LA REINA CRISTINA DE SUECIA (Queen Christina)

(USA) MGM, 1933. 99 min. BN.

Pr: Walter Wanger y Rouben Mamoulian. G: S.N. Behrman, Salka Viertel, H.M.Harwood y (sin acreditar) Ben Hecht, Rouben Mamoulian y Claudine West, basado en una historia de Salka Viertel y Margaret P. Levino. Ft: William Daniels. Mt: Blanche Sewell. DA: Edgar G.Ulmer (sin acreditar), Alexander Toluboff y Edwin B. Willis. Vest: Adrian. Ms: Herbert Stothart. Dr: Rouben Mamoulian.

Int: Greta Garbo, John Gilbert, Ian Keith, Lewis Stone, Elizabeth Young, C. Aubrey Smith, Reginald Owen, Akim Tamiroff, Georges Renavent, David Torrence, Gustav Von Seyffertitz, Ferdinand Munier, Cora Sue Collins.










SINOPSIS:
A mediados del siglo XVII, Cristina, reina de Suecia, tiene verdaderos problemas con sus ministros y consejeros cuando se niega a aceptar una boda de estado con su primo el príncipe Carlos Gustavo, héroe adorado por el pueblo. En una de sus frecuentes escapadas de palacio –disfrazada de hombre– conoce al emisario español de Felipe IV que viaja desde su país con una propuesta de matrimonio de su monarca. Obligados a compartir habitación en una posada, Cristina acaba revelándole su condición de mujer pero le oculta su regia identidad y vivirá con él una loca noche de amor que marcará el futuro de ambos.








En la proa de su barco, la reina Cristina, aparentemente vaciada de emociones, deja que la brisa marina azote sus pensamientos mientras transporta el féretro de su amado Antonio.

En esta imagen del rodaje de QUEEN CHRISTINA podemos ver a Mamoulian atento a la actuación de sus dos protagonistas.

COMENTARIO:
En la filmografía de la Garbo abundan películas de discutible calidad, otras realmente buenas y algunas -tal vez tres o cuatro- obras maestras (MARGARITA GAUTIER, NINOTCHKA), pero si tuviéramos que elegir una como la mejor, sin duda nos quedaríamos con LA REINA CRISTINA DE SUECIA, única ocasión en que "la divina" fue dirigida por el poco estudiado y casi olvidado Rouben Mamoulian.

Al margen de anacronismos y falsedades históricas –que poco o nada importan– se nos cuenta una bellísima historia de amor a través de la inspirada, delicada y atmosférica puesta en escena de un maestro a cuyo talento se unía un espíritu innovador y una buena dosis de audacia en su deseo de transmitir al espectador sensaciones, emociones y pensamientos de sus personajes a través únicamente de la imagen (no olvidemos que Mamoulian fue el realizador en 1929 del seminal APLAUSO, primer film plenamente sonoro –un musical– que experimentaba con la imagen y el montaje para no limitarse a clavar la cámara delante de los actores fotogra­fiando parrafadas, o más tarde, en 1935, responsable también de la película LA FERIA DE LAS VANIDADES, pionera en la utilización dramática del color).

Con QUEEN CHRISTINA estamos hablando de cine “sensorial” y es obligado, en este sentido, referirnos a dos momentos de la película en verdad antológicos que han pasado a la Historia con todo merecimien­to: el primero, es la secuencia en que Cristina, tras su noche de amor con el embajador español en la posada, recorre la habita­ción silenciosa y lentamente palpando con sus manos los objetos, paredes, telas, y tratando de grabar en su memoria todo lo que en ella se encuentra, de retener para siempre aquellos momentos y aquel lugar. El segundo, es el plano final de la película que muestra a Cristina en la proa del barco que la lleva a ella y al cadáver de su amado rumbo a España, mientras la cámara se acerca lentamente hasta un primer plano sostenido del rostro "sin expresión" de la Garbo, sobre el que (y esto es lo que deseaba el director) nosotros escribimos el final de la película.

27 comentarios:

  1. He podido ver la película en dos ocasiones, ambas por la tele, claro, pero de esto hace muchos años y el personaje de la reina Cristina, maravilloso personaje anclado en mi memoria, a la Garbo le venía como anillo al dedo, y lo bordó con ese halo fascinante que desprendía su presencia en la pantalla.
    Un saludo.

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    1. Los anillos que la Garbo se ponía en los dedos, los moldeaba hasta hacerlos a su medida. Quiero decir que los personajes que llegaban a ella los asumía y desaparecían en su interior para volver a emerger como "lógicas" manifestaciones de sí misma. Los sublimaba, vamos.
      Un saludo.

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  2. Entusiasmado me apunto en la lista de los/las que piensan que “La reina Cristina” es la mejor película de La Divina, magnífica, sublime, al igual que su "partenaire". Ciertamente, la pareja Garbo-Gilbert desprende una química especial quizás por el hecho de que estuvieran envueltos en un romance años antes en la vida real.
    Efectivamente, los dos momentos que citas han pasado a la historia del cine y quedan grabados en la memoria del cinéfilo. También el vestuario y los decorados forman parte importante del acabado final de la película y de la atmósfera creada. Recuerdo, porque lo leí en su día, que no funcionó muy bien en taquilla en el momento de su estreno y es algo que ahora puede resultarnos difícil de comprender. Desde luego que para conocer a la Garbo, actriz por la que la cámara parecía sentir fascinación, esta es una de las mejores elecciones.
    Un saludo.

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    1. Esa "química" a la aludes creo que está más en la mente de los espectadores que en la pantalla. Me refiero a que todos sabían entonces, y ahora nosotros también, que Greta Garbo y John Gilbert vivieron un romance, clandestino primero y sonado después (saboteado por Louis B. Mayer), y que fue ella quien lo impuso en la película por compasiva lealtad hacia Gilbert. Sabido es que el actor estaba acabado cuando rodó QUEEN CHRISTINA a causa de su mala adaptación al sonoro, tanto en su estilo interpretativo como, según parece, por su timbre de voz. Aún así, la magia existe y la película es una fascinante e imperecedera obra maestra gracias al singular talento de Mamoulian y el "divino" magnetismo de la Garbo. Benditos sean.
      Un saludo.

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    2. Recomiendo el visionado en versión original de esta película para comprobar el "bulo" sobre la voz de Gilbert, una leyenda que se encargó de instigar Mayer (probablemente a causa de un "lío de faldas"), o al menos para apreciar como era y hacernos un juicio propio de esta anécdota parodiada en "Cantando bajo la lluvia", por ejemplo. Para mí, Gilbert está espléndido y ofrece una buena réplica a La Divina. La "magia" es una manifestación cuasi palpable cuando estamos con la pareja en la habitación y en lograr esa, como bien apuntas, experiencia sensorial el actor también juega un rol relevante. Aún así, y creo que esto es indiscutible, la película la lleva Garbo. Un saludo y sí, benditos sean ellos, Mamoulian y el Cine.

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  3. Qué clasicazo, Teo. Estupendo comentario apoyado por esa adorable selección de imágenes. Vi por última vez esta película cuando estaba en la Facultad, un lunes noche en el programa de Jose Luis Garci "Qué bello es el cine", y ahora vuelvo a tener unas ganas enormes de volver a sumergirme en ella.
    Un abrazo.

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    1. me alegra que esta apasionada entrada que he dedicado a LA REINA CRISTINA DE SUECIA haya reavivado en ti el deseo de revisar la inmarchitable película de Mamoulian. Si consigues verla pronto, ya me contarás.
      Mientras, un abrazo.

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  4. Tocas mi fibra sensible al hablar de "La reina Cristina de Suecia", uno de los filmes más emotivos y románticos del Hollywood clásico. Apoyándome en las seis magníficas películas que conozco de Mamoulian, ésta supone el mejor de sus trabajos, de esto no tengo duda. Y qué decir de la química entre la Garbo y el dicharachero Gilbert (creo que entonces eran amantes). En fin, poco que añadir a lo que expones en tu entrada.
    Saludos.

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    1. Sobre esa discutible "química" entre la Garbo y el pobre Gilbert creo que hablo algo en la respuesta a uno de las intervenciones aportadas a esta entrada. Por lo demás, estamos hermanados en la devoción hacia esta maravillosa joya que en su día (y desde entonces) nos ayudó a amar aún más el cine.
      Un saludo.

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  5. A mí esta película desde la primera vez que la vi me ha fascinado con esa historia de amor tan bien contada, con esos momentos mágicos que mencionáis, y aunque ya ha transcurrido mucho tiempo desde el último visionado, sus imágenes las tengo muy presentes. Pero por lo que alguien ha dicho en los comentarios, yo también soy de la opinión de que John Gilbert en algunos momentos resulta... no sé si atreverme a decir que ridículo con su aspecto y todos esos ademanes de puro cine mudo. En lo de su voz no entro porque la he visto siempre doblada. Pero repito: la película es maravillosa, hipnotizante...
    Saludos!

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    1. Esa impresión negativa en el público causada por el difícil acomodo de Gilbert a las nuevas reglas que imponía el sonido en las películas debió ser generalizada en la época porque el actor (y amante de la Garbo) apenas consiguió trabajar a partir del advenimiento del sonoro. Ciñéndonos a LA REINA CRISTINA, las críticas sobre él fueron demoledoras. Es posible que en algún caso interviniera la mano negra de Louis B. Mayer que se la tenía jurada.
      Un saludo.

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    2. Mi opinión es que John Gilbert en esta película tiene momentos de sobreactuación pero en conjunto está correcto, y en la que rodó a continuación, que fue su última película, la poco memorable “El capitán odia el mar”, no desentona e incluso diría que tenía buen timbre de voz (he podido verla en versión original), lo cual me reafirma en la teoría del complot de Louis B. Mayer para cargarse su carrera... y bien que lo consiguió.

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    3. Lástima. En cualquier caso, la correspondiente a Gilbert no fue la única muesca en los "revólveres" de Mayer.

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  6. Qué puedo decirte de una de mis pelis favoritas. “La Reina Cristina” hizo que me enamorará de la Garbo: yo era una niña de 9 años la noche que la emitieron por televisión y yo tenía que estar ya en la cama, pero junto a mi padre me quedé en el sofa viendo el comienzo y ahí es cuando se produjó el milagro o la magía; mi cerebro infantil algo debió captar y sé cual fue el momento, ese en que a Garbo la enfocán con el sombrero que la tapa la cara y de repente aparece su rostro... Ya no me quise ir a la cama y me quedé viendo la película, seguramente sin enterarme de lo que ocurría en el guión pero era ELLA, lo que me cautivó, su rostro de máscara bellisímo, su mirada, sus andares rápidos, su forma de mover las manos y esa expresión que nunca la abandonaba. Eso me pasó con Greta y desde entonces mi pasional veneración por ella siempre ha ido en aumento. A lo largo de los años he visto sus cintas varias veces y siempre me dejan como "drogada". Arte sublime.
    “La Reina Cristina” es una hermosa historia de amor, un film magistralmente realizado en un esplendoroso blanco y negro que convierte algunos planos en composiciones pictóricas. Ya para terminar, mis títulos preferidos de la Garbo serían, por supuesto el primero “Queen Christina” seguido de “Ninotchka” y “Susan Lenox”.
    Por cierto, las fotos que has subido para ilustrar tu post, fabulosas. Ahora mismo las copio y las guardo...
    Un abrazo.

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    1. Gracias por ese texto cargado de amor y fascinación hacia las películas de Greta Garbo. Por esa historia que se remonta a tu niñez, para "explicar" el momento mágico en que se estableció tu conexión con la divina sueca, además con la figura paterna condescendiente (con la hora de acostarte) junto a ti, en el sofá. Vamos, en un símil muy peliculero, imagino ese momento y ese escenario como en una producción Metro de la época dirigida por George Cukor.
      Como puedes imaginar, todo lo que dices de QUEEN CHRISTINA lo suscribo plenamente porque también es una de las películas de mi vida.
      Sí, elegí unas imágenes muy bonitas, la verdad. Sírvete tú misma. Respecto a la película SUSAN LENOX, puedo revisarla para actualizar mi juicio sobre ella que en su día no fue muy entusiasta. Pero, en fin, colocar ese título entre las tres mejores de la Garbo me anima a intentarlo. Lo cierto es que no se sabe muy bien quién la dirigió porque la comenzó King Vidor y por diferencias con la diva abandonó el rodaje y según tengo entendido se hizo cargo de ella Robert Z. Leonard, un aplicado esbirro de la Metro (que también hacía las funciones de productor de esa película). Luego, hubo sus más y sus menos con el mal rollo entre Gable y Garbo que le consideraba muy vulgar... cosas de aquellos rodajes! En cualquier caso, prefiero sustituirla por MARGARITA GAUTIER)
      Un abrazo.

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    2. Pues no sabía de ese mal rollo entre Greta Garbo y Gable y sabes lo que te digo? que la Garbo tenía razón, Gable según mi padre tenía cara de tendero de ultramarinos, jaja!.

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  7. Sí, sí, y también indagó mucho con el sonido. Al parecer fue el inventor del sonido estéreo.

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    1. Eso del estéreo lo ignoraba. Por cierto, en su comedia musical LA BELLA DE MOSCÚ (Silk Stockings) hay un número a cargo de Janis Paige que se titula precisamente "Stereophonic Sound". Y ya puestos, pronto le dedicaré un post a ese estupendo remake musicalizado de NINOTCHKA.
      Un saludo.

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    2. Estupenda película. Ahí me fijé por primera vez en el nombre de su director, hombre al que le debo también muchas horas felices (entre ellas, precisamente, esa versión musical de “Ninotchka” ante la que aún me quedo fascinada cada vez que Peter Lorre canta "Siberia"). Y hablando del otro título que mencionas en tu post, en “Aplauso” puso dos micros en la escena en que la madre cantaba y la hija rezaba y luego mezcló el sonido. ¡Un genio!

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    3. Uno de los grandes, sin dudarlo. Y entre los grandes, uno de los que más empujó el lenguaje cinematográfico hacia nuevas posibilidades expresivas.

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  8. Muy interesante película... pese a la Garbo.

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    1. Conociéndote, sonrío con resignación y te pido en nombre de los ortodoxos de la cinefilia que argumentes un pelín ese toque "destroyer" en tu breve comentario.

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    2. Jajaja, pues que me parece una actriz muy, pero que muy sobrevalorada. Es más, siempre me ha parecido una actriz horrorosa...

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    3. Vale, pero cuando nos referimos a las virtudes de Greta Garbo como actriz no podemos hacerlo con los mismos parámetros desde los que podríamos juzgar a Ingrid Bergman, Ingrid Thulin, Liv Ullmann, Bibi Andersson o Pernilla August (por no salirme de Suecia).

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  9. Cuando se rodó “La reina Cristina de Suecia” yo solo era una partícula de energía, un infinitesimal punto brillante vagando por el cosmos. Pasarían casi cuarenta años hasta convertirme en un destello de deseo en los ojos del que sería mi padre. Quiero decir que hoy películas como ésta pertenecen a una concepción del cine dificilmente apreciable por las nuevas sensibilidades que imperan y solo esa facción nostálgica de la cinefilia, de la que una servidora forma parte, podemos apreciar y emocionarnos ante esta cinta de Rouben Mamoulian, adorable representante de aquel lejano “Neverland” hollywoodense. Pesimista? pues supongo que sí, pero razones para serlo no me faltan... aunque solo sea ante opiniones como la que me precede.
    Un abrazo

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    1. Tu “pesimismo” es entendible, Inma, y lo que expones se sostiene sobre una base real por mucho que nos escueza a los de la “vieja guardia”. Pero no cabe lamentarse y sí asumir una realidad, la de la evolución que maca el paso del tiempo, los nuevos gustos y sensibilidades, los nuevos métodos y lenguajes que van modelando las formas de entender y sentir.
      Un abrazo.

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