ME ENAMORÉ DE UNA BRUJA (Bell, Book and Candle)

(USA) Columbia / Phoenix, 1958. 106 min. Color.

Pr: Julian Blaustein. G: Daniel Taradash, basado en la obra de John Van Druten. Ft: James Wong Howe. Mt: Charles Nelson. DA: Cary Odell. Vest: Jean Louis. Ms: George Duning. Dr: Richard Quine.

Int: James Stewart, Kim Novak, Jack Lemmon, Ernie Kovacs, Hermione Gingold, Elsa Lanchester, Janice Rule, Philippe Clay, Howard McNear, Bek Nelson.

Él todavía no lo sabe, pero el pobre Shep (James Stewart) está condenado a enamorarse de Gillian a golpe de conjuro.
Gillian (Kim Novak) no está segura de las ventajas de ser bruja cuando se está enamorada y utiliza su gato siamés Pyewacket, a veces como parapeto y otras como arma arrojadiza.
La bella, el gato y el embrujado.
Este es Nicky (Jack Lemmon) el hermano juguetón de Gillian.
El escritor Sidney Redlitch (Ernie Kovacs) ha sentido una inexplicable "necesidad" de desplazarse a Nueva York para conocer a Gillian.
Queenie (Elsa Lanchester) es la tía de Gillian y quien mejor conoce lo que siente su sobrina.
Bianca de Passe (Hermione Gingold), bruja inseparable amiga de la familia. 
La familia que conjura unida, permanece unida.
El momento de ingerir la pócima.
Ante la comprensiva mirada de su tía, Gillian se debate en su disyuntiva romántico-brujeril.

SINOPSIS:
Un calmoso editor con la vida perfectamente organizada, incluyendo una novia formal, engreída y algo estúpida, es víctima de los esotéricos conjuros de su bella vecina que además de estar enamorada de él, es bruja. Este peculiar y sutil acoso amoroso hará que la plácida existencia de nuestro hombre se vaya complicando gradualmente.

Gillian, su hermano Nicky y su tía Queenie forman una familia tan extraña como bien avenida.
Hermanos, sí, cómplices también. Pero Gillian ahora ha de frenar las locas ideas de Nicky.
Shep con su estirada novia Merle (Janice Rule) comete el error de llevarla al club nocturno donde Nicky trabaja como músico. 
...y este es el acústico tormento a que es sometida Merle.
Gillian contempla deleitada la escena.
Con las inesperadas incursiones de Pyewacket, el atribulado Shep sufre ataques de alergia, y a su mente cartesiana le cuesta asimilar la situación.
Un adorable (y temible) trío.
Nicky se divierte, Shep no sabe el terreno que pisa y el desubicado Sidney continúa flipando. 
Shep finalmente comprende que está enamorado de la escindida Gillian.
Gillian que en su condición de bruja carecía de la capacidad de llorar, ahora comprueba que una lágrima recorre su mejilla. El amor puro ha triunfado sobre lo esotérico.

COMENTARIO:
Desde los films de Josef Von Sternberg con la Dietrich, la fascinación que sobre un director puede ejercer su estrella, nunca había deparado resultados tan brillantes como en el caso de las películas que el sentimental Richard Quine hizo con Kim Novak. Por eso, en este romántico y embelesante cuento de hadas (perdón, de brujas) los espectadores somos los felices receptores del placentero resultado obtenido con esa química perfecta.

La puesta en escena de Quine está resuelta con una aterciopelalada elegancia cargada de sugerencias, de musicales movimientos de cámara y de ese charme burbujeante que volvería a crepitar de manera muy especial cuatro años más tarde en ENCUENTRO EN PARÍS (Paris when it Sizzles). A estas virtudes que con frecuencia han adornado las comedias de este realizador, hay que añadir en la que nos ocupa, ya lo apuntaba más arriba, la presencia de la magnética y felina Kim como llama inspiradora. No me olvido de que entre medias de estos dos títulos mencionados, está situada su obra más profunda e importante, UN EXTRAÑO EN MI VIDA (Strangers when we Meet) de la que nos ocuparemos en otra ocasión.

