CON FALDAS Y A LO LOCO (Some Like It Hot)

(USA) United Artists / Ashton-Mirisch, 1959. 122 min. BN.

G: Billy Wilder & I.A.L. Diamond, basado en la narración de R. Thoeren y M. Logan. Ft: Charles Lang Jr. Mt: Arthur P. Schmidt. DA: Ted Haworth. Vest: Orry-Kelly y Bert Henrikson. Ms: Adolph Deutsch. Can: Matty Malneck. Pr y Dr: Billy Wilder.

Int: Marilyn Monroe, Tony Curtis, Jack Lemmon, George Raft, Pat O'Brien, Joe E. Brown, Nehemiah Persoff, Joan Shawlee, George E. Stone, Dave Barry, Billy Gray, Mike Mazurki, Harry Wilson, Barbara Drew, Edward G. Robinson Jr., Marian Collier, Grace Lee Whitney, Beverly Wills, Joan Fields.













SINOPSIS:
En Chicago, a finales de la turbulenta década de los años veinte, un par de músicos sin trabajo son testigos accidentales en un garaje de la famosa matanza del día de San Valentín. Tratando de huir de los gangsters que quieren eliminarlos, se les ocurre disfrazarse de mujeres y ni cortos ni perezosos ingresan en una orquesta femenina de gira.













COMENTARIO:
Desbordando ampliamente la vallada parcela de la parodia, en este caso, del cine de gangsters, Wilder consiguió una de las comedias más rotundamente divertidas y trepidantes de la Historia del cine, igualando cuando no mejo­rando al maestro Lubitsch, evidente inspirador de los métodos wilderianos a la hora de dar expresión al humor en su vertiente más corrosiva. A este respecto, debo apuntar que el autor de NINOTCHKA, famoso por sus malévolas elipsis, no resultaba tan “audaz” y explícito tal vez por SU sentido de la elegancia o porque los límites impuestos por el Código Hays de su época no le permitían ir tan lejos como su alumno Wilder (que, no obstante, no pudo evitar ser “reprendido y castigado” por traspasarlos en BÉSAME, TONTO).

Como era de esperar en el tándem Wilder-Diamond, la película se beneficia de un guión de milimétrica medida y perfecta arqui­tectura con diálogos memorables (inigualables, diría yo), una cámara ágil siempre en su justo lugar y unas performances absolutamente geniales a cargo de Curtis y Lemmon, con la electrizante y seductora presencia de la Monroe (mejor comediante que nunca) dando pie a algunos de los mejores gags de la película (las “eyaculaciones” de la locomotora al paso por el andén de la cimbreante Sugar, la “erección” del pie de Joe mientras Sugar se empecina en estimularle sexualmente en el camarote del yate, el clavel en la boca de Osgood pasando a la de Jerry en un giro de tango, la réplica final en el plano que cierra la película). Estos y otros, son los pilares sobre los que se sostiene esta inagotable, revisitable obra maestra. 

18 comentarios:

  1. Considerada por muchos como la mejor comedia de todos los tiempos. Esto es algo que no se logra por las buenas, pues aún en el supuesto de que no lo sea, ya que en esto de los gustos todo es subjetivo, lo que está claro es que nadie la apea de entrar con seguridad en una lista reducida en la que estén las mejores y estamos hablando de un film con más de 60 años, cuya principal virtud es que te hace reír, con lo difícil que es para las nuevas generaciones entender el humor de antaño.

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    1. Entre quienes gustan de propuestas para establecer listas de "las diez mejores películas de...", a buen seguro que si el listado se refiere a comedias, aparecerá CON FALDAS Y A LO LOCO y probablemente tres o cuatro títulos más de Billy Wilder inscritos en este género. Y es que su humor -incluso en las más locas como la que ahora comentamos- es penetrante, imperecedero, inagotable, porque se basa y juega con la nítida caricatura de nuestras miserias (y esas píldoras con sabor a limón que nos hace tragar no caducan, pasen los años que pasen).

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  2. Maravillosa comedia. Curtis y Lemmon travestidos y apurados para salvar su vida son adelantados en el andén por el apresurado contoneo de Marilyn, ajustado traje negro y medias con costuras, para alcanzar su vagón (eyaculación de la locomotora a su paso, jajaja!), los trazos que definen a personajes secundarios, el ritmo de las peripecias y esos números musicales que no tienen desperdicio. En definitiva, un “todo” medido a la perfección.
    Me han entrado ganas de verla otra vez... lo sabía.
    Un saludo.

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    1. Efectivamente, esta película es una de esas pocas que contienen todos los ingredientes necesarios para que nos volvamos adictos a su visionado. Yo, si no la visito una vez al año, siento que me falta algo.
      Un abrazo.

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  3. Los ejemplos que citas son una buena muestra de la capacidad de Wilder para narrar en imágenes (aunque el final, no menos brillante, sea una idea de guión).

    Saludos.

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    1. Pero es que el brillante guión también es de Billy Wilder y de su compi Diamond (lo que ignoro es a cuál de los dos se le ocurrió la última réplica del millonario Osgood).
      Un saludo.

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  4. A mí, los guiones de Wilder en colaboración con Diamond me parecen perfectos y absolutamente geniales. No les sobra ni una coma ni les falta una sola palabra. Todo son detalles e inteligentes ocurrencias que hacen avanzar la trama entre carcajadas y haciéndome sentir más lista de lo que realmente soy. Y en esta película ¡qué partido saca de Tony Curtis y Jack Lemmon! En cambio, Marilyn Monroe, estando muy graciosa y dinámica, creo que estuvo muy mal fotografiada, como si el cámara hubiera tenido algo contra ella.
    Un abrazo.

