LOS HERMANOS KARAMAZOV (The Brothers Karamazov)
(USA) MGM / Avon Productions, 1957-58. 146 min. Color.
Pr: Pandro S. Berman. G: Richard Brooks, sobre una adaptación de Julius J. & Philip Epstein de la novela de Feodor Dostoyevski. Ft: John Alton. Mt: John Dunning. DA: William A. Horning y Paul Groesse. Vest: Walter Plunkett. Ms: Bronislau Kaper. Dr: Richard Brooks.
Int: Yul Brynner, Maria Schell, Claire Bloom, Lee J. Cobb, Richard Basehart, William Shatner, Albert Salmi, Judith Evelyn, David Opatoshu, Edgar Stehli, Harry Townes, Simon Oakland, Frank de Kova, Jay Adler, Mel Welles.
SINOPSIS: En la Rusia zarista de 1870, un lujurioso y bufonesco padre atormenta la vida de sus cuatro hijos (uno de ellos no reconocido), muy diferentes entre sí. Cuando un mal día el viejo aparece asesinado, las circunstancias acusan a uno de los hermanos por el hecho de haber tenido una violenta discusión con su progenitor, poco antes de su muerte, a causa de la herencia y de una mujer a la que ambos deseaban.
Imagen icónica de Yul Brynner (como Dmitri Karamazov) y de Maria Schell (como Grushenka). |
COMENTARIO: Las novelas de Dostoyevski, portentosas introspecciones en la complejidad psicológica del ser humano inmerso en las contradicciones y fuerzas contrapuestas de la sociedad en la que está inmerso (para el caso, la de la Rusia zarista), fueron siempre un material de base muy apetecible para el cine. Naturalmente, Hollywood -aquel Hollywood- acudió a sus páginas con frecuencia y pese a los cauces de un arte que también es industria, generalmente aquellos guionistas (con talento o por chiripa) supieron sintetizar muy bien los contenidos de sus novelas. Un par de ejemplos: CRIMEN Y CASTIGO (1935) de Josef Von Sternberg y EL GRAN PECADOR (1949) de Robert Siodmak, basada en "El jugador". Previsiblemente, no hubo tanto acierto con la traslación de otros escritores ilustres que se removieron en sus tumbas cuando "descubrieron" desde el Más Allá el resultado de ver convertidas sus novelas en pésimas películas.
Con las lógicas limitaciones e imposiciones que la conservadora Metro de la época impuso, un “maniatado” Richard Brooks aceptó el encargo de adaptar y poner en imágenes LOS HERMANOS KARAMAZOV, tarea que afrontó como un reto del que supo salir airoso (en principio, el realizador tenía la utópica pretensión de rodar la película en Rusia con actores de allí). El film, rodado integramente en estudio, posee una atmósfera densa, estilizada, con una utilización metafórica del color (rojos, púrpuras, azules, ocres), un impecable ritmo narrativo y unas memorables performances. En este apartado, el famoso “magnetismo animal” de Yul Brynner, suplió con creces sus limitaciones como actor; Lee J. Cobb, siempre propenso a la sobreactuación, fue sabiamente utilizado por el director-guionista para acentuar el lado ruín y apayasado de papá Karamazov; Maria Schell, recién salida de otra adaptación dostoievskiana (LAS NOCHES BLANCAS) a las órdenes de Visconti, compuso una ambigüa Grushenka, manejando con eficacia sus patentados tics (sonrisa dispuesta y ojos a punto de lágrima).
En suma, una película, probablemente muy alejada de la que Brooks quería hacer, pero a la que esas condiciones marcadas por la productora, de las que hablaba más arriba, sirvieron a la postre para dotarla de una extraña y fascinante belleza formal, tal vez alejada de la fidelidad y el realismo que en principio buscaba su director. Pero esa hubiera sido otra película.
A mí esta adaptación de "Los hermanos Karamazov" siempre me ha parecido un "digest" de la novela de Dostoiesky, como aquellos resúmenes que se hacían de grandes libros para públicos perezosos en aquella famosa publicación llamada así, "Reader's Digest".
ResponderEliminarSí es cierto, lo reconozco, que las imágenes de la película poseen una sugestiva belleza y que el rasurado Yul Brynner tenía una mirada que taladraba y supongo que el público femenino de entonces debía flipar con él. Y poca cosa más.
Saludos.
He aquí una cuestión eterna sin digerir: libro-película. Para no salirnos del "ámbito ruso", acojámonos a un ejemplo que rápidamente acude a mi mente y que sirve, en mi opinión, para rebatir ese argumento tuyo, Gonzalo.
EliminarEn 1956, King Vidor acometió la versión cinematográfica de GUERRA Y PAZ, de la que devino un hermoso, complejo, lírico film, espectacular también, que "resumía" los contenidos del novelón de Tolstoi. Diez años más tarde, el ruso Sergei Bondarchuk volvía sobre esa novela embarcándose en una mamotrética producción (según dicen, la más cara de la Historia) de casi siete horas de duración, divididas en cuatro partes. Pues bien, esa versión, muy cuidada, muy bonita, muy espectacular, era una mera ilustración, página por página, de la obra de Tolstoi. "Fiel" a tope sin saltarse ni una línea.
Eso para mí no es una adaptación. Podían haber cogido un ejemplar del libro y filmar directamente el texto de cada página... En fin, quiero decir que un libro es un libro y una película (basada en ese libro) es una cosa muy distinta como expresión artística y por tanto tiene otras reglas, otros mecanismos, otras necesidades. Su origen literario sólo constituiría un punto de arranque, sin dejar necesariamente de serle "fiel".
Un saludo.
Para algunos la obra cumbre de Dostoievski, una metáfora sobre el destino del mundo y de la humanidad, representado en la novela por las relaciones perversas que se establecen entre el padre y los hijos hasta que este es asesinado.
ResponderEliminarDesde luego, de las que yo conozco, es la más densa y que más temas abarca. Esta la leí muy joven y en aquella virginal etapa de mi vida me resultó una "experiencia" desasosegante y me empujó a seguir leyendo al ilustre moscovita. También he de confesar que lo hice espoleado por las versiones cinematográficas que en aquellos lejanos años iba descubriendo.
EliminarSé que no me lo váis a perdonar peroo la he visto. La que sí vi hace unos años es una checa titulada "The karamazovs", fue en el Festival de Sevilla y recuerdo que con muy buenas críticas pero no me entusiasmó, mayormente porque no llegué a entenderla bien. A los que habían leído la novela sí les gustó a buen seguro porque ellos tenían más referencias para "entrar" en la película.
ResponderEliminarAhora sí me han entrado unas tremendas ganas de meterle mano al libro, y por supuesto de ver esta versión de Richard Brooks que comentas aunque ahora estoy inmersa en la lectura de "Crimen y castigo". Luego haré una larga visita a la familia Karamazov.
Por cierto, los fotogramas que reproduces en tu post tienen muy buena pinta. Tal vez no era la película que hubiese querido Brooks, pero ya sabemos que lo imprevisto muchas veces sale bien.
Un saludo.
Desconozco esos Karamazovs checos que viste en el Festival de Sevilla pero apostaría a que eran mucho más ortodoxos que los de la Metro.
EliminarRichard Brooks estaba contratado por esa férrea productora y en su seno rodó varias películas, casi todas muy interesantes. Ignoro cómo un tío tan inteligente como ha demostrado ser, fue entonces tan poco realista pensando que sus jefes le iban a permitir rodar la película en la URSS (¡en 1958 y con actores rusos!). Se trataba de una producción de las consideradas "serias", de esas que daban prestigio a la marca del león, diseñada también para aprovechar el fuerte tirón en taquilla que en aquellos años tenía Yul Brynner. Aún con todas las condicionantes, le quedó una película con muchas más virtudes que defectos.
Un saludo.
Dostoievski en manos de Hollywood es como "La Traviata" en la voz de Andrea Bocelli: una grotesca caricaturización. Para saborear al genio ruso en el cine hay que acudir a realizadores como Kulidzhanov, Bresson (su "Pickpocket" no deja de ser una adaptación más o menos velada de "Crimen y Castigo") o Visconti. Lo demás son paparruchas.
ResponderEliminarUn saludo.
Bueno, bueno, señor Ricardo, no empuje usted que hay sitio para todos. Admito los juicios apasionados, en los que suelo caer con frecuencia cuando algo me gusta mucho, o lo contrario. Pero lo categórico y excluyente ya me gusta menos y procuro no practicarlo, salvo quizá cuando me cogen enfadado.
EliminarConozco esa (interesante) versión de CRIMEN Y CASTIGO de Lev Kulidzhanov, con momentos de impresionante fuerza, no lo niego, pero tan esclavizadamente fiel al libro que el realizador necesitó casi cuatro horas para describirnos todo el calvario interior de Raskolnikov y las demás subhistorias que lo aderezan. Pero, repito, el interés o calidad de un film no debe medirse necesariamente por su fidelidad en letra y espíritu a la fuente literaria que lo alimenta. Creo que ya apuntaba sobre esta cuestión en un comentario más arriba.
A nadie, que yo sepa, se le ha ocurrido cargarse LA DAMA DE SHANGHAI porque no fuera nada fiel a la novela del tal Sherwood King que la escribió. ¿Por qué aplicar un diferente rasero cuando en lugar de ese King, el escritor es Dostoievski o Kundera? Una película, es una película, y ocho de cada diez se basan en novelas. Resultaría fatigosísimo tener que aplicar esa plantilla a todas.
Diría que Dostoievski es uno de los escritores que más me ha afectado y más oscuridades ha iluminado en mi cerebro de simio. Por descontado, creo que es uno de los grandes genios de la literatura. Pero eso no convierte LOS HERMANOS KARAMAZOV de Richard Brooks en una "grotesca caricaturización" ni en una "paparrucha". Eso me parece cada vez que la veo. Supongo que es lo que tiene el cine, que uno ve lo que quiere ver, o lo que puede.
Un saludo.
No se me enfade usted, estimado Teo. Simplemente creo que Hollywood nunca captará la esencia de autores como Dostoievski, Chéjov o Tolstói, ya que es algo que ni vende ni resulta comercial. Por cierto, yo tampoco considero que una buena adaptación tenga que ser fiel a la letra de un libro, pero sí a su alma.
EliminarUn saludo.
Estoy de acuerdo con Ricardo, jamás se logrará captar la esencia de Dostoievski, Chéjov o Tolstoi. Es imposible y te lo digo con conocimiento de causa pues los he leído a conciencia. Besitos.
ResponderEliminarBueno, ahí queda mi postura y esa vehemente argumentación que parece irse por el desagüe ante vuestra rotundidad, la tuya y la de Ricardo. Sin acritud, un abrazo y volved por aquí.
EliminarEse Hollywood que el participante Ricardo Pérez, secundado por el “conocimiento de causa” literario de Emma S.L., utiliza como arma arrojadiza para desestabilizar el andamiaje del amigo Teo ¿qué Hollywood es? Me explico: un bosque contemplado desde un avión es sólo una gran mancha verde y hay que descender y recorrerlo para poder apreciar toda su variedad.
EliminarYo conozco varios Hollywoods, el de Erich von Stroheim, el de Ernst Lubitsch, el Josef von Sternberg, el de Orson Welles... y también conozco el de Edward Wood y el de Michael Bay, Roland Emmerich y Zack Snyder. Y existen otros dentro de esos. Un abrazo.
Agradezco ese repentino gesto tuyo sacando las uñas por el que suscribe. Pero, Flor de Santidad, no hay que tomarse estas diferencias conceptuales tan a pecho, pues son precisamente la sal de los blogs. Un abrazo.
EliminarHace ya algunos años que no he vuelto a ver esta peli pero tengo un bonito recuerdo de ella. Al ver los fotogramas que has puesto mi memoria se ha ido refrescando. Parece inevitable que en algunos casos vuelva a surgir el eterno dilema libro-película. Como dices más arriba el libro es el libro y la película la película, por qué hemos de compararlos? Hace poco hablaban sobre esto mismo en un programa de radio en el que interviene, entre otros, Garci.
ResponderEliminarUn beso.
Hola, Inma: pues sí, es una vieja, permanente, infructuosa e injusta polémica que las más de las veces puede oscilar de lo cansino a lo irritante, dependiendo del caso y de cómo se plantee. He añadido lo de "injusta" porque está claro que sólo afecta a las películas que osan partir de la adaptación de un escritor por encima del bien y del mal, o de los considerados "infilmables". Esas películas lo tienen crudo porque siempre serán juzgadas en función de la existencia de ese libro en el que se han apoyado. Nunca como obras estrictamente cinematográficas.
EliminarSi una película me parece espléndida (o pésima), el factor que menos cuenta para mí es la importancia del libro del que se ha servido el guionista para contruir la historia.
Un abrazo.
Diablos! Vaya tesis! Pero, antes de nada, me apresuro a decirte que estoy básicamente de acuerdo con la libre existencia de todas esas opciones y variantes que despliegas. No obstante, no nos pongamos tan serios. Por eso, estaría aún más de acuerdo contigo, Ca, si me aseguras que cuando escribías esas líneas mantenías una (imperceptible) sonrisa en los labios.
ResponderEliminarGracias por tu esforzada y aportativa intervención que supongo clausura esta polémica... hasta la próxima.
Un saludo.
Al margen de esos piques que os traéis de si son galgos o podencos y de quién llega primero, movidos por esta entrada. Mi asignatura pendiente con la película de Richard Brooks ha sido finalmente aprobada al conseguir agenciarme un antiguo dvd (sin demasiada calidad de imagen) y me ha gustado mucho. Aquellos directores como Brooks y muchos otros, sabían cómo llegar al público con historias interesantes (se basen en Dostoyevsky o Perico de los Palotes) muy bien contadas con imágenes poderosas que sintetizaban con eficacia los contenidos.
ResponderEliminarSaludos.
Con tu oportuna alusión a la fábula de Tomás de Iriarte, de una patada nos has devuelto a todos al patio del colegio. Pero, bueno, tienes razón en que lo importante, a fin de cuentas, es el cine, las películas, y ¡ole! por los que han sabido (y saben) hacerlas de manera que nos entretengan, nos hagan soñar, nos apasionen y nos sorprendan mientran nos descubren aspectos ignorados de nosotros mismos.
EliminarUn saludo.