Nunca el objetivo de una cámara cinematográfica estuvo tan enamorado de una actriz como en ME ENAMORÉ DE UNA BRUJA (¡qué maravillosa fotografía en color!). En consecuencia, estamos ante una elegante, absolutamente deliciosa y divertida comedia que reune uno de los repartos más estimulantes con los que pudiéramos soñar. Un remunerador ejemplo de esa década prodigiosa, 1955-1965, que para quien esto escribe representó un cierto tipo de comedia americana que en aquellos momentos practicaban, en su mejor momento y con incontestable talento, Vincente Minnelli, Stanley Donen, Blake Edwards y por supuesto, Richard Quine.

29 comentarios:

  1. "Me enamoré de una bruja" es mi película favorita del interesante Richard Quine. Pero lamento que en mi primera intervención en este blog disienta con la entusiasmada defensa que haces en tu post de "Encuentro en París". No la soporto, en ella encuentro [valga la redundancia] más de un momento estúpido e irritante para mi gusto).
    “Me enamoré de una bruja” no sólo es un filme divertido, romántico y elegante, sino que además está protagonizado por la pareja Stewart-Novak, que ese mismo año ya había coincidido en "Vértigo" de Hitchcock. Y eso siempre es un punto a favor para quienes amamos la cinta del maestro británico.
    Un abrazo.

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    1. Vamos a recordar algunos títulos de Richard Quine, además del que ahora se comenta: LA CASA 322, MI HERMANA ELENA, UN CADILLAC DE ORO MACIZO, UN EXTRAÑO EN MI VIDA, EL MUNDO DE SUZIE WONG, LA MISTERIOSA DAMA DE NEGRO, ENCUENTRO EN PARÍS (con perdón), LA PÍCARA SOLTERA, CÓMO MATAR A LA PROPIA ESPOSA.
      Creo que el pobre Quine, si nos olvidamos de todo lo que rodó después de 1968, merece algo más que el formulario calificativo de "interesante". A él le debo muchas horas de felicidad, de intensa emoción y también de reflexión. Con él he querido bailar, tener una vecina bruja, enamorarme de una prostituta euroasiática, residir en París y acosar a una secretaria como Audrey Hepburn. También hago un examen de conciencia y replanteo mi vida cada vez que reviso STRANGERS WHEN WE MEET. En fin, que me gusta mucho el cine de Richard Quine.
      Un abrazo.

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  2. J.L. Llamazares 24 marzo, 2012
    Me gusta pero no es mi favorita del dueto Quine/Novak estando por ahí esa obra mayor llamada "Strangers when we meet", pero insisto, me gusta bastante y tiene momentos deliciosos. Estoy contigo; hay que ver lo bien que trataba Quine a la Novak. A veces el amor, incluso el no correspondido, obra milagros en una pantalla.
    Un saludo.

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    1. Richard Quine estuvo durante muchos años locamente enamorado de Kim Novak y eso, ya lo hemos dicho, resulta evidente en todas las películas que hizo con ella. Pero Kim, arisca, independiente y solitaria (y creo que también un poco rara) nunca le dio demasiado cuartelillo, hasta que finalmente le rubia de los ojos verdes le pidió el finiquito. Fue entonces cuando el rechazado Quine, en pleno berrinche, rodó esa comedia genial, misógina y vengativa titulada CÓMO MATAR A LA PROPIA ESPOSA.
      Un saludo.

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  3. Muy buena, aunque como se dice la obra maestra de Quine sea "Un extraño en mi vida".

    Un abrazo, Teo.

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    1. A la hora de valorar UN EXTRAÑO EN MI VIDA como la cumbre en la carrera de Richard Quine creo que existe consenso. No obstante, confieso que soy un hombre escindido pues sin dejar de reconocer que el mencionado título es su mejor película, sin embargo, si tuviera que retirarme a una isla desierta con una sola película de Quine creo que me llevaría ENCUENTRO EN PARÍS. Desde siempre estoy seducido por esa burbujeante comedia. ¿Crees que tengo que hacérmelo mirar?
      Un abrazo.

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  4. No sabía muy bien como empezar este comentario, si confesando ya sin rodeos que el hechizo de Kim conmigo, que dura toda una vida, ha vuelto ha surtir su efecto de encantamiento demoledor después de volver a ver ayer “Me enamoré de una bruja”; o titularlo simplemente - “Kim y James, después de Vértigo” -, como si los dos actores decidiesen reunirse después de llevarnos al summum de la historia del cine gracias a la obra maestra de Alfred Hitchkock para regalarnos, otra vez juntos como protagonistas, una deliciosa y elegante comedia romántica que sirviese de aterrizaje suave, en el mismo año, 1958, tras la apoteosis que supuso el final de “De entre los muertos”.

    En fin, una joyita romántica y simpática de Richard Quine que transcurre en la Gran Manzana durante la Navidad (algo, esto último, que se ha puesto tan de moda en los últimos años con mejor o peor fortuna). Más no se puede pedir

    Una comedia donde prevalece por encima de todo y de todos la presencia arrebatadora de Kim Novak como Gillian, la atractiva bruja enamorada de Shep (James Stewart) acaparando cada una de las escenas donde aparece más bella y seductora que nunca. Ella está espléndida en un papel aparentemente sencillo pero repleto de matices que lleva con naturalidad a su terreno como anillo al dedo opacando al resto del magnífico reparto. Tal vez no sea ecuánime cuando hablo de ella, porque sigue siendo a día de hoy mi actriz favorita del Olimpo de Hollywood. Ya sé que no es ni será la mejor actriz, ni siquiera estará entre las primeras en cuanto a dotes de interpretación, pero Kim significa magia cuando llena la pantalla con su expresividad y su atractivo, y creo que sus actuaciones están gravadas a fuego en el imaginario de muchos espectadores de todos los tiempos. Al menos así quiero creerlo.

    Cuando aparece en la pantalla no puedo evitar que se mezclen y superpongan en mi memoria cinéfila dos escenas memorables al menos de la historia del cine, según mi opinión, en las que Kim es la absoluta protagonista simplemente con su presencia magnética y sin apenas diálogos. Una de ellas es en “Picnic”, el melodrama de Joshua Logan de 1955, interpretando a la apasionada Magda en la famosa escena cuando baja las escaleras sobre la plataforma del río al ritmo de la música, sensual e irresistible, para encontrarse con el aventurero personaje que interpretaba William Holden y bailar juntos mientras él la observa hipnotizado y rendido a sus pies. La otra, como no podía ser de otra manera, es en “Vértigo”, precisamente la escena cuya imagen encabeza y preside este blog, una de mis preferidas, cuando la misteriosa Madeleine se cruza por primera vez con Scottie, el atormentado policía interpretado por James Stewart, casi rozándose los dos al salir ella del restaurante mientras él, sentado en la barra del bar, la observa disimuladamente azorado y perturbado hasta la fascinación con su presencia.

    No recordaba, como comentáis, que el director estaba hasta las trancas por Kim Novak, pero ese hecho sí que explica seguramente lo maravillosa que luce la actriz en esta película. Está rodada alrededor y en función de ella, no cabe ninguna duda.

    Kim Novak aparte, como ya he apuntando, se trata de una comedia romántica muy estimable, agradable de ver y que funciona perfectamente sin haber perdido nada de su encanto sesenta y cinco años después de su estreno, con un reparto repleto de buenos actores secundarios del que cabe reseñar como curiosidad la interpretación de Jack Lemmon como hermano brujo de la protagonista, un poco antes de su salto definitivo a la fama.

    Y como remate a este comentario, siguiendo el tono del mismo, quisiera destacar la frase que un divertido y atolondrado Sidney, el autor del best seller esotérico “Magia en México” e interpretado por el actor Ernie Kovacs, suelta en un momento determinado de la película a Shep:

    - ¡Nueva York está repleto de brujas, muchacho!

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    1. Tu frondoso texto se convierte en una apasionada descripción de los poderes hipnóticos de esa “bruja” rubia de ojos verdes. Creo recordar que Shep necesitó ingerir una pócima para caer rendido a su encantamiento. Por nuestros comentarios sobre Kim Novak queda claro que ni tú ni el que suscribe hemos necesitado conjuros. Si acaso, creo que fue PICNIC la efectiva “pócima” que en su día ingerimos todos reforzada luego con la segunda poderosa dosis que nos suministró VERTIGO (reseñada en este blog) para considerar a la Novak como una electrizante presencia en la pantalla. Por lo demás, muchas gracias Forastero por tu aportativa participación y esperamos seguir leyéndote en este rincón.
      Un abrazo.

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  5. Vi esta peli hace muchos años, tendría que volver a verla..Lo haré. Ya sabes, porque lo hemos comentado alguna vez, cuánto me gusta El mundo de Suzie Wong y Un extraño en mi vida. Qué color tan bonito tenían las pelis de este director. No sabía que estuvo enamorado de Kim Novak. Qué buena Elsa Lanchester, siempre. Debo haberme dado un golpe en la cabeza porque no recordaba a Jack Lemmon en esta peli... imperdonable. Lo dicho, tengo que volver a verla.
    Un abrazo.

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    1. Hola, Emma: creo que no te será difícil localizarla; que yo sepa, tienes una oportunidad con el blu-ray que se editó hace algún tiempo.
      Te doy la razón: los colores en las películas de Quine tienen vida propia y contribuyen al encanto que emana de muchas de ellas. Sus comedias son especialmente felices, como hechas por un hombre que amaba su oficio y se sentía dichoso de formar parte de aquellos creadores que hicieron de Hollywood una fábrica de sueños. Ahora, en ese lugar, sólo fabrican huecos y digitalizados productos que rellenan su oquedad con efectos especiales en 3D.
      Hummm... ¡mira que olvidarte del bueno de Jack!
      Un abrazo.

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  6. Hola Teo!
    Me temo que voy a tirar del tan trillado "cualquier tiempo pasado fue mejor" ...
    Nada que añadir a tu estupenda y mas que acertada critica. Siempre es un placer volver a ver una película como esta.
    Saludos!

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    1. En materia cinematográfica, esa frase hecha adquiere un sentido muy concreto si la aplicamos (hablo por los de mi generación) a un género tan degradado en la actualidad como es la comedia.
      Gracias, Fran. Tus intervenciones son siempre bienvenidas.
      Un saludo.

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  7. Vas a tener razón en eso de que cuando Kim Novak desapareció de la vida de Richard Quine, a éste empezó a faltarle la inspiración. Porque "Intriga en el gran hotel" deja mucho que desear y mejor no decir nada de la última, "El estrafalario prisionero de Zenda". Es que parece mentira que fuera el mismo Richard Quine de diez años antes. Es como si se le hubiera secado el cerebro y puede que el corazón. Una pena.
    Saludos.

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    1. Es cierto. Después de CÓMO MATAR A LA PROPIA ESPOSA, Quine empezó a rodar películas raras (algunas, hay que reconocerlo, muy malas). De esa última etapa tan sólo se salva LA GUERRA DEL WHISKY (1970), esa historia de tono indefinido con gangsters rurales en la época de la ley seca que protagonizaban Alan Alda y Richard Widmark.
      Como sabes, ya está reseñada en este blog ENCUENTRO EN PARÍS (Paris When It Sizzles, 1963) y están previstas entradas dedicadas a UN EXTRAÑO EN MI VIDA (Strangers When We Meet, 1960), LA MISTERIOSA DAMA DE NEGRO (The Notorious Landlady, 1962), (LA PÍCARA SOLTERA (Sex and the Single Girl, 1964), CÓMO MATAR A LA PROPIA ESPOSA (How to Murder Your Wife, 1965) y SYNANON (1966). Así pues, habrá tema.
      Un saludo.

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  8. Hola Teo. Una preciosa comedia romántica, (compararla con la basura que ahora llamamos “comedia”... en fin, dan ganas de llorar)
    Qué bella era Kim Novak! Cuando Hitchcock la eligió para “Vertigo” consiguió el mejor papel de su vida y todos quedamos hipnotizados.
    Hizo importantes películas en blanco y negro, por ejemplo, me gustan mucho “El hombre del brazo de oro" y "La misteriosa dama de negro", pero era una actriz para el color. Y sigo considerando "Un extraño en mi vida" una portentosa obra maestra que ocupa un lugar destacado en la lista de las películas de mi vida.
    Saludos!

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    1. Kim Novak era (bueno, es, porque aún sigue viva cuando escribimos esto) una mujer tan bella y fascinante como extraña. Solía vivir en completa soledad en una casa junto al mar. Quine cayó bajo sus encantos pero nunca logró traspasar la frontera del amigo y mentor "con derecho a roce".
      En principio, la Novak no fue la elegida por Hitchcock para VERTIGO, tan sólo era la sustituta de Vera Miles que hubo de retirarse al quedar embarazada (¡del tarzanesco Gordon Scott!). Años más tarde, a Hitch le ocurrió algo parecido con Grace Kelly para la que había escrito y preparado MARNIE, pero su regio esposo (presionado por De Gaulle) la retiró el permiso en el último momento, con el consiguiente disgusto de Don Alfredo. Para sustituirla, utilizó a la pobre Tippi Hedren. Pero permíteme por un momento disparar la fantasía y trata de imaginar la película MARNIE con Kim Novak encarnando a la traumatizada cleptómana. Se me eriza el vello al visualizar el grado de fascinación que hubieran alcanzado algunos planos del film.
      Un saludo.

