EL SUR
(Esp-Fr) Elías Querejeta / TVE / Chloë, 1983. 93 min. Color.
Pr: Elías Querejeta. Pr Ej: Jean-Pierre Fougez. G: Víctor Erice, basado en un relato de Adelaida García Morales. Ft: José Luis Alcaine. Mt: Pablo G. del Amo. DA: Antonio Belizón. Vest: Maiki Marín. Son: Bernardo Menz. Ms: Luis de Pablo y Clásicos populares. Dr: Víctor Erice.
Int: Omero Antonutti, Sonsoles Aranguren, Iciar Bollaín, Lola Cardona, Rafaela Aparicio, Aurore Clement, Francisco Merino, María Caro, José Vivó, Germaine Montero Voces: María Massip, José Luis Fernández “Pirri” y Jesús Nieto.
Agustín Arenas (Omero Antonutti) con su hija Estrella (Sonsoles Aranguren) de ocho años. La figura enigmática, silenciosa y solitaria del padre encierra un secreto pasado. En ese escenario aislado, Estrella no encuentra otros alicientes que su relación con el padre. En ese entorno aislante la niña Estrella percibe a su manera una nebulosa realidad. Apresurados retoques de última hora para ese gran día de Estrella, su Primera Comunión. Esta es Milagros (Rafaela Aparicio), amorosamente unida a esa familia, una anciana que derrama sabiduría, de esa que proporciona el terruño y la experiencia. Concentración y emoción en el rostro de Estrella. Un día de alegría en esa casa. Agustín y Julia (Lola Cardona), los padres de Estrella. En la pequeña fiesta que se celebra en casa tras la ceremonia en la iglesia, Agustín baila con su hija.
SINOPSIS: En la España de los años cincuenta, un matrimonio y su hija viven en una casa rústica de la meseta norte, llamada "La gaviota". La vida allí transcurre suavemente, mientras la niña observa fascinada la figura casi mágica del padre, hombre recto y taciturno, desplazado y solitario, emocionalmente raptado por el inexplorable pasado de un oscurecido, ignorado romance. Pérdida y amargura con raíces en un lejano sur que hubo de abandonar.
Estrella contempla extasiada ese objeto "mágico" que es el péndulo de su padre. Madre e hija en labores rutinarias: ovillar la madeja de lana. En la hacendosa Julia adivinamos una vida de renuncias y también una sombra de preocupación. La composición de esta bella imagen contiene reminiscencias dreyerianas. El tiempo ha transcurrido y Estrella ahora ya tiene quince años. Tristeza e interrogación en el rostro de esta adolescente. De nuevo, el péndulo de su padre. El absorto y vencido Agustín tiene una última charla con su hija.
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COMENTARIO: Las bellísimas y turbadoras imágenes de este enigmático film ejercen una atracción que no podemos esquivar y nos sumergen en el río mágico y neblinoso de la memoria, hasta llevarnos a ese lugar indefinido y metafórico en el que los sueños sufren el inexorable tránsito que conduce a la realidad. Cuando en la niña Estrella se produce el paso imperceptible pero súbito a la adolescencia, el misterio, los enigmas permanecen. Sin embargo, la magia ha desaparecido, y la figura del padre, desposeída del aura, no puede evitar perder a su hija en aquel último encuentro en el restaurante. Este hombre, desde su frustración vital, sumergido en una creciente tormenta interior, la ve alejarse hacia la prosaica realidad de un mundo tangible. Ya sin nada a qué asirse, buscará la muerte. Ahora Estrella, poseída por el recuerdo de lo irrecuperable, contempla el péndulo "mágico" con el que su padre encontraba agua y la enigmática, exigua herencia del contenido de la cajita, mientras finalmente se dispone a emprender un viaje al sur...
Nota: en el guión original existía una "segunda parte" que se desarrollaba en el sur, donde Estrella descubría aspectos ignorados del pasado de su padre. Pero diferencias de criterio con el productor Querejeta, obligaron a Erice a interrumpir la película cuando la protagonista se dispone a emprender el viaje a ese sur que da título al film. Nunca sabremos la obra resultante de haber podido ser filmada en su totalidad. En cualquier caso, tal como la conocemos, resulta una cautivadora obra maestra, de esas -muy pocas- a las que el paso del tiempo no ha causado mella, manteniendo intacto su poder de fascinación.
Siempre nos quedará la duda de cómo sería la película si se hubiese completado. Pero resulta difícil imaginarla mejor porque -estoy de acuerdo contigo- es una obra maestra.
