CIUDADANO KANE (Citizen Kane)
(USA) RKO / Mercury, 1940-41. 120 min. BN.
Pr Ej: George J. Schaefer. G: Herman J. Mankiewicz y Orson Welles (con la colaboración de John Houseman y Joseph Cotten). Ft: Gregg Tolan. Mt: Robert Wise y Mark Robson. DA: Van Nest Polglase y Perry Ferguson. Vest: Edward Stevenson. EE: Veron L. Walker. Ms: Bernard Herrmann. Pr y Dr: Orson Welles.
Int: Orson Welles, Joseph Cotten, Dorothy Comingore, Everett Sloane, Agnes Moorehead, Ruth Warrick, Ray Collins, Paul Stewart, Erskine Sandford, George Coulouris, William Alland, Harry Shannon, Fortunio Bonanova, Gus Schilling, Philip Van Zandt, Charles Bennett, Sonny Bupp, Joan Blair, Edith Evanson, Nat King Cole, Richard Barr, Walter Sande, Arthur O'Connell, Alan Ladd (periodista con pipa en secuencia final).
SINOPSIS: A la muerte de un magnate de la prensa inmensamente rico e influyente en el pasado, un periodista intentará reconstruir su vida y las zonas oscuras de su persona, entrevistando a los que le conocieron en un intento por averiguar el sentido de la enigmática última palabra que el difunto pronunció justo antes de morir: Rosebud.
Un final que es el comienzo: una bola de cristal con una casita nevada en su interior rueda de la mano de un moribundo Charles Foster Kane. |
COMENTARIO: Título que siempre figura y en ocasiones encabeza las múltiples listas y selecciones más o menos oficiales que en el mundo se han hecho de las "mejores películas de todos los tiempos" (en la penúltima última encuesta realizada por la revista "Sight and Sound", por muy pocos votos de diferencia, ha sido desplazada del primer puesto por VERTIGO).
Efectivamente, se trata de un film que en el momento de su realización rompió casi todos los esquemas establecidos por la industria de Hollywood para la "fabricación" de un producto. Así, desde el diseño y construcción de decorados con techo, iluminación, angulaciones y movimientos de cámara de contundente eficacia narrativa, (pero en aquellos momentos fuera de la gramática imperante), un audaz e inteligentísimo montaje, la sabia utilización de la profundidad de campo para mostrar a varios personajes en diferentes términos respecto a la cámara, todos enfocados, creando así una composición en la que esos personajes se definen no tanto a través de lo que dicen y hacen como por su situación en el plano, hasta el alcance, en fin, de la historia que contaba (para cuyo personaje central, Welles se inspiró en el magnate William Randolph Hearst), hicieron de esta película una obra maestra que revolucionó el lenguaje cinematográfico, aportando nuevas soluciones expresivas o utilizando las ya existentes con un enfatismo noqueante.
Desde David Wark Griffith y algunos trabajos de Hitchcock, el cine no había avanzado tanto hasta que en 1939, un joven de veinticuatro años llegó a Hollywood desde la costa Este con el único bagaje de algunas aventuras teatrales vanguardistas, una histórica emisión radiofónica sobre "La guerra de los mundos" y un apabullante talento que tras la experiencia de CIUDADANO KANE jamás volverían a dejar brotar libremente.
Gran renovadora y a la vez agradecida deudora de lo que ya se había hecho, ¿veinte eran las veces que había visto Welles "La diligencia" para aprender?. Orson siempre habló con sentida admiración de sus colegas.
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