2001: UNA ODISEA DEL ESPACIO (2001: A Space Odyssey)
(USA-GB) MGM / S. Kubrick, 1966-68. 142 min. Color. Super Panavisión 70.
G: Stanley Kubrick y Arthur C. Clarke, basado en la historia “El centinela” de Arthur C. Clarke y “Génesis en África” de Rober Ardrey, además de otras fuentes. Ft: Geoffrey Unsworth y John Alcott. Mt: Ray Lovejoy. DP: Tony Masters, Harry Lange y Ernest Archer. EE: Stanley Kubrick, Douglas Trumbull, Wally Veevers, Con Pederson y Tom Howard. Ms: Aram Khatchaturian, Gÿorgy Ligeti, Johann & Richard Strauss. Pr y Dr: Stanley Kubrick.
Int: Keir Dullea, Gary Lockwood, William Sylvester, Daniel Richter, Leonard Rossiter, Margaret Tyzak, Robert Beatty, Douglas Rain (la voz de Hal 9000).
SINOPSIS: Hace millones de años una familia de simios descubre un extraño monolito que influirá en su futura evolución. Saltando en el tiempo, en el inicio del siglo XXI, un monolito similar (o el mismo) es descubierto en la Luna y más tarde será determinante en el destino final de una nave cuyo destino es Júpiter.
COMENTARIO: En la historia del cine existen films, muy pocos, que lograron sorprender, conmocionar, fascinar a toda una generación. Sin lugar a dudas, el que ahora comentamos ocupa un lugar destacado en ese Parnaso además de haber representado en su momento un paso de gigante tanto para la reconsideración de la ciencia-ficción como un género adulto, como en los avances tecnológicos y de expresión cinematográfica incorporados en su día por el inquieto y perfeccionista Kubrick.
Asombrosamente bella, magnética, enigmática y filosófica, la película y algunos de sus contenidos vienen a darnos, por decirlo de una manera simplista, una “explicación” científica de la existencia de Dios. O bien para otros, una alegoría del tutelaje cósmico que nos guía y conduce hacia la evolución (esa prodigiosa elipsis narrativa del hueso lanzado al aire por el australopiteco, convertido en una nave espacial surcando el espacio). Todo eso o algo así.
Aún hoy, casi sesenta años después de su estreno, continuamos intentando “comprender” su último significado (en 1969, Arthur C. Clarke dijo: “si alguien entiende la película por completo, hemos fracasado”). Probablemente estaríamos en el buen camino si consideramos 2001: UNA ODISEA DEL ESPACIO con toda su densa carga oculta como, precisamente, el simbólico, oscuro y dimensionalmente perfecto monolito, y a nosotros, los espectadores de entonces y aún los de ahora, los primates que nos acercamos a ese objeto incomprensible y misterioso y lo rozamos con miedo y veneración, empujándonos a seguir buscando, a ir más allá.