ResponderEliminarSaludos.
Elías Querejeta fue un productor ejemplar, un hombre inteligente que tal vez intuyó que esa segunda parte que no permitió filmar podía desequilibrar la estructura de la película. De hecho, lo que según el guión ocurre una vez con Estrella en el sur era casi otra película, luz y color incluidos. Quién sabe cuál habría sido el resultado. Lo cierto es que, aparte de la frustración de Erice, somos nosotros, si nos entregamos a ese juego, quienes tenemos que "construir" lo que sucederá a partir del momento en que el coche que lleva a Estrella se aleja de "La gaviota".
EliminarUn saludo.
Fascinante.
ResponderEliminarAfirmativo!
EliminarUn ejemplo de que la forma puede ser tan buena, o más, que el fondo. Una pena lo de esa segunda parte, todos nos quedamos con ganas. Habrá que ver la nueva película de Erice, al final se ha quedado fuera de la carrera hacia los Óscar.
ResponderEliminarSaludos.
Resulta emocionante cuando fondo y forma, en coherencia, configuran un todo armónico y creativo, como es el caso de la película que nos ocupa.
EliminarAú no he tenido ocasión de ver CERRAR LOS OJOS pero al margen de su esperable calidad artística era previsible que para los académicos de Hollywood no fuera la candidata más adecuada.
Un saludo.
Preciosa película, que el simple hecho de mencionarla me emociona, pues tiene dentro de ella, un mundo paralelo y onírico que no solo nos invita a soñar si no que también nos está recordando pasajes de una infancia que bien podríamos identificarnos con ella. Personalmente me identifiqué mucho con Estrella (excelentes las niñas Sonsoles Aranguren e Icíar Bollaín), el idealismo hacía la figura del padre y la constancia en descubrir un pasado desconocido. Recuerdo la escena cuando Estrella va a al cine a ver la película de la actriz que tuvo algo con su padre, o cuando el día de su comunión baila un pasodoble con su padre (magnífico Omero Antonutti). Y por supuesto, una mención especial a la inolvidable Rafaela Aparicio haciendo uno de sus personajes más entrañables y Lola Cardona maravillosa en el papel de la madre. Me alegra mucho que se recuerde esta valiosa joya que todo el mundo debería de ver sí o sí.
ResponderEliminarLas películas de Erice son muy difíciles de describir, de explicar con palabras. Se resisten a ello. Las imágenes de EL SUR, su enigmática belleza y hondo contenido están ahí para que penetren en nosotros, para que nos empapen el alma y sentirlas.
EliminarComo bien dices, Mar, es una película hermosa por la que circula de manera subterránea un sugerido mundo que nuestra Estrella (en efecto, qué bien están las dos actrices que la interpretan) debe desentrañar... Pero la película se nos acaba antes.
Siempre me viene a la memoria esa secuencia cuya duración no supera los cinco minutos, en la que Milagros (uno de los personajes más entrañables de la historia del cine español, interpretado por la injustamente olvidada Rafaela Aparicio) le da su versión a Estrella sobre la guerra civil, el enfrentamiento entre el abuelo y su padre.
ResponderEliminarPelícula profunda y apasionante, por sincera y humana. Para muchos la guerra civil, desgraciadamente, no acabó en abril de 1939. Continuó: encarcelamientos, persecuciones, fusilamientos... son sucesos que hacen pensar que para los vencidos no terminó la guerra, vivían en un estado de guerra permanente. De hecho, en esta secuencia, cuando Estrella le pregunta a Milagros por la razón de la detención de su padre, ésta, en primer plano, le responde: "Porque sí, porque en la guerra los que ganan siempre hacen lo mismo".
Es cierto lo que dices en un comentario de que es difícil describir las películas de Erice, y creo yo porque este director es un poeta y la poesía no debe, o puede explicarse. En sus películas está todo lo que el cine puede dar. Víctor Erice, es más que ningún otro cineasta actual, el poeta de la imagen. Siempre ha tenido la preferencia por un cine que se demora en contemplar las cosas del mundo, en observar a los seres humanos enfrentados a su enigma; un cine caracterizado por la observación minuciosa, la paciencia y la atención a las pequeñas cosas. Crear, por ejemplo, a partir de un pintor que pinta un árbol en su jardín equivale a situarse en ese inesencial esencial del arte y alcanzar lo universal a través de lo más singular. Erice desarrolla una "política de la lentitud", que hoy por hoy es la mejor forma de oponerse a la acelerada sucesión de productos culturales y a las pseudoexigencias de un público que en teoría se muestra cada vez más impaciente. Su materia prima es el tiempo, al que no se debe forzar ni maltratar sino, por el contrario, abrazar humildemente sus sinuosidades, sus ritmos, éxtasis, bloqueos y aceleraciones, sin los cuales la obra no tendría ninguna posibilidad de alcanzar la larga duración del arte, superando las modas del consumo cultural. Inolvidable esal fusión del sol con el membrillero que equivale a un tiempo capturado; ese que te destruye después de haberte hecho inmortal un instante, el que te permite exhalar el mejor perfume un momento antes de que se inicie tu putrefacción.
Un fuerte abrazo.
En primer lugar, agradezco la participación en este blog con tu perceptivo comentario sobre el cine de Erice.
EliminarEn efecto, Rafaela Aparicio era una grandísima actriz, natural e intuitiva, sin artificios ni trucos de academia de arte dramático. Basta recordar sus trabajos en películas como EL EXTRAÑO VIAJE, ANA Y LOS LOBOS, MAMÁ CUMPLE CIEN AÑOS y EL SUR.
Si algo podemos recriminar a Víctor Erice es esa "política de la lentitud" que mencionas en tu comentario, pero fuera de la pantalla. Ojalá rodara una película por año (como solía hacer Woody Allen), o por lo menos una cada tres años (como Almodóvar). Pero no, nos tiene a pan y agua y es una pena que un artista de sus características sea tan poco prolífico. EL ESPÍRITU DE LA COLMENA, EL SUR y EL SOL DEL MEMBRILLO son tres obras maestras tan singulares, misteriosas y bellas que no dudo en colocarlas entre las mejores películas de la Historia del cine. ¿Exagero? Creo que no.
Un abrazo.
En absoluto, amigo. Esto del cine es bien complejo. Erice dirigió un cortometrje titulado “Alumbramiento”; otro poema filmado y la maravillosa “La Morte Rouge”, sobre su memoria respecto al cine. Yo incluso le recrimino que no publique nada. Fue también un excelente crítico cinematográfico. Erice no tiene suerte, quizá. En El sur no pudo acabarla como él quería, con una segunda parte rodada, precisamente, en el sur, con cita a Stevenson a ese maravilloso libro titulado Los mares del sur. Lo mismo le ocurrió con la novela de Juan Marsé “El embrujo de Shanghai”, empleó mucho tiempo en escribir el guión, que por cierto, se publicó en su momento y a mi juicio supera a la novela, pero un problema de última hora con el productor se deshizo por completo. Luego Trueba realizaría un bodrio como una catedral de grande. No sé, no tiene nada que ver con todo esto, pero siempre me acuerdo de Billy Wilder que no le dejaron realizar más películas cuando a este monstruo del celuloide todavía le quedaba mecha de la buena. Y ahora que Clint Eastwood ya cumplidos los noventa años goza del privilegio de seguir realizando películas, desaprovecha su talento dándonos suculentos pastelazos. En fin.
EliminarUn abrazo.
Cuando uno ha adquirido un décimo de Lotería, en el momento que el bombo está girando, se puede hablar de suerte. En el resultado de todo lo demás inciden otros factores y el caso de Víctor Erice está claro para mí: él, como otros creadores minuciosos y autoexigentes, nunca ha sabido adaptarse a las reglas del juego y ese juego se llama cine, es decir, se entra en el engranaje de un arte industrial y por tanto se ruedan películas para que las vea el público, la gente. Los artistas "en estado puro", los poetas, los que en su obra no arriesgan el dinero de los demás, pueden permitirse el lujo de crear para sí mismos y alargar los periodos de gestación hasta el infinito y más allá. Por eso, Erice a lo largo de más de medio siglo tiene una obra tan exigua y de ahí que nos haga pasar tanto hambre. El resto son media docena de cortos, un par de segmentos para largometrajes colectivos y algún trabajo experimental que casi nadie ha visto, salvo los que somos "afortunados" de residir en una gran ciudad con Filmoteca y otros accesos (LA MORTE ROUGE se ha editado en dvd).
EliminarSabemos el historial de Erice, sus desencuentros con la industria (Querejeta no era sospechoso de ser un mercader) y vamos, vamos, Víctor, ¡hasta Dreyer rodó más películas que tú! (por no hablar de Ozu, Mizoguchi o Fassbinder). Un poquito más de elasticidad y todos hubiéramos salido ganando. Ha vuelto con CERRAR LOS OJOS. Nosotros los tendremos bien abiertos.
