MOGAMBO
(USA) MGM (Loew's), 1953. 116 min. Color.
Pr: Sam Zimbalist. G: John Lee Mahin, basado en la novela de Wilson Collinson. Ft: Robert Surtees y Frederick A. Young. Mt: Frank Clarke. DA: Alfred Junge. Vest: Helen Rose. Ms: los sonidos de la selva. Dr: John Ford.
Int: Clark Gable, Ava Gardner, Grace Kelly, Donald Sinden, Philip Stainton, Eric Pohlmann, Laurence Naismith, Denis O'Dea, Bruce Seton.
SINOPSIS: En Kenya, un bregado cazador blanco ve alterado su modus vivendi con la llegada a su cuartel general de, por un lado, una atractiva y desinhibida aventurera y, por otro, una remilgada damita inglesa acompañada de su marido, más interesado en un ingenuo estudio de las costumbres de los gorilas que en vigilar a su esposa gradualmente atraída por la saludable arrogancia y machismo de nuestro héroe, que habrá de pechar con los requerimientos amorosos de estas dos mujeres.
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Inevitable pose promocional de Clark Gable y Ava Gardner, luciendo ella una inconmensurable belleza. |
COMENTARIO: A raíz del éxito de público obtenido dos años antes por LAS MINAS DEL REY SALOMÓN, la Metro decidió seguir explotando la veta de los relatos de aventuras africanas y optaron para la ocasión por un remake de TIERRA DE PASIÓN, película realizada en 1932 por Victor Fleming. Cuando John Ford se hizo cargo -sorpresivamente- de este proyecto, imagino que lo hizo tomándoselo como unas vacaciones selváticas. En su día, cuando fue estrenada, se la consideró casi unánimemente como uno de sus trabajos menos personales. Lo cierto es que, sin demérito para la película, parece, por momentos, más de Howard Hawks que de Ford (ésta es una apreciación mía que pocos comparten).
Ford no nos tenía acostumbrados a una carga erótica tan intensa como la de MOGAMBO donde las mujeres, creo que por primera vez, adquieren una capital importancia sobrepasando con creces su papel de sumisas y asexuadas criaturas esperando en el porche el regreso del varón. En este sentido, el tratamiento que Ford da a los personajes de Grace Kelly y Ava Gardner es de una cariñosa entrega y, en el caso de la segunda, de comprensión y complicidad. De hecho, esta película resulta especialmente atractiva y memorable merced a la utilización que se hace de la Gardner, de manera próxima y muy “carnal”. Ava duchándose, Ava marcándose unos pasos de baile mientras cargan el rinoceronte atrapado, Ava tocando la pianola y cantando, Ava cubriendo su cabeza cuando entra en la capilla, una excelsa Ava confesándose tras la cortinilla bajada o narrando su vida a John (Philip Stainton) y, sobre todo, una maravillosa y espontánea Ava dando de comer a las crías de elefante y rinoceronte dentro del cercado. Ella, con la entrega de Ford, consigue que su maltratada y curtida Eloise emerja descubriéndonos esas dulzura y femineidad que laten bajo una capa externa de sarcasmo y mordacidad. En su evolución, en sus gestos, en sus réplicas, la llegamos a sentir humana y físicamente.
De niño, la disfruté naturalmente sin capacidad analítica pero ahora, después de una docena de visionados repartidos en el tiempo, continúa deleitándome esa concatenación de momentos sublimes que constituyen su desarrollo y que la convierten en una obra inolvidable en virtud de la sabiduría del autor que se deja notar en su relajada seguridad narrativa, en una sagaz utilización de los elementos de la naturaleza como aportación dramática, en su “áspero” romanticismo y en ese ocasional y avieso sentido del humor aplicado en algunas escenas.
En suma, una cinta muy estimulante, subcutáneamente fordiana (pese a ese barniz hawksiano al que aludía en el primer párrafo), cuyo “reconocimiento” por parte de aquel sector crítico que en el pasado se mostró escéptico y despreciativo tachándola de producto comercial y ejemplo de la decadencia de Ford (!), ha necesitado muchos años de reposo hasta alcanzar el privilegiado lugar que hoy ocupa en el corazón de todos los que (con las nieves del tiempo plateando nuestra sien) aún sentimos la pasión por el cine.
No puedo recordar las veces que la he visto, y disfrutado, porque son muchas. Me fascina esta película y me encanta el papel descarado y tierno de Ava. Y luego está el orejotas, claro...dejándose querer, seducir y rechazar a partes iguales por la pavisosa de la Kelly (pavisosa solo en esta peli, aclaro).
ResponderEliminarHe disfrutado con esta entrada, Teo.
Un abrazo.
Este clásico es de los inagotables, de los que van acompañándonos toda la vida. Y es que su perfecta factura contiene elementos tan excitantes y atractivos como la propia selva y como los personajes que conforman ese triángulo con tanta trastienda. Tal vez -como dices- Linda se nos aparezca como una pavisosa pero el hecho de que la encarne Grace Kelly (hielo por fuera, fuego por dentro) y la manera directa en que busca en el curtido Victor sensaciones no proporcionadas por su asexuado marido, la colocan en otro nivel. Pero para mí el gran atractivo de MOGAMBO es esa Eloise que hasta el momento en que aparece en la película ha malgastado su vida con "romances" subvencionados en un despertado itinerario; con la maravillosa composición de Ava Gardner, llegamos a comprenderla, respetarla y amarla.
EliminarUn abrazo.
Estoy muy de acuerdo contigo, Teo, incluso en lo de Hawks, sin que ello anule la tradicional y poética puesta en escena fordiana. Sin estar a la altura en mi opinión de las grandes obras maestras de los cincuenta de su autor ("Río Grande", "El hombre tranquilo", "Cuna de héroes", "Centauros del desierto", "Escrito bajo el sol" y "Misión de audaces"), sí que se sitúa cerca (o al nivel) de "Caravana de paz" y "El sol siempre brilla en Kentucky". Lo que está claro es que "Mogambo" lleva el sello de Ford, y otro director podría haber hecho un estropicio con el mismo guion.
ResponderEliminarUn abrazo.
Es innegable que todas las películas de John Ford son muy fordianas. Pero en algunas ese estilo, esos elementos "fordianos", quedan mucho más explícitos, tal vez por acumulación (un ejemplo entre muchos sería LA LEGIÓN INVENCIBLE). En la que ahora nos ocupa, su marca de fábrica queda algo diluida en el tipo de historia que nos cuenta y el escenario en que se desarrolla; por eso, siempre que la veo imagino a Ford preguntándose tras haber sido contratado por la Metro: ¿cómo rodaría mi amigo Hawks este guión?
EliminarHubo críticos que en su día (lejano) no sabían "ver" las películas de Ford, probablemente carecían de la sensibilidad y lucidez necesarias, solo se les comprende por la falta de perspectiva y una abundancia de buenas películas rodeando las de Ford en una época en que todos los grandes directores estaban en activo. Eso ha ocurrido siempre en todos los órdenes de la vida: sólo se valora en su auténtica dimensión lo que ya no tenemos.
Un abrazo.
Famosa en su día por el estropicio ocasionado por la censura española, que convirtió al matrimonio Nordley en hermanos. De esta manera, se evitaba mostrar un adulterio, aunque, paradójicamente, parecía existir un
ResponderEliminarincesto.
Saludos.
Es cierto. En el historial que acumuló la Censura franquista a lo largo de su ejercicio existen capítulos en ocasiones hilarantes y otras veces cabreantes. En el caso del cambio de parentesco de la pareja Nordley efectuado en el doblaje de 1954, no tardó en volverse en contra porque corrió la voz con rapidez (ahora se diría "se hizo viral") destapando esa absurda operación. Pero no sería hasta 1974, cuando se repuso MOGAMBO en los cines, en que el nuevo doblaje devolvió las cosas a su sitio.
EliminarUn saludo.
No niego que la película tiene su encanto pero en las dos veces que la he visto, su esquema me sigue pareciendo un pelín machista, lo cual supongo que es natural por la época en que se rodó. Me explico: las dos mujeres de la película son "transformadas" por el macho dominante; una, en su melindrosa concepción de las relaciones con un hombre y la otra, redimiéndose finalmente cuando se enamora del cazador. ¿No es así?
ResponderEliminarUn abrazo.
Pues no, no me parece que sea así como lo describes de manera diría que tan sesgada. Es como buscarle tres pies al gato. Te recomiendo que la veas por tercera vez y luego ya, si eso, volvemos sobre el supuesto machismo de esta película que no veo por ninguna parte porque, como precisamente apuntaba en mi reseña, Ford concedió al personaje femenino que incorpora Ava Gardner un tratamiento especialmente atento y sensible, poniéndose de su parte y "ridiculizando" en algún momento al del "macho dominante".
EliminarUn abrazo.
Estoy básicamente de acuerdo con Teo en que un elemento desconcertante para los que en su día pensaban ver la "típica película de John Ford" sea eso que apunta de la inusual carga erótica que contiene la película y la dimensión que el director le da al personaje de Eloise ¡grande, grande, Ava Gardner!. No sé si en esto coincidiremos, pero me parece que en cierto modo esa mujer valiente, bregada y generosa, podría enlazar con aquella subsiguiente Dra. Cartwright de "Siete mujeres". Dicho lo cual, diré que "Mogambo" me apasiona tanto como las oficialmente consideradas mejores de Ford.
ResponderEliminarSaludos.
Mira tú por dónde, algo que revoloteaba en mi cabeza me lo has hecho ver con una claridad meridiana cuando apuntas que Eloise, salvando las diferentes circunstancias de los personajes, es un precedente directo de la doctora Cartwright en aquella película (lamentablemente, la clausura de su carrera), obra concisa, conmovedora en su desnudez y como hemos podido comprobar, inusual en el protagonismo que el autor de EL ÚLTIMO HURRA otorga a su admirativa valoración de la mujer.
EliminarRememorándola, el personaje incorporado por Anne Bancroft inspiró al maestro algunos momentos sublimes. El hecho de elegir a dos actrices de presencia tan potente en la pantalla como Ava Gardner y la Bancroft, indudablemente, sirvió para reforzar los matices del retrato que deseaba el director.
Un saludo.
Sin llegar a alcanzar la magnitud de las mejores obras de Ford, "Mogambo" resulta una película realmente notable por varios conceptos: en primer lugar, como tú apuntas querido Teo, por el tratamiento que le otorga a la mujer; en segundo lugar, por el contexto que condiciona el relato y, en último lugar, por el desaforado erotismo que transmite el film, inusual en el cine de Ford.
ResponderEliminarLo único que me chirría es el final. Quizá sea demasiado extremista pero hubiera preferido un final en el que ninguno hubiese quedado satisfecho. Me explico: el personaje de Grace Kelly quedaría igual, yéndose con su marido, lógicamente; pero me hubiese gustado que el personaje de Gable se hubiese quedado con un palmo de narices al ver que al final se iba a quedar solo, por idiota, por dejar escapar a la mujer que realmente merecía la pena y, aunque Ava Gardner se hubiese sentido desdichada, por lo menos habría mantenido el orgullo y la estima elevada al ser determinante en su decisión de marcharse y olvidar a un hombre que en realidad no la merece. Una historia como ésta se merecía un final catártico. Probablemente hubiese sido, en mi modesta opinión, una película más grande y con un mensaje más contundente e incluso, aleccionador.
Abrazos!!
Ese desenlace tan justo como inmisericorde que propones, Miriam, me temo que las reglas del mercado (siempre que se pueda, hay que satisfacer las expectativas del espectador) no se lo hubieran permitido a Ford, a pesar de precedentes como CASABLANCA (que en su estreno no fue ningún taquillazo). Por otro lado, permíteme que argumente mi enfoque que difiere en algo del tuyo. Efectivamente, a Linda no le queda otra que regresar a la "civilización" con su ridículo esposo (en Londres probablemente su aburrimiento la empujará a buscar algún sucedáneo urbano del cazador); pero tanto Victor como Eloise, allí en la selva, están condenados a "entenderse". Ella, superior humana e intelectualmente a él, será su redención pues en esa relación está claro para mí que Victor, con los cimientos socavados pese a parecer tan seguro de sí mismo, ha comenzado a valorar a esa mujer y sin duda aprenderá de ella hasta lograr ponerse a su altura. Vamos, que a poco que los dos se esfuercen, serán moderadamente felices porque, además, están en un momento de sus vidas en que ambos se necesitan.
EliminarOtro abrazo para ti.
A mí, las películas antiguas de John Ford que conozco, las de los años treinta y primeros cuarenta con excepción de "Las uvas de la ira", me parecen demasiado sujetas a un esteticismo pictórico o expresionista en la puesta en escena. Por ejemplo, no soporto "El delator". Y por eso no me gustan tanto como cuando se libró de esa tendencia o supeditación. Sin embargo, la ausencia de esas excesivas composiciones formales algunos historiadores lo consideraron su decadencia estilística. He leído algunos estudios antiguos sobre este director y me producen entre risa y grima.
ResponderEliminar"Mogambo", que me encanta, no sé si como dices se parece a las pelis de Hawks, es posible que sí, pero la considero una película libre y fresca como luego lo sería también en una línea aun más "La taberna del irlandés".
Saludos.
Coincido contigo en que la famosa EL DELATOR, tan emblemática para aquellos historiadores colgados en una determinada época e incapaces de percibir la evolución del cine de Ford, es una película devorada por su propia puesta en escena con un afán desmedido en la consecución de una atmósfera expresionista que, por momentos, consigue que parezca una película de Fritz Lang.
EliminarY bueno, lo dices, ahora es más que evidente que no se trataba de una "decadencia" de Ford sino de todo lo contrario. Aquellas tonterías sin perspectiva se escribían antes de que realizara las que luego han sido consideradas sus mejores películas, las rodadas a partir de MY DARLING CLEMENTINE hasta SIETE MUJERES, pasando por CENTAUROS DEL DESIERTO y EL HOMBRE QUE MATÓ A LIBERTY VALANCE.
Un saludo.
Fíjate que a mí más que de Hawks, me hace recordar a Huston. En cualquier caso, es una buena película de Ford, no la situaría entre sus diez mejores, pero se deja ver con agrado (creo que la habré visto unas tres o cuatro veces). Creo que prefiero el original, con Gable en plena forma y Jean Harlow exudando sexo por los cuatro costados en una cinta pre-code que merece la pena ver.
ResponderEliminarSaludos.
La verdad es que no he sido capaz de detectar en MOGAMBO influencias hustonianas (pero puede haberlas). En cuanto a la versión primitiva, la que firmó Victor Fleming, con un único visionado que tengo de esa película, creo que pierde color (perdón por el chiste fácil) ante la de Ford.
EliminarUn saludo.
Magnífica película, entre las mejores que guardo en mi memoria. La vi en mi adolescencia cuando la repusieron en los cines a mediados de los años setenta y quedé maravillada. Clark Gable, qué hombre tan atractivo. Me encantaba su poderosa presencia y forma de actuar.
ResponderEliminarUn abrazo.
En el Hollywood de la época dorada, Gable se hizo acreedor de un título que ningún otro actor recibió, me refiero a que era conocido como “el rey", y esta consideración la mantuvo hasta su muerte. Así que no es de extrañar que te encontraras entre su ejército de fans. No obstante, en MOGAMBO se permiten una chanza con su físico (imagino que con el beneplácito de Ava Gardner que era muy amiga suya) en la escena en que Eloise contempla a un elefantito juguetón y le susurra: "¿dónde he visto yo unas orejas como las tuyas?".
EliminarUn abrazo.