cuando les pregunto si se refieren a sus películas, me responden: "ah, y sus películas tampoco". Bueno.
    En sus películas hay crítica, humor, agudeza, ritmo, inteligencia, son incisivas y originales y ponen al descubierto todas las inseguridades, contradicciones y pequeñas miserias del ser humano y de la sociedad que los condiciona. En suma, son amenas lecciones de vida.
    Saludos.

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    1. A lo largo del tiempo he podido observar que para cierto público hay unos pocos (controvertidos) autores que por alguna razón su figura y lo que conlleva se superpone a la obra que realizan (no es cosa que ellos busquen), lo que interfiere, predispone, embadurna y "nubla" el juicio sobre sus películas. Le ocurre a Woody Allen, Pedro Almodóvar y algún otro. En fin, espero que nosotros no caigamos en tan estúpida aberración.
      Tú mismo enumeras muy bien las virtuosas características del cine de Allen. Eso es lo que nos importa. Lo demás es material para relleno de revistillas.
      Un saludo.

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  12. “Annie Hall” me parece la mejor de Allen, de lejos, además. Ahí alcanzó el equilibrio entre su sentido del humor, la crítica de usos y costumbres de la burguesía neoyorquina contemporánea y por supuesto su agudo análisis de la futilidad de las relaciones humanas.
    Interesante blog, se ve que está vivo, que hay debates.
    Un saludo.

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    1. Inicialmente, tu nick diría que me sitúa en un plano de inferioridad pues alguien con un "as en la manga" juega de entrada con una cierta ventaja. Agudizaré mis sentidos por si acaso.
      Bromas aparte, aún gustándome mucho ANNIE HALL, creo que es una película con un guión muy trabajado que se alimenta de una cesta llena de "productos Allen" que posteriormente su dueño irá distribuyendo en sucesivas películas. Pero no deja de ser un boceto de todos ellos que pulirá, enriquecerá y ampliará en, por ejemplo, la película que ahora nos ocupa y posteriores (ha rodado muchas). Por lo demás, perfectamente de acuerdo contigo en el inteligente uso del humor alleniano para diseccionar y analizar todo lo que nos hace tan contradictorios y quebradizos, tan poco estables, en nuestras relaciones.
      Bienvenido/a y ahí va un saludo.

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