Un abrazo.
Yo creo que Erice es el mejor cineasta vivo. Una cosa en la que pienso que coincidimos todos es que, como dices, a pesar de que no se rodó la segunda mitad del guion, "El sur" es una obra maestra. A ver "Cerrar los ojos", muchas ganas de catarla.
ResponderEliminarUn abrazo, Teo.
Más arriba, en mi respuesta a Ricard, elucubro sobre cómo habría afectado a la estructura narrativa de EL SUR, a su equilibrio mágico, si se hubiera rodado esa, llamémosla, segunda parte. Un misterio "ad infinitum".
EliminarUn abrazo.
Qué irreparable laguna valdía para el cine español (también mundial, por supuesto), que un director con el talento y la sensibilidad de Erice, se hastiara tan pronto de lidiar con los productores de nuestra deprimente industria. Una verdadera lástima. Nos quedan, al menos, esas tres maravillosas películas que todos conocemos, a la espera del estreno de su último largometraje, “Cerrar los ojos”, con el que ha retornado tres décadas después de “El sol del membrillo”.
ResponderEliminarUn saludo.
Sí, es una lástima que este extraño personaje haya desperdiciado su enorme (e incomparable) talento, embridado él mismo por unas exigencias que en ocasiones rayaban en lo maniático, incompatibles, en cualquier caso, con los cauces industriales. El resultado es una filmografía exigua que nos ha privado de un puñado de posibles obras que ya nunca existirán. Productores y realizador: ¡Imperdonable!
EliminarUn saludo.
Más vale una filmografía exigua, pero impecable, que haberse prodigado más de la cuenta. Se mire por donde se mire, Erice es uno de los grandes.
ResponderEliminarSaludos.
Eso es cierto. Pero ese nivel de autoexigencia o de intolerancia artística frente a los criterios de otros (en este caso, de producción) nos ha privado para siempre de algunas posibles películas de este autor. Sin ir más lejos, en 2001 Erice decidió renunciar a la realización de EL EMBRUJO DE SHANGHAI, basada en la novela de Juan Marsé, por diferencias insalvables con la película que él deseaba rodar y la que quería el productor Andrés Vicente Gómez (personaje al que detesto desde que también frustrara la terminación de AL OTRO LADO DEL VIENTO de Orson Welles). Al año siguiente sería Fernando Trueba quien a partir de un nuevo guión escrito por él rodara esa película con un cabreante resultado.
EliminarUn saludo.
Ayer me animé a verla y bien que hice, los recuerdos que mantenía del tiempo de su estreno desde que no he vuelto a verla no difieren demasiado de lo que pude experimentar en este nuevo visionado llegando prácticamente a las mismas conclusiones a pesar del tiempo transcurrido tanto en la vida como en mi.
ResponderEliminarY es que Víctor Erice nos transmite emociones que conectan fácilmente con nuestras propias emociones unas frustrantes otras dulcemente emotivas. En era mundo" pasodoble que bailan padre e hija en la celebración de la primera comunión de esta ha sido una obra que en todos los estudios de saxofón realizados durante años y me une al recuerdo de mi padre que también fue músico.
Una película muy especial de la que me temo que en 2023 no todo el mundo conecta con ella
Tú como amante y profundo conocedor de la música clásica, en algunas ocasiones habrás experimentado con determinadas obras una misteriosa y reveladora conexión, un éxtasis emocional. Entonces, como espectador de esta enigmática (más aún por estar inacabada) y embelesante película de Erice habrás podido sentir esa conmoción psíquica que provocan sus imágenes (y los sonidos) que van más allá de lo meramente narrativo para sumergirnos en lo subyacente de la historia que nos cuenta, la compleja y evolutiva relación de esa hija con su padre, un viaje iniciático de la niña Estrella que va de la percepción idealizada, casi mágica, que le trasmite su figura, a la tristeza de un desencanto, cuando alcanza la adolescencia y contempla a un hombre ensimismado, acabado, paralizado por un secreto pasado que no le ha permitido ser feliz. Cuando ella intenta desentrañar ese misterio ya es tarde para él.
EliminarEn fin, Juan, conociéndote, a estas alturas qué voy a decirte sobre EL SUR que no hayamos sentido (y hablado) en su día. Estamos ante una joya cinematográfica de insondable belleza, pura poesía visual, que entonces y ahora ha sido incomprendida por unos y admirada rendidamente por otros.