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    2. Imaginar no cuesta dinero, Teo, pero menudo dilema... Grace Kelly, Kim Novak... puede que con algún remordimiento, elegiría a la segunda.

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  9. Kim Novak ha sido una mujer tan rotunda como hermosa y nunca estuvo tan arrebatadora (en su versión bruja, que no de florista), como en "Me enamoré de una Bruja". Esto es una cuestión personal, claro, pero es que uno comprende a la perfección que el bueno de Jimmy Stewart (una vez más, magnífico y encantador) se rindiese a sus pies con o sin hechizo de por medio.
    Honores también para la familia brujil de la Novak, Tanto Elsa Lanchester (esposa de Charles Laughton y antigua “novia” del monstruo de Frankenstein) como ese joven Jack Lemmon, hacen unas divertidas composiciones de sus personajes.
    Otra cosa que me gusta de esta peli es el ambiente, tan bien conseguido por Quine y su equipo, del tugurio para brujos (¿Zodíaco? no recuerdo muy bien el nombre); siempre me encantó la performance del brujo-cantante francés.
    Así que anotadme en la lista de devotos de "Bell, Book and Candle" y de su sensual hechicera.
    Un saludo.

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    1. Hola, David: pues, nada, bienvenido al club kimnovakero. Supongo que nos distingue la nostalgia y el buen gusto en belleza femenina. Y la de Kim Novak era suprahumana.
      Por cierto, el enlutado cantante en la divertida secuencia que mencionas en el "Zodiac Club" era Philippe Clay, actor y cantante francés que intervino en muchas películas, algunas tan importantes como FRENCH CANCAN de Renoir.
      Un saludo.

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  10. Suscribo tus comentarios acerca de la elegancia de los movimientos de una cámara enamorada de la actriz protagonista.

    Saludos.

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    1. Para un director con instinto, sensibilidad y talento, no hay nada tan estimulante como la fascinación que pueda sentir por su actriz (convertida en llama inspiradora). Bueno, es la forma en que yo lo veo; pero es que soy un sentimental.
      Un saludo.

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  11. Vaya por delante que esta comedia me parece una fascinadora muestra de cómo aquellos directores que trabajaban para Hollywood llevaban el lenguaje cinematográfico en las venas. De qué manera tan suave y natural sabían seducirnos. Claro! con aquellos actores y actrices todo parecía fácil.
    Habláis de Richard Quine y Kim Novak en términos muy románticos, como una historia de amor con resultados artísticos óptimos. Pero este director ¿no estaba casado con la cantante Fran Jeffries? Aclarármelo.
    Un abrazo.

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    1. Hola, Aurora: efectivamente, Richard Quine estuvo casado con la cantante (y actriz) Fran Jeffries a la que dirigió en LA PÍCARA SOLTERA. También la dirigió su compadre Blake Edwards en LA PANTERA ROSA.
      Pero este matrimonio de Quine con la Jeffries tuvo lugar tras el rodaje de CÓMO MARTAR A LA PROPIA ESPOSA, es decir, cuando ya había consumado la separación artística y sentimental con Kim Novak. Para él supongo que fue un premio de consolación tras ser rechazado por la rubia.
      Ahora estoy cayendo en la cuenta de que los comentarios, ruegos y preguntas de esta entrada dedicada a ME ENAMORÉ DE UNA BRUJA están derivando hacia el cotilleo estilo "Hollywood Reporter".
      Un abrazo.

