JENNIE (Portrait of Jennie)
(USA) Vanguard Pictures (David O. Selznick), 1948. 86 min. BN (secuencia en color).
Pr: David O. Selznick. G: Paul Osborn, Peter Berneis, Leonardo Bercovici y (sin acreditar) Ben Hecht y David O. Selznick, basado en la novela de Robert Nathan. Ft: Joseph H. August y Lee Garmes. Mt: William Morgan y Gerald Wilson. DP: J. McMillan Johnson. Vest: Lucinda Ballard y Anna Hill Johnstone. Ms: Dimitri Tiomkin, sobre temas de Claude Debussy. Canción de Jennie: Bernanrd Herrmann. Dr: William Dieterle.
Int: Jennifer Jones, Joseph Cotten, Ethel Barrymore, David Wayne, Lillian Gish, Cecil Kellaway, Albert Sharpe, Florence Bates, Henry Hull, Felix Bressart, Clem Bevans, Maude Simmons, Anne Francis, Nancy Olson.
SINOPSIS: En el invierno de 1934, en Nueva York, un joven pintor sin dinero trata de vender alguna de sus pinturas. Un anochecer en Central Park, una niña que dice llamarse Jennie se dirige a él como si le conociera de siempre y luego desaparece prometiéndole crecer deprisa. En los meses siguientes se suceden nuevas apariciones de esta fascinante y enigmática jovencita y en cada una de ellas parece haber avanzado vertiginosamente hacia la madurez. Nuestro artista, obsesionado por ella, se percata de que es el único que puede verla y oírla y será la inspiración que necesita para pintar el mejor cuadro de su vida.
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¿Qué misterio envuelve a esa evanescente criatura que el pintor quiso retener en el lienzo? Contemplar el retrato de Jennie puede hacernos volar en cualquier dirección. |
COMENTARIO: Sin duda, estamos ante la mejor y más inspirada realización en la dilatada carrera del casi siempre interesante William Dieterle, aunque debemos suponer que en el caso que nos ocupa también tuvo que ver la producción del meticuloso y exigente David O. Selznick, a la sazón, esposo de la actriz protagonista.
Se trata de una bellísima historia cargada de melancolía y romanticismo en la que se utilizaron con maestría los pinceles narrativos que sirvieran para dotar a la película de una atmósfera invernal, lúgubre y premonitoria. Imágenes llenas de lirismo, hermosas en su diseño y composición, en especial, entre muchas otras, todas las que describen los encuentros del pintor con la inaprensible Jennie en ese onírico Central Park y la increíble, impresionante secuencia de la tormenta en el faro. Todo un hito del cine romántico, un film absorbente, emocionante, fascinador, que gusta más cuantas más veces se ve. En definitiva, su puesta en escena es el afortunado resultado de una perfecta conjunción de intenciones e intereses, también de los elementos barajados, de la sensibilidad y el talento de sus artífices reunidos, en suma, de esa magia que surge de tarde en tarde cuando todo encaja, complementándose para el perfecto acabado de una obra.
Mención especial merecen los espléndidos trabajos de Joseph Cotten, Jennifer Jones y Ethel Barrymore. Por cierto, a lo largo de la década de los cuarenta, Cotten y Jones tuvieron ocasión de trabajar juntos en varios títulos memorables (DESDE QUE TE FUISTE, CARTAS A MI AMADA, DUELO AL SOL).
Nota: el plano final que muestra el retrato de Jennie en el museo (obra del pintor Robert Brackman), se filmó en color, así como un especial tratamiento de los tonos (superponiendo dos negativos) en la mencionada secuencia de la tormenta en el faro.
Esta arrebatadora película de William Dieterle (director del que por el momento siento haber visto muy pocos títulos) me recuerda e inevitablemente la relaciono con "El fantasma y la señora Muir" y viceversa.
ResponderEliminarHay algo mágico en ambas y, pese a tener argumentos diferentes, la atmósfera y la magia que emana de ellas las convierte en algo difícil de definir.
En "Jennie", ya desde el mismo comienzo el director nos adentra en una nebulosa. Me da la sensación de asistir a un sueño, a aquello que se encuentra en nuestro subconsciente. Y es curioso esto tratándose de una película que exhala romanticismo por todos sus poros. Parece más una película espiritual. Y, desde luego, la mejor elección de la película está en su acertadísimo protagonista masculino. No me imagino a otro que no sea Joseph Cotten, con ese rostro melancólico reflejo de sus inquietudes.
Una verdadera joya cuya escena final del oleaje deja el corazón en un puño.
Abrazos!
Estamos en sincronía a la hora de considerar JENNIE y EL FANTASMA Y LA SRA. MUIR (que también la tengo reseñada en este blog) como dos películas que se corresponden tanto en la forma como en su espíritu desbocadamente romántico. Las veo y las vuelvo a ver y ambas me siguen pareciendo bellísimos poemas de amor. Lo repito una vez más: la cumbre del cine romántico.
EliminarJoseph Cotten fue (y lo sigue siendo) un actor poco valorado a pesar de haber intervenido en algunas de las mejores películas de la Historia del cine y habernos demostrado en ellas que además de su talento interpretativo, su persona, su sola presencia, exhalaba una extraña humanidad y transmitía una innegable elegancia moral. Su trabajo en JENNIE también me emociona.
Un abrazo.
Joseph Cotten está sublime. Siempre me ha encantado este actor y de "Jennie" no digo que es mi película romántica favorita porque hay otra que aún me gusta un poquito más: "El fantasma y la Sra. Muir".
ResponderEliminarSaludos.
...Y si a esos dos títulos añadimos CARTA DE UNA DESCONOCIDA de Max Ophuls, tendremos los tres picos más altos del romanticismo en el cine de los años cuarenta.
EliminarAy, el gran Joseph Cotten! Ahí están sus trabajos con Orson Welles, el tío Charlie de hitchcockiana LA SOMBRA DE UNA DUDA, el desencantado escritor de EL TERCER HOMBRE...
Un saludo.
Qué bonita es esta película, Teo, y me gusta cómo la describes. Tras leer tu comentario y contemplando las fotos incluidas me entraron unas ganas locas de volver a verla y lo hice ayer (que para eso tengo el blu-ray).
ResponderEliminar“Jennie” es un film fascinante, pleno de lirismo, romántico y poético e incluso añadiría que hay algo en su atmósfera y en esa transmigrante figura (o ensoñación) femenina que me remiten al universo de Allan Poe. Lo dicho, me ha encantado esta entrada.
Besos
Acudiendo a metáforas afectivas, la reseña de "Jennie" digamos que la redacté con el corazón, como no podía ser de otra manera en este caso. En ocasiones, la intensidad emocional de algunas películas consigue estimular fibras adormecidas en nosotros y creo que la obra maestra de William Dieterle es una de ellas.
EliminarUn abrazo.
Por cierto, lo olvidaba: comparto contigo esa sensación que en ciertos momentos de la película nos adentra en ese romanticismo gótico y espectral que rezumaban los relatos de Poe.
EliminarPuede que en efecto “Jennie” sea su mejor película pero William Dieterle tiene títulos muy interesantes en su haber como por ejemplo “Dark City”, un noir en el que debo apuntar se produjo el mejor debut de un actor en la pantalla, el de Charlton Heston.
ResponderEliminarDe las catorce películas que conozco de este director (incluyo su participación en DUELO AL SOL sustituyendo a un King Vidor harto de las intromisiones de Selznick) siempre he considerado JENNIE como su mejor realización, o la más inspirada. Ahora, refiriéndome a la mencionada CIUDAD EN SOMBRAS, a mi juicio, es un potente thriller noctámbulo que engancha por la vía del suspense más que por una notable puesta en escena a la que le falta esa "profundidad" y suciedad moral que le hubiera dado -por ejemplo- un Jules Dassin. Y sí, un imponente Charlton Heston conseguía con esta película atraer la atención sobre él provocando así que las puertas de aquel Hollywood se le abrieran de par en par.
EliminarUna de esas películas que considero imprescindibles para sentir la grandeza del cine como el arte de la emoción. De paso, también deseo apuntar que “Portrait of Jennie” era una película que gustaba mucho a los surrealistas.
ResponderEliminarSaludos.
Cierto. Había miembros dentro del movimiento surrealista de André Breton que sentían veneración por esta película, en especial Luis Buñuel. Y, claro, quiso dar un consecuente ejemplo con su impagable y delirante versión mejicana de "Cumbres borrascosas": "amour fou" y surrealismo desatados.
EliminarUn saludo.
El suave cariz elegíaco de esta reseña y los comentarios que ha suscitado han venido a estimular mi nostalgia por algo que en razón de la generación a la que pertenezco, no he vivido pero que ha conectado con mi sensibilidad aunque lo haya hecho en diferido. Me refiero a esa concepción del cine que sin abandonar el clasicismo narrativo apela a los sueños como asidero, a un exacerbado sentido romántico de la vida... Ay, madre! creo que estoy fuera del tiempo porque siento una resignada tristeza cuando compruebo que ya no se hacen películas así.
ResponderEliminarUn abrazo.
Caramba! Tu confesión -la llamo así- sorprende y al mismo tiempo reconforta. En fin, como le decía Henry Fonda a la protagonista de FEDORA en la secuencia en que le entrega el Oscar honorífico en su retiro de Corfú, “ya no se hacen películas así porque ya no existe un público para ellas”. Así pues, asumamos que nosotros formamos parte de un reducido grupo de anacrónicos desplazados. Aunque los más desligados de toda esta añoranza (por edad o por sentido del presente) no vacilarían en llamarnos “viejunos”.
EliminarUn abrazo.
Suscribo cada una de las palabras ¡UNA OBRA DE ARTE ABSOLUTA! Hasta parece increíble que se hiciera dentro del contexto de cine industrial hollywoodense, pero lo cierto es que a una película de las características de “Jennie” le cuadra perfectamente el término “cine de autor”.
ResponderEliminarLas películas diseñadas y producidas por Selznick (sobre todo las protagonizadas por su esposa) podían ser consideras -aún estando realizadas dentro (o casi) de los cánones de la factoría hollywoodense- como "películas independientes". Eso puede explicar en parte esas cautivadoras “características” de la película que comentamos.
EliminarUn saludo.
La verdad, cuando la vi hace tiempo me pareció aburrida, no me hizo sentir nada. No obstante, todo mi respeto hacia opiniones contrarias.
ResponderEliminarPor supuesto, respeto tu percepción de esta película. Pero estando la mía -como has podido comprobar- en el extremo opuesto, necesitaría alguna argumentación para entender la tuya.
EliminarEra todo tan irreal, tan ficticio y poco creíble para mí que me quedé como estaba. No me emocionó, no me entristeció. Parece ser que no sentí lo que se supone debiera sentir. Un film puede gustar a millones de personas, y eso está muy bien, pero otras se quedan igual.
EliminarEntendido. Ya puestos, hablando de situaciones irreales, me atrevo a imaginar que tampoco habrás sentido nada con películas como ORDET (donde resucita una persona muerta, o EL FANTASMA Y LA SRA. MUIR (con el citado fantasma protagonizando la trama). Dime si estoy equivocado.
EliminarSolo algunas películas con temas irreales me han llegado a conmover, y te pondré un ejemplo: Milagro en Milán. Las que has nombrado no las recuerdo.
EliminarAh! sí, siempre me ha parecido que en esa película De Sica quiso acercarse a Frank Capra. Por cierto, Capra también se atrevió a echar mano de un "ángel" para sacar de apuros al protagonista de su película más famosa.
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