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    1. Los guiones urdidos por ese binomio eran humanamente insuperables. Si a ello sumamos la precisión con que eran filmados por Wilder, el resultado es... su brillante filmografía desde 1957.
      Es curioso ese aspecto que apuntas sobre la forma de fotografiar a Marilyn porque ha traído a mi memoria una crítica (no recuerdo su autor) de la época inmediatamente posterior a su estreno en Madrid, allá por 1965. El crítico aquel se quejaba de lo mismo, de que había planos en que no se le hacía justicia a la belleza de la actriz. La verdad, puede que los dos tengáis algo de razón. Ella siempre daba mucho mejor en color.
      Un abrazo.

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  5. ¡Una delicia pasar por este espacio y encontrarme con estas peliculas chispeantes y maravillosas. En mi opinión, “Con faldas y a lo loco” sin duda superior a todas, de mi admirado Wilder y su colaborador I.A.L.Diamond ¡vaya pareja de guionistas con 'diamantes' en el cerebro! (y lo digo no solo por lo valioso, también por lo cortante).
    Esta comedia siempre la he colocado en lo más alto de mi lista, y como los amigos que te comentan, la habré visto docenas de veces y repetido sus frases otras tantas. Nunca les agradeceremos lo suficiente todo lo que nos han hecho disfrutar con estas formidables comedias.
    Completamente de acuerdo con lo de Curtis, aunque siento debilidad por Lemmon. El personaje de Osgood Fielding III (Joe E.Brown) me resulta grimosamente divertido como millonario "frescales". El baile que se marcan él y Jerry-Dapnhe es un no va más, y ese final... ¡insuperable!.
    De Marilyn Monroe todo está dicho, aquí como la "dulce" y seducible Sugar Kane, un icono. Maravillosa e impagable como cantante de esa orquesta femenina “Sweet Sue y sus muchachas sincopadas”.
    Un gusto muy refrescante tus crónicas sobre lo mejorcito de la comedia. Saludos veraniegos.

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    1. La verdad es que en estos momentos, o mejor dicho, en este mundo actual sin expectativas, prosaico y fuera de balance, en manos de especuladores desalmados y políticos sin conciencia ni imaginación, es un alivio poder "refugiarse" de vez en cuando en comedias tan inteligentes y divertidas como estas que comentamos.
      Ahora me vienen a la memoria lo que decían los propios Wilder y Diamond (por boca de James Cagney) en UNO, DOS, TRES: "Un mundo que ha sido capaz de crear el Taj Mahal, Shakespeare y la pasta de dientes, algo bueno ha de tener".
      Disfruta del verano. Un abrazo.

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  6. Sé que no digo nada nuevo diciendo que para mí "Con faldas y a lo loco" es la mejor comedia de la historia. ¡Pero es que es perfecta o a mí me lo parece! Pensando en aquel broche final del "Nadie es perfecto", Billy Wilder con esta película (ya no digo otras suyas) alcanzó la perfección absoluta.
    Si alguien me hubiera observado la primera vez que la ví, hace ya bastantes años, un sábado de madrugada, yo solita, mientras se emitía por televisión, me vería con cara de felicidad y gozo. Y tengo que reconocer que cuando llega la secuencia del baile entre un entregadísimo Jack Lemmon y un Joe E.Brown fantástico, ahí ya no sólo reía sino que terminé llorando -sí, lo digo bien- llorando pero de la risa incontenible.
    Ahora, que la he vuelto a ver infinidad de veces, sólo deseo hacerlo acompañada por mi gente. La primera vez que la vieron conmigo, yo ya no solo veía la película sino que me sentía con una satisfacción enorme de comprobar que mi chico y mi familia lo pasaban tan bien como yo. En fin, que "Con faldas y a lo loco" se ha transformado en una de esas películas que con el paso del tiempo me apetece ver en buena compañía, pues la felicidad aumenta cuando es mutua.
    Abrazos!

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    1. Precisamente el pasado viernes he recibido de unos blogueros un cuestionario, o mejor dicho, un test cinéfilo inspirado por Nicole Brenez (historiadora de cine, crítica y ensayista) que tendré que cumplimentar. Una de las preguntas reza: "Films que nos acompañan toda la vida". Sin lugar a dudas, esa casilla la rellenaré con cuatro o cinco títulos incluyendo el que ahora nos ocupa, naturalmente.
      Ya imagino la escena en la que te describes viendo por primera vez "CON FALDAS...". Para haberte filmado a ti también. Y sí, es muy bonito e íntimamente remunerador compartir con los seres queridos aquello que nos hace felices. Identificación total contigo.
      Un abrazo.

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  7. Luis Álvarez Amor17 de julio de 2024, 9:13

    —"A nosotros no nos importa que se maten los unos a los otros"—, me meo. Pero qué películas se preparaban el señor Wilder y su socio Diamond. Es que no se les escapaba un detalle.

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    1. Es lo que tiene conocer muy bien la naturaleza humana y tener el talento para establecer la distancia precisa y transformar esa sabiduría en humor.

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  8. Cuando era joven e inconsciente, antes de cumplir los veinte, a Marilyn Monroe, lo confieso ahora, no la valoraba con justicia como actriz. Me gustaba, por supuesto, pero entonces me conformaba con colocarla en el casillero de los mitos eróticos. Pero aquella etapa ya queda lejos y si algo bueno tiene envejecer es la adquisición de conocimiento y un adecuado pulimiento de nuