NO HAGAN OLAS (Don't Make Waves)

(USA) MGM / Filmways / Reynard, 1967. 97 min. Color. Panavision.

Pr: Martin Ransohoff y John Calley. G: Ira Wallach, George Kirgo y Maurice Richlin, basado en la novela "Muscle Beach" de Ira Wallach. Ft: Philip Lathrop. Mt: Rita Roland y Thomas Stanford. DA: George W. Davis y Edward Carfagno. Vest: Donald Feld. Ms: Vic Mizzy. Dr: Alexander Mackendrick.

Int: Tony Curtis, Claudia Cardinale, Sharon Tate, Robert Webber, Joanna Barnes, David Draper, Mort Sahl, Edgar Bergen, Jim Backus, Dub Taylor, Ann Elder, Douglas Henderson.

Este es Carlo Cofield (Tony Curtis) un despreocupado trotamundos cuya única propiedad es un volkswagen escarabajo.
Ahora os presento a Laura Califatti (Claudia Cardinale) justo antes de tener un lamentable incidente automovilístico con el coche de Carlo.
...a raíz del cual, nuestro Carlo se queda sin su medio de transporte y viendo cómo sus escasas pertenencias arden casi con él.
La culpable Laura y el desafortunado Carlo contemplando su humeante ruina.
Pero parece ser, una vez más, que no hay mal que por bien no venga.
Carlo, un prodigio de intuición y adaptación a las circunstancias, capta con rapidez las nuevas posibilidades que se le brindan.
Laura y unos solícitos surferos.
Remanso en el rodaje y una exhibición de las dotes pictóricas de Tony Curtis sobre un lienzo móvil.
Esta guapa rubia es Malibú (Sharon Tate) y forma parte del grupo de surferos que animan la playa.
Una desestabilizadora sesión de cama elástica a cargo de  la cimbreante Malibú.
Y el "desestabilizado" es Carlo contemplando (a cámara lenta) las evoluciones de esa turbadora jovencita, aparentemente ajena al impacto que causa su espectacular anatomía en nuestro hombre.

SINOPSIS:
En Malibú, un trotamundos simpático y amoral pierde su coche y las escasas pertenencias durante un rocambolesco accidente con una italiana temperamental que resulta ser la amante de un alto ejecutivo. Este percance es aprovechado por nuestro despojado hombre para conseguir un puesto en la empresa de aquel. Nuevos personajes se entremezclarán, estableciendo una cadena de engaños en la que unos y otros se utilizan para la consecución de sus respectivos fines.

El musculoso albino que se dispone a recibir el cuerpo volante de Malibú es Harry Hollard (David Draper), su "novio", un fanático del gym. 
Esa noquearte visión de la fastuosa popa de Malibú es el plano subjetivo  del tipo que ella arrastra playa adentro. Se trata de un casi desvanecido Carlo que ha estado a punto de ahogarse en el mar.
El enorme atractivo de la chica tiene fascinado al salvado de las aguas.
Tras el necesario "boca a boca" para devolverle el aliento, nuestro hombre, tumbado sobre su regazo, cree estar en el Cielo.
Y no es para menos. Contemplémosla.
Inocente y algo infantilizada, Malibú pronto se entrega al pragmático Carlo que no deja pasar ninguna de las oportunidades que le brinda el azar. 
Sin embargo, tras el primer impacto de esa relación estrictamente carnal con Malibú, Carlo comienza a sentirse insatisfecho, sintiendo que le faltan otras cosas.
Pero vayamos por partes: Carlo a través de Laura ha conseguido un trabajo en la empresa de su amante Rod Prescott (Robert Webber). Y hele ahí teniendo que nadar y guardar la ropa con la inquisitiva esposa de Prescott (Joanna Barnes).
Pasado el calentón con Malibú, la contradictoria relación de Carlo con Laura vuelve a crear situaciones tensas y malentendidos.
Las cosas van complicándose, se descubren las mentiras y todo se sale de madre.
Como respuesta cenital al desbarajuste moral de unos personajes sin rumbo, una violenta tormenta viene a poner las cosas en su sitio, aunque para ello tenga que destruir la casa donde se han refugiado todos los implicados.

COMENTARIO:
Pese a estar resuelta en clave de comedia, la acidez y el desencanto son los protagonistas de esta menospreciada película. Aquí, los personajes, productos típicos de algo que se está descomponiendo, deshumanizados, mezquinos y absurdos, son comprendidos por Alexander Mackendrick pero ya no se les puede amar. No existe salvación posible para ninguno. En un momento dado, los mete a todos en una casa prefabricada y en medio de una tormenta la deja rodar por la ladera de una colina. Tal vez, enlodados y maltrechos, el instinto de conservación y el miedo a la soledad les empuje a creer en la necesidad de unir sus destinos, simulando amor. Esta fue la última película de su autor, un desencantado humanista injustamente relegado al olvido hasta su muerte. Tras algunos desmanes perpetrados en la postproducción a espaldas de Mackendrick y la nula repercusión en taquilla de esta -a pesar de todo- formidable falsa comedia de fondo aún más negro que el de SWEET SMELL OF SUCCESS, sin duda fueron factores que contribuyeron al definitivo retiro de su autor de los platós. En los años que le quedaron de vida se dedicó a la docencia.

14 comentarios:

  1. No me parece que sea un peliculón pero sí contiene mucha mala baba y una crítica feroz (como toda la obra de Mackendrick) a la sociedad, los intereses y el consumismo. Por cierto, si no habéis visto "El hombre vestido de blanco" os la recomiendo, es toda una declaración de intenciones.
    Por último, decir que "Chantaje en Broadway" se encuentra en mi top ten de películas favoritas. Burt Lancaster está colosal, a mi parecer es su mejor interpretación (y mira que las tiene buenas, cuando no excelentes).
    Abrazos!

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    1. Y de lo que dices se desprende (en la película queda claro) una mirada en verdad pesimista sobre el individuo en esa sociedad carente de moral. A mí me parece una gran película camuflada como comedia playera, aunque esto ya lo apuntaba en mi comentario de más arriba.
      En cuanto a SWEET SMELL OF SUCCESS (Chantaje en Broadway), por seguir hablando de miradas pesimistas, sin duda es una película muy "negra" con todos los atributos que acentúan ese aspecto. ¡Y vaya personajes! Se comportan todos como auténticas comadrejas. Estoy de acuerdo con tu apreciación del trabajo de Lancaster, pero Tony Curtis no se queda atrás. También merece una mención la siempre excelente Barbara Nichols incorporando (una vez más) un personaje patético, esa pobre Rita sin futuro empujada a la prostitución ocasional por las circunstancias y esa rata llamada Sidney Falco.
      Para no alargarme, de la estupenda EL HOMBRE VESTIDO DE BLANCO hablaremos en otra ocasión, si te parece.
      Un abrazo.

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  2. Particular retrato de una cierta sociedad vista, como apuntas, con desencanto.

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    1. En cierta medida, en algún momento (o siempre), todos formamos parte de esa "cierta sociedad" que tan lúcidamente supo describir Mackendrick en sus películas, incluso en aquellas -las comedias para la Ealing- de aspecto más inofensivo.

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  3. La vi hace años merced a un pase en una cadena autonómica, así que tengo que recurrir a mi memoria. Sin discutir ninguna de sus virtudes cabría añadir que ya entonces me pareció que el tiempo no había pasado a favor de este film. Dudo que las generaciones actuales capten el trasfondo contenido en las secuencias por mera cuestión de que ahora en materia cinematográfica se prefiere el ruido al contenido. Creo que los sentidos del espectador y su capacidad de penetración crítica empiezan a estar embotados.
    Quiero destacar, faltaría más, la sensualidad de Sharon Tate saltando en la cama elástica, como máximo exponente de un erotismo, digamos, gimnástico. Eso sí, sin que la presencia de una Claudia Cardinale en todo su esplendor, desmerezca lo mas mínimo.
    En definitiva, una gran película que lamentablemente parece no disfrutar de un reconocimiento general como sin duda ha sucedido en otros tantos casos.
    Saludos.

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    1. Esta película suscitó muy poca atención y pese a su atractivo reparto, en su día pasó casi desapercibida siendo tomada como una comedia playera de las muchas que se estrenaban en la década de los sesenta. Incluso temo que mi intentona en este blog de reivindicar sus virtudes tenga muy poca clientela. En esto quisiera equivocarme.
      Un saludo.

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  4. En efecto, esta comedia estuvo diseñada desde el cinismo y el más absoluto desencanto y por eso resulta despiadada con los personajes. Pero me reí muchísimo en algunas escenas como esa en que el personaje de Tony Curtis intenta desde una avioneta retransmitir en directo el salto de Sharon Tate sobre una piscina con oleaje en la fiesta de inauguración. Desternillante.

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    1. Divertida, sí, pero a Mackendrick le ponía enfermo tener que hablar de esta película. El rodaje de NO HAGAN OLAS partió de un malentendido entre el productor y él, hubo desavenencias y cambios y el resultado no fue el que deseaba. Aún así, la versión que conocemos conserva -creo- buena parte de lo que Mackendrick quería plasmar.

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    2. Sin necesidad de ser especialmente perspicaz, ahí está la película para confirmarlo. No obstante, hubiera sido maravilloso haber podido verla tal como la deseaba Mackendrick.
      Saludos veraniegos!

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  5. Tate es magnífica. Sus escenas iniciales son las mejores, cuando ayuda a Curtis a recuperarse del accidente de surf y luego salta en un trampolín.
    Me recuerda a Bo Derek una docena de años después en "10", tienen el mismo aspecto bronceado y rasgos faciales angulosos. Otra conexión entre esta película y "10" es la presencia de Webber, y en ambas sirve como factor de complicación. Dudley Moore asumió brillantemente el papel de Curtis en "10" y mostró lo que se podría haber hecho aquí, destacando su lujuria enloquecida y con una actitud más cómica y menos romántica que la del Curtis, a veces suave, a veces hiperactivo, siempre nervioso!, pero no le quito meritos .Una California de los 60 casi virgen. Una canción de los Byrds que acompaña el sol y me parece recomendable en estas noches de verano.Eran otros tiempos. Un abrazo Teo❤

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    1. En "10", Blake Edwards se ceba con ingenio y mala uva en la neurosis de un pobre (maduro y acomodado) diablo que corre deslumbrado tras el último tranvía hasta que la evidencia le convence de que solo se trataba de un espejismo, o de la versión más seductora del “fantasma de las navidades pasadas”. En efecto, algo parecido le sucede al Carlo Cofield (Curtis) de NO HAGAN OLAS cuando aparece ante sus ojos esa criatura llamada Malibú. Un shock que "despierta" bruscamente la adormecida líbido de esos dos hombres. Aunque el personaje de Curtis tiene menos problemas en resolverlo. Luego surge en ambas comedias la cuestión misógina: más allá del placer fisiológico que puedan ofrecer ese par de rubias tan espectaculares y deseables, según nos las dibujan no encontramos en ellas otros alicientes; digamos que -para consuelo de frustrados- están vacías por dentro. Bueno, qué se le va a hacer.
      Esto es solo anecdótico pues la película de Mackendrick encierra otros contenidos ya comentados.
      Un abrazo.

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  6. Si Teo , comparto lo que dices...pero no estamos desmembrando un clasico . Es un film para deleitarlo de otra manera que no sea hincar porque los tiempos no son actuales, se hicieron muchos films de este tipo de tematica, inclusive, si comparamos algunos con los protas : Doris Day y Rock Hudson en comedias que hoy quizas mas de uno diria una cosa u otra. No se , este film me recuerda al verano. Me encanta ver la estetica de todos los actores,no solo de Sharon. Pero bueno,como he dicho, es la mirada que puedo ofrecer. Y agrego que soy bastante retromaniaca, jaja.

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    1. Como le comentaba más arriba a J.L. Llamazares, esta película fue vendida y presentada como una comedia playera (en su superficie tenía todos los ingredientes) de las que entonces estaban de moda y que servían para surtir la programación de los autocines ("drive-in") de la época. Así pasó sin pena ni gloria y nadie se molestó en analizar su negro contenido. Ya ves, Virginia.

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  7. Siempre he admirado el cine de Alexander Mackendrick, hoy, lamentablemente olvidado, bueno, como casi todo el cine clásico incluyendo el silente. Subversivo, irónico y de refinado sentido del humor. Mackendrick, un director que se mantuvo al margen de la tradición liberal-humanista del cine británico, fue un gran creador infravalorado. Las contradicciones del cine de Mackendrick se vieron presagiadas por su propia biografía. Las tensiones propias de una identidad cultural dividida. Los aspectos más duros y dolorosos de sus últimas películas de aventuras (rodadas en Estados Unidos) se vieron difuminadas por el sentimentalismo con que suele rodear películas de niños. Pero nunca he estado de acuerdo con todo esto.
    Son maravillosas películas como "Whisky a gogó", "El hombre vestido de blanco", "El quinteto de la muerte", "Huida hacia el sur", "Chantaje en Broadway", su obra maestra, "Vientos en las velas", y la que usted ha reseñado brillantemente. Ay, cómo me gustaban las viejas películas (y me siguen gustando) de los Estudios Ealing. Ahí tenemos "Pasaporte para Pimlico", de Henry Cornelius, por poner solo un ejemplo.

    Cuando Mackendrick volvió a Estados Unidos para dirigir "No hagan olas", lo que sería su última película, igualmente masacrada por los críticos por su aparente falta de pretensiones, a pesar de tratarse de una conseguida y divertida sátira sobre la forma de vida y los códigos morales imperantes en la rica y sofisticada California. Mackendrick se sitúa deliberadamente en un terreno aparentemente más propicio para un Jerry Lewis, pero consigue momentos de gran comicidad que exigen una revaloración de sus anteriores películas. La indiferencia del público convirtió esta película en el canto del cisne de Mackendrick. Su reputación dentro de la industria de director puntilloso y perfeccionista tampoco ayudó a llevar a buen puerto proyectos como "María Estuardo" o "El rinoceronte de Ionesco", Una lástima.
    Un saludo

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