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  12. Ya conocía otras películas de Richard Quine, incluida la que aquí se comenta, pero desde que vi por primera vez "Un extraño en mi vida" me enamoré de lo que este infravalorado director hizo en ella. Pienso que alguien con una película del calibre de "Un extraño en mi vida", sólo puede entenderse como un maestro conocedor del ser humano y la más franca, honesta y sincera declaración de amor en el amplio sentido de esta palabra. Porque desde el mismo instante en que comienza la película se respira un amor, un respeto hacia esos seres y lo que nos cuenta de ellos que me inclino a pensar que fue la película de su vida. Imposible no rendirse a las emociones que todos esos personajes padecen, sienten y sufren. Entiendo a Maggie (Kim Novak), comprendo las necesidades de Larry (Kirk Douglas), empatizo con las inseguridades de Roger Altar (Ernie Kovacs), reflexiono sobre la situación de desconfianza que vive Eve (Barbara Rush) y me horroriza saber que existen personas como Felix (Walter Matthau) que reflejan la ruina moral. Cada vez que la veo me identifico con un personaje distinto.
    Es tan profunda que asusta, pues nos devuelve (como un espejo) nuestro reflejo como personas y como seres sociales.
    ¿Alguien sabría explicarme cómo una película como ésta a día de hoy no es demasiado conocida?
    Abrazos.

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    1. Hola, Miriam: Me encanta como a ti, y es reconfortante, encontrar a personas que aman el cine y las películas de Richard Quine. Cierto que fue un director sensible, íntimo y con un talento parapetado tras su modestia pero también (o tal vez por eso) sin demasiada suerte. En esa carrera de ratas que define a Hollywood, tuvo que tragar el polvo que levantaban sus compañeros que iban inmediatamente delante de él. Si hacía un musical como MI HERMANA ELENA, tenía a Stanley Donen haciéndole sombra; si rodaba una comedia romántica como ME ENAMORÉ DE UNA BRUJA, tenía a su colega (y amigo) Blake Edwards replicándole con DESAYUNO CON DIAMANTES; y cuando alcanzaba la cumbre con UN EXTRAÑO EN MI VIDA y remataba con LA MISTERIOSA DAMA DE NEGRO, Stanley Donen y Blake Edwards se sumaban para echarle a la cuneta con PÁGINA EN BLANCO, CHARADA, DÍAS DE VINO Y ROSAS y LA PANTERA ROSA. En fin, siempre eclipsado.
      Pero aquí estamos nosotros para reivindicar su obra. Yo siento una especial predilección por su maravillosa ENCUENTRO EN PARÍS; creo que en esa comedia es donde con mayor claridad se deja ver el amor por su profesión, y a través de sus burbujeantes imágenes y el amor hacia sus criaturas percibimos lo afortunado que debía sentirse en aquellos momentos por formar parte de esa familia de artífices de una felicidad que nos llegaba veinticuatro veces por segundo.
      Pronto dedicaré una entrada a UN EXTRAÑO EN MI VIDA (Strangers when we meet), película que justificadamente tanto te gusta y que tan bien describes en tu comentario.
      Mientras, un abrazo.

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  13. Película entretenida, de tono mesurado que encuentra más la sonrisa que la carcajada en el mejor estilo de la comedia clásica, con la seductora y felina mirada de Kim Novak.

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    1. Supongo que este tipo de cualidades (mesura, elegancia, sutileza, suavidad narrativa) que entonces practicaban directores como Quine, Donen, Minnelli, McCarey... es lo que ahora llamamos "comedia clásica". Claro que todo eso, en la que ahora nos ocupa, queda enriquecido por -como dices- la irresistible y felina seducción de Kim Novak.

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  14. Película muy disfrutable de la pareja de "Vértigo", aunque nada tienen que ver una y otra. El elemento en común es la fascinación que el personaje de Stewart tiene sobre la "bruja" Kim Novak, y también el halo fantástico que destilan ambas películas.
    Aprovecho el comentario para desearte unas muy felices fiestas.

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    1. En efecto, aún siendo muy diferentes en el tratamiento, por supuesto que existen vínculos entre VERTIGO y ésta. El más evidente es la repetición de la pareja protagonista y luego está en ambas la fascinación inducida sobre los personajes de Stewart (en la de Hitchcock como resultado de un calculado engaño y en la de Quine por efecto de un hechizo). También en ambas, los roles de la Novak como instrumento hechizante, acaban convirtiéndose en víctimas traicionadas por sus sentimientos (en aquella de manera trágica y en esta no tanto, jeje!).
      Gracias, Fernando. Igualmente deseo que lo pases muy bien estas fiestas y que a costa de ignorar los negros nubarrones que se ciernen sobre todos nosotros, tengas (tengamos) una prometedora entrada en el nuevo año.
      Un abrazo.

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