¡ÁTAME!
(Esp) El Deseo S.A., 1989. 99 min. Color.
Pr Ej: Agustín Almodóvar. Ft: José Luis Alcaine. Mt: José Salcedo. DA: Esther García. Vest: José Mª Cossío. Ms: Ennio Morricone. G y Dr: Pedro Almodóvar.
Int: Victoria Abril, Antonio Banderas, Loles León, Francisco Rabal, Julieta Serrano, Rossy de Palma, María Barranco, Lola Cardona, Emiliano Redondo, Montse G. Romeu, Concha Rabal, Francisca Caballero, Juana Cordero, José María Tasso.
SINOPSIS: Un joven recién dado de alta de una institución psiquiátrica, una vez devuelto a la sociedad, secuestra en su propia casa a una actriz por la que siente un obsesivo amor a raíz de una fugaz relación sexual mantenida con ella durante una de sus fugas. Desea con vehemencia que la muchacha se enamore de él, casarse y formar una familia. Pero ella, previsiblemente, no comparte sus sentimientos, mayormente por el método empleado.
COMENTARIO: Si entramos de buen grado, sin apriorismos, en ¡ÁTAME! (con un Antonio Banderas y una Victoria Abril sublimes, en perfecta química) habremos penetrado en un universo construido a partir de elementos reconocibles de la sociedad de aquel momento, pero que, no obstante, el realizador procura transformar con su personal mirada en un limbo propio, delirante, excesivo, lleno de sorpresivos objetos y colores "vivientes" sobre el que ya puede desgranar su fábula habitada por criaturas pasionales, desequilibradas y en plena crisis, a las que se acerca con ternura y una buena dosis de complicidad, a las que -entre golpes- procura ayudar a encontrar un (ilusorio) happy end cantando juntos el “Resistiré” del Duo Dinámico como si la canción hablara de ellos.
Esta película, donde el sentimiento amoroso adquiere proporciones que lo desbordan todo, cuenta con dos de los personajes almodovarianos más trabajados y adorables de toda su filmografía. Ese Ricky ingenuo y enajenado, seguro de sí mismo y febrilmente entregado al propósito de conseguir la mujer que él considera el amor de su vida (“Me llamo Ricky, tengo veintitrés años, cincuenta mil pesetas, y estoy solo en el mundo. Intentaré ser un buen marido para tí y un buen padre para tus hijos”), y la desnortada Marina, impulsiva y natural (no le gusta llevar bragas porque se marcan debajo del vestido), deseada de manera muy diferente por dos hombres opuestos y que acaba cediendo ante la ardorosa vitalidad de su enamorado secuestrador a pesar del expeditivo método de conquista empleado por él (o tal vez por eso mismo).
Sentimental, arriesgado, sincero, divertido y original, inventivo en cualquier caso, en ¡ÁTAME!, como antes en la formidable LA LEY DEL DESEO, comienzan a aflorar, no obstante, los primeros brotes de amargura en su cine y marca el inicio de su deriva hacia el melodrama con raíces en Sirk pero de una gradual sofisticación narrativa (¡vaya evolución/depuración desde PEPI, LUCI, BOM Y OTRAS CHICAS DEL MONTÓN!).
Y claro, no me resisto a traer a colación la prestigiada EL COLECCIONISTA de William Wyler para comparar el frío academicismo de aquella, es decir, su cobardía expositiva, en contraste con la que ahora nos ocupa, una película que me emociona profundamente cada vez que vuelvo sobre ella. Sin duda, es a fecha de hoy mi favorita de todas las del manchego.
La insólita escena del submarinista de juguete en la bañera buceando hacia la “gruta” de Marina, o la fabulosa secuencia de la entrega sexual de ella y el doliente Ricky en la cama (probablemente, la cópula por amor mejor filmada de la Historia del cine), son un par de momentos -entre otros- que dan la medida de la audacia y capacidad de Almodóvar para sorprender y conmover al espectador con su puesta en escena sin ataduras pero a la vez muy elaborada y siempre de una gran inspiración visual. Por todo ello, ante películas como ésta, se siente el placer poco frecuente de asistir a una luminosa prueba de que el cine aún puede ser el arte más completo, aleccionador y emocionante de cuantos aún se practican en esta prosaica y deshumanizada sociedad en cuya superficie chapoteamos.
En fin, habiendo dejado claro mi grado de entusiasmo por la obra de Pedro Almodóvar, cada nuevo trabajo suyo (con alguna excepción o patinazo), entonces y ahora, se me antoja una bandeja repleta de sabrosos ingredientes, magistralmente elaborados e imaginativamente dispuestos ante los ojos de alguien forzado a comer hamburguesas casi todo el año.
Cuando se estrenó "Pepi, Luci, Bom" yo no estaba nada interesado en ese tipo de cine que francamente me horrorizaba. Las dos primeras películas de Almodóvar las he visto mucho después y mi intuición no me engañaba porque me siguen pareciendo horribles y de un gamberrismo formal que me repele. Fue a partir de "La ley del deseo" cuando empecé a tomarme en serio a este realizador. Quizás un poco tarde, lo reconozco. Estoy de acuerdo en que "Átame!" es una gran película y me gusta su visceralidad, aunque mi favorita, no obstante, es una muy diferente: "La mala educación".
ResponderEliminarSaludos.
En cambio a mí, Gonzalo, me estimuló tanto el visionado (en una sección paralela del Festival de San Sebastián de 1980) de PEPI, LUCI, BOM que a partir de ahí me mantuve alerta a todo lo que hiciera aquel chaval, incluso pude ver un descacharrante largo suyo de 1978 rodado en super-ocho titulado FOLLE... FOLLE... FÓLLEME TIM.
EliminarSi bien, soy el primero en reconocer que aquellas obras carecían de un valor estrictamente cinematográfico y hasta de forma. Solo eran desinhibidas manifestaciones que anunciaban una feliz explosión en todos los ámbitos de una España largamente constreñida. ¡Empezaba la movida! El resto es historia.
Un saludo.
Otro filme de Almodóvar, brillante, pero con defectos. Narra una situación que luego se repetirá en otras versiones españolas y americanas: la del secuestro de una actriz por su admirador. Quizás lo mejor de la película son las buenas interpretaciones de Antonio Banderas y Victoria Abril. Sin embargo, Paco Rabal parece metido con calzador en un largometraje que no le pega en absoluto. Como siempre, hay escenas cuidadosamente realizadas, que suben el caché de la cinta; el arranque, con la filmación de una película porno o la secuencia final dentro del coche son buenos ejemplos de ello.
ResponderEliminarSaludos.
Yo mismo, en su día, acudía a valoraciones del tipo de las que tú esgrimes. Lo hacía sobre todo en la época de MATADOR, QUÉ HE HECHO YO PARA MERECER ESTO y especialmente cuando se estrenó KIKA (la más extraña y dispersa de sus películas hasta aquel momento). Luego, a medida que su cine evolucionaba -y yo también-, según iba revisando algunos de sus títulos, fui comprendiendo que la obra almodovariana tiene unas características propias y su universo cinematográfico se rige por sus propias leyes. Incluso las influencias que en ocasiones se detectan en sus películas están "tuneadas" de manera que pasan a formar parte de su dramaturgia, enriqueciéndola.
EliminarEsto nos lleva a que no se pueden aplicar las mismas plantillas con las que juzgaríamos películas de narrativa clásica porque, efectivamente, desde esos parámetros las de Almodóvar tienen notables "fallos de estructura". Por ejemplo, Godard rodó A BOUT DE SOUFFLE sin duda inspirado por el cine negro americano pero sin la menor intención de repetir fórmulas y sí en cambio subvirtiendo las reglas. Entonces el cine avanzó un poco más.
En cuanto a la pertinencia de la presencia del personaje de Rabal en ÁTAME!, a mí también me chirrió cuando vi la película por vez primera. Luego, más tarde, comprendí que Máximo Espejo era un ardid necesario para potenciar la carnalidad y el magnetismo sexual de Marina de cara al espectador para todo lo que va a suceder con ella y Ricky en el resto de la película. Por eso, una vez cumplido ese papel se deshace del personaje.
Un saludo.
No es de mis preferidas de Almodóvar, me gustan más "La ley del deseo" o "Todo sobre mi madre". Por eso la tengo bastante borrosa. En efecto, se parece un poco temáticamente a "El coleccionista" pero creo que el desarrollo en la de Wyler resulta más realista y probable. Y aprovechando que el Pisuerga pasa por Valladolid, lo que reprocho a "El coleccionista" es que a causa de su tratamiento muchos piensan que es una novela de horror más, ya que pierde muchos matices del libro que es bastante filosófico pero en realidad eso es inevitable.
ResponderEliminarSaludos.
Mira, voy a quitarme el filtro: No me gustan las películas de Almodóvar. Salvo las primeras, las encuentro demasiado pensadas formalmente, a veces como una manera de encubrir o disfrazar un cierto vacío. Es que, en mi opinión, el manchego carece de esa capacidad o maestría que poseían los grandes para amalgamar forma y fondo. Pero, lo confieso, solo he visto cinco títulos de su filmografía. Por favor, ¡qué me cuentas de la maravillosa película de William Wyler! En fin, Teo, esta vez no estamos nada de acuerdo; tenemos visiones muy diferenciadas de este “autor”.
ResponderEliminarUn abrazo.
Ya sabía de tu escasa afición por el cine de Almodóvar y a juzgar por ese tono entre burlón y despectivo con que te refieres a él podríamos decir que militas en las filas de sus detractores. Lo que no estoy seguro de entender es eso de que carece de la maestría de los grandes. ¿A qué grandes te refieres? ¿a George Cukor, Ernst Lubitsch, Douglas Sirk, Luchino Visconti...? Supongo que no está a su "altura" entre otras razones porque esa altura es la del clasicismo seminal del que ha emanado buena parte de la evolución del cine y las diferentes fórmulas y estilos expresivos que la jalonan. Solo los pioneros como Melies o Griffith eran enteramente originales. Lógico.
EliminarSobre la película de William Wyler, EL COLECCIONISTA, ya me he expresado a lo largo de todo este post y en alguna de mis respuestas a los intervinientes. Por otro lado, a mí me gustaría (y mucho) que en homenaje al que suscribe intentaras vencer tus reticencias y utilizaras alguna de esas horas tontas que todos tenemos para revisar con atención una película tan visceral, hermosa y desmesuradamente romántica como sin duda es ÁTAME!. Y luego, si te reafirmas en tus apreciaciones, pues nada, me lo dices a la cara o me demandas por hacerte perder el tiempo. Bromas aparte, eso es precisamente el cine, la posibilidad de ver muchas películas diferentes en una sola porque cada espectador es un mundo.
Un abrazo.
Pues coincido bastante contigo que esta es una de las grandes obras de Almodovar, y que contrariamente a lo que ocurre con otras obras suyas (sobre todo las que siguen a "Carne Trémula", con la excepción de "La piel que habito") el paso del tiempo ni ha hecho mella en sus cualidades y continúa sin perder chispa. Eso, además, se debe a la excelente labor de los actores: para mí Antonio Banderas nunca ha estado mejor, y eso que han transcurrido más de treinta años...
ResponderEliminarY me gusta que hayas mencionado el final, que es uno de mis favoritos del manchego.
Dejando aparte la patochada de "Los amantes pasajeros", sus últimas películas no han conseguido conmoverme ¿Se estará secando el semillero de este autor? Ojalá que no.
Saludos.
Creo que los dos acertamos en valorar ÁTAME! como uno de los mejores títulos en la trayectoria de Almodóvar. Donde ya aparece una divergencia entre tú y yo es en tu afirmación de que después de CARNE TRÉMULA no tiene cosas interesantes. Yo creo que sí y ahí están LA MALA EDUCACIÓN y su depurada y compleja construcción narrativa, la conceptualmente muy discutible pero interesante HABLE CON ELLA, la rosselliniana LOS ABRAZOS ROTOS, la cálida y cercana VOLVER, la autopunitiva DOLOR Y GLORIA... Sí coincido contigo en que LOS AMANTES PASAJEROS, resultó un alarmante fiasco, una muy mala película, indigna del actual Almodóvar. Esperemos que solo haya sido un tropezón por caminar distraído.
EliminarUn saludo.
Creo que lo de Almodóvar es un fenómeno de hipnosis colectiva. Es que de no ser así, no me explico ese generalizado babeo por su cine. A mí me parece un bluf aupado y mantenido por el snobismo de la progresía de la Hoz y el Martini.
ResponderEliminarPues nada, Fernando Lázaro, te diré aquello de que "el hipnotizador que nos deshipnotice, buen deshipnotizador será". Sandeces aparte, creo que los que hemos intervenido hasta este momento en el análisis de ¡ÁTAME! lo hemos hecho con argumentaciones (discutibles tal vez) y -aparentemente- en pleno uso de nuestras facultades psíquicas.
EliminarNos gustaría que desarrollaras tu tesis, la que explicara las razones de considerar un "bluf" al oscarizado manchego. Claro que, ahora que caigo, se le ha negado el pan y la sal en su propio país en muchas ocasiones, incluso desde instancias "académicas". Todo esto no excluye lo inevitable que resulta detestar alguno de los títulos de su filmografía (léase LOS AMANTES PASAJEROS).
Para terminar ¿cómo debemos tomarnos eso de la hoz y el martini? ¿Acaso nos consideras señoritos de "izquierdas" porque a algunos nos guste su cine? Delirante.
Supongo que debemos encajar y respetar opiniones diversas. En cualquier caso, al hilo del sorpresivo comentario de Fernando Lázaro, disculpadme si no me considero una papanatas sin criterio propio por seguir con atención la brillante obra de Pedro Almodóvar, un autor con un estilo que le distingue de todos los demás y un universo propio. Sin perder mi capacidad crítica, a mí me apasiona su cine y me siento orgullosa de que se haya convertido en un español universal y se le conozca como portaestandarte de nuestra cinematografía en el mundo.
ResponderEliminarUn saludo.
"Españolito que vienes al mundo, te guarde Dios. Una de las dos Españas ha de helarte el corazón". Así comenzaba un poema de Machado escrito en una época terrible para nuestro país. Y me temo que desde entonces no ha perdido ni sentido ni vigencia. Así somos.
Eliminar¡Que diablos! Tampoco hay que ponerse excesivamente transcendentes, estamos hablando de cine.
Un saludo.
Celebro y comprendo tu entusiasmo ante un film ciertamente romántico y muy original en su tratamiento. Ello no obstante, prefiero "La ley del deseo" y, por otra parte, opino que Almodóvar no es mejor director ahora que en sus inicios, sino únicamente más sofisticado.
ResponderEliminarSaludos.
Coincido contigo en valorar LA LEY DEL DESEO (junto con la que comentamos en este post es mi favorita), lo que me proporciona el pretexto para hablar un poco de ella. Sexo, amor, celos, pasiones desatadas vertebrando un melodrama con todos los ingredientes que configuran el género (y alguno añadido) inteligentemente “transformados” por un realizador que en aquellos momentos con su declarada admiración por Sirk, conseguía su obra más arriesgada y sincera y también la más controlada y de mayor riqueza y rigor expositivo. Ahí tenemos secuencias memorables, de gran inspiración visual, como la del “riego” nocturno de Carmen Maura, y otras jalonando el desarrollo de la película.
EliminarUn saludo.