LA TÍA TULA
(Esp) Eco Films/Surco Films, 1964. 109 min. BN.
Pr Ej: José López Moreno, Francisco Molero y Nino Quevedo Pr: Juan Miguel Lamet. G: José Miguel Hernán, Luis Sánchez Enciso, Manuel López Yubero y Miguel Picazo, basado en la novela de Miguel de Unamuno. Ft: Juan Julio Baena. Mt: Pedro del Rey. DA: Luis Argüello. Ms: Antonio Pérez Olea. Dr: Miguel Picazo.
Int: Aurora Bautista, Carlos Estrada, Irene Gutiérrez Caba, José Mª Prada, Lali Soldevila, Enriqueta Carballeira, Julia Delgado Caro, Chiro Bermejo, Lolita Cobo, Carlos Sánchez Jiménez, Montserrat Julió, Coral Pellicer, Margarita Calahorra.
SINOPSIS: A la muerte de su hermana Rosa, Tula, soltera y virgen, a punto de perder su juventud, se hace cargo de sus dos sobrinitos y de su cuñado Ramiro que irán a vivir a su casa. Ella cuida con esmero de los niños y lleva perfectamente las tareas de la casa. Pero la presencia de Ramiro bajo su mismo techo –por el hecho de ser un hombre– pronto creará tensiones y será motivo de algunos conflictos. Cuando él propone a Tula que se casen como medida más razonable para resolver la situación, ella se indigna reprochándole su actitud poco respetuosa para con la memoria de su difunta hermana. Una mañana Ramiro, febril, intenta abordar sexualmente a su cuñada, pero ella se lo impide con uñas y dientes. Calmadas las cosas, van a pasar todos unas cortas vacaciones estivales en el pueblo, donde se hospedan en casa del tío Pedro. Allí, el rechazado Ramiro tras una retozona tarde en el río con sus hijos y Juanita, la prima adolescente, por la noche cede al impulso de entrar en la habitación de la muchacha, a la que fuerza. De regreso a la ciudad, pasado algún tiempo, cuando intuímos que Tula tal vez esté dispuesta a sopesar la idea de aceptar a Ramiro, la noticia de que Juanita está embarazada trastoca dramaticamente los planes de todos. Ramiro habrá de casarse con la chica. El y sus hijos abandonan la casa de Tula para siempre y ella, que les ha acompañado a la estación, se despide en el andén. Mientras ve alejarse el tren, quedará definitivamente sola.
COMENTARIO: La llegada en 1962 de Manuel Fraga al Ministerio de Información y Turismo y el regreso de José Mª García Escudero a la Dirección General de Cinematografía y Teatro, creó nuevas expectativas con la puesta en práctica de medidas reformistas, tanto legislativas como ideológicas y económicas, que venían a estimular, clarificar y regular la atemorizada industria del cine español de aquellos momentos. En este contexto de tímida apertura surgieron las primeras obras de algunos titulados de la Escuela. Venían a inyectar savia nueva y –de paso– dotar al cine español de una renovada imagen, muy conveniente, por otro lado, para la engañosa política franquista deseosa en aquellos momentos de ofrecer a través de los festivales cinematográficos a los que acudían estas películas, una idea de aperturismo y modernidad. Aquella corriente fue conocida como “Nuevo Cine Español” y resultó sólo un espejismo que fue diluyéndose con cambios de administración y reglamentaciones.
LA TIA TULA es sin duda, junto a NUEVE CARTAS A BERTA y LA CAZA, una de las obras más importantes surgidas de aquella coyuntura. De narrativa clara y concisa, la cámara dibuja con encuadres de notable precisión la relación de Tula y Ramiro (lo único que al parecer le interesó a Picazo de la novela de Unamuno) fatalmente condicionada por las represiones de uno y otro en el asfixiante contexto de la vida en provincias, panorama perfectamente extrapolable a España entera. Tanto en el uso del plano fijo (genial resolución formal y dramática de la frustrada confesión de Tula con el sacerdote) como cuando se recurre –para no romper la tensión dramática– al plano-secuencia (el emocionante final en la estación, de complicadísima resolución), Picazo demostró en su primer largometraje un sorprendente dominio de la narrativa cinematográfica (sus imágenes rezuman verdad), capaz de una perfecta conjugación de sabiduría y delicadeza, pulso firme y objetividad, virtudes que uno sólo creía atribuibles a maestros consumados. Toda una lección, sí señor, que lamentablemente no se repitió en obras posteriores, de menor interés.
Para cerrar estas líneas, es de justicia destacar el trabajo de Aurora Bautista, una de las grandes trágicas de los años de Cifesa, felizmente rescatada para la ocasión y que consiguió de la mano de su director una matizadísima, formidable creación del complejo personaje de Tula, elogio extensible a sus compañeras de reparto Irene Gutiérrez Caba y Lali Soldevila (la memorable escena de la despedida de soltera).
Una maravilla de película y un análisis muy certero e interesante. Aquella España era terrorífica
ResponderEliminarEn ese dibujo de trazo fino de aquella España (de provincias) arcaica oprimida, aburrida y reprimida que efectúa Picazo quedan perfilados personajes y situaciones con una nitidez que en aquellos momentos solo pudimos ver en otra obra importante, NUEVE CARTAS A BERTA de Martín Patino.
EliminarExtraordinaria interpretación la de Aurora Bautista, una de nuestras actrices más grandes, así como el resto del reparto, Carlos Estrada, Jose Mª Prada, Laly Soldevilla o Enriqueta Carballeira. Cuando veo películas como esta, pienso que nada tienen que envidiar a las de Hollywood. En nuestro cine, habrá menor profusión de obras maestras; pero las que son, lo son con todo merecimiento. Además nos hablan de ambientes y situaciones que podemos reconocer facilmente. Gracias por recordarla.
ResponderEliminarEs curioso y también desalentador, comprobar el despreciativo desconocimiento que aún se tiene del cine español, sobre todo por parte de un público joven más proclive, hoy por hoy, al consumo de aparatosas fantasías digitales 3D made in USA.
EliminarDe acuerdo en que existen algunas razones objetivas para odiar cierto cine patrio, pero entre lo que parece basura, si uno se acerca con la dosis necesaria de interés, se pueden descubrir muchas perlas cultivadas. Por ello celebro que conozcas la película de Miguel Picazo y que compartas el entusiasmo que he tratado de reflejar en mi comentario.
Hola Teo.
ResponderEliminarEstoy contigo con el problema del público más joven. A cualquiera con menos de treinta años que le digas que vea una película en blanco y negro, con todos los respetos, te "manda a paseo". Y más si le dices "La tía Tula".
Para mí fue un asombroso descubrimiento y la considero una de las más grandes del cine español, una Obra Maestra.
Una pena lo de Aurora Bautista, salvo los años que indicas con Juan de Orduña, no tuvo una carrera de mucho éxito. La podríamos haber aprovechado mucho mejor.
Un saludo
De acuerdo, Noodles, creo que podríamos colocarla (yo lo haría) con toda justicia entre las cinco mejores películas del cine español de todos los tiempos.
EliminarEn cuanto a la carrera de la emblemática Aurora Bautista, es cierto que declinó al adentrarse en la década de los cincuenta porque el tipo de cine que ella protagonizó, aquellas melodramáticas elucubraciones historicistas, dejaron de funcionar en taquilla. No obstante, en esos años llegó a rodar algunos títulos importantes como el drama rural CONDENADOS (1953) de Manuel Mur Oti, LA GATA (1955), dirigida por Margarita Alexandre y Manuel Torrecilla, primera película española rodada en CinemaScope con técnicos norteamericanos de la Baus and Lomb como asesores, era un drama pasional que en cierta medida pretendía emular a DUELO AL SOL; también trabajó a las órdenes de Bardem en SONATAS (1957).
Tras LA TÍA TULA, sin embargo, no tuvo apenas trabajo y hubo de aceptar participar en oscuras producciones y hasta en dos spaghetti-westerns. Miguel Picazo volvió a contar con ella en EXTRAMUROS (1985).
Un saludo.
La descubrí en aquel programa que dirigía Garci que se llamaba, "Qué grande es el cine español" y desde el primer momento me cautivó, porque si bien cuando se estrenó la película en los cines yo era un niño de corta edad, sí podía reconocer el mundo reprimido en el que había crecido y en el conflicto de razonable futuro de pareja que se nos expone, la moral de la España franquista trunca la solución mas lógica para los problemas de dos seres que están condenados a unirse en cualquier escenario razonable.
ResponderEliminarNo he leído la novela de Unamuno pero seguro que es genial la adaptación que Miguel Picazo realiza del texto original al momento histórico en que transcurre la acción en el film.
Sin duda una de las grandes películas de la historia del cine español que hace poco pude adquirir en DVD, pero no estaba muy bien restaurada.
Saludos a Teo y a quienes visitáis el blog.
La España franquista que retrata la película, se centra en su versión más asfixiante y constreñida: la vida en provincias. Es decir, la cotidiana represión, la sujeción a unas reglas sociales estrictas, también religiosas, que criminalizaban cualquier atisbo de sinceridad y negaban toda intentona de oxigenación.
EliminarEfectivamente, es acuciante que Filmoteca Española, con su departamento de conservación y restauración, se ocupen de esta joya del cine español como ya han hecho con muchos otros títulos, y nos la devuelven en todo su esplendor.
Un saludo.
Nota: De hecho, la copia emitida por La 2 de RTVE tiene algunos minutos más que la versión estrenada en su día en las salas de cine.
Hola, Miriam. Con todo mi respeto hacia tus opiniones (que siempre me han parecido muy enriquecedoras), no me queda otra que expresar mi disconformidad con alguna de las vertidas en tu comentario sobre LA TÍA TULA. Creo que tu disconfomidad con ciertas secuencias de la película parte de una interpretación -quizá- errónea respecto a las intenciones del director a la hora de incluirlas. Por ejemplo, esa en que vemos a Ramiro deambular por las afueras de la ciudad en un lugar frecuentado por hombres y mujeres que a su manera tratan de paliar ese ambiente irrespirable, atenazados por el aburrimiento y la represión, tratando de canalizar algo tan natural como el impulso sexual y las ganas de divertirse. No se trata de contrastar lo que ocurre con sordina en la casa de Tula sino el mismo problema trasladado -sin eludir su grado de sordidez- a ese escenario del extrarradio.
ResponderEliminarTu segunda objeción se refiere a la escena del cementerio, filmada desde el punto de vista del niño, con esa mujer montando una escena cuando sale de la morgue tras -suponemos- haber contemplado el cuerpo de su marido (sus desconsolados gritos y lo que logramos entender sugieren que el hombre murió por suicidio) no es sinó un apunte más sobre aquel ambiente social triste y sofocante que creaba y al mismo tiempo escondía las pequeñas tragedias que generaba esa triste realidad que se vivía en la España que retrata la película.
Respecto a tus reservas sobre la descripción que se hace de Tula y Ramiro, creo que en ningún momento se toma partido por ninguno de los dos. El relato se limita a dibujarlos con gran precisión y riqueza de detalles (en especial a Tula por su complejidad) como víctimas inconscientes de esa “férrea educación represora” a la que aludes. Ramiro es un hombre machista (por descontado) y anodino, de pensamiento vulgar, y no está en su naturaleza tener un ápice de romanticismo. Vamos, que no le imagino diciendo a su cuñada “te amo” porque probablemente nunca se lo dijo a su difunta mujer.
Como nota a tener en cuenta, de las secuencias que se desarrollan en el pueblo faltan algunas partes que fueron eliminadas por la Censura de la época y que por lo visto no se han podido recuperar. Tal vez en ellas hubiéramos podido encontrar una más completa explicación de la imperdonable agresión de Ramiro a la pobre Juanita (qué grande también la composición de Enriqueta Carballeira) que, por otro lado, podemos “entender”, que no disculpar, como la consecuencia de su mente primaria y acumulada represión sexual tras ser enérgicamente rechazado en sus asaltos a Tula.
Un abrazo.
El comentario de Miriam desaparecido en su momento de manera involuntaria ha sido tardíamente recuperado. A continuación paso a reproducirlo para dotar de sentido a mi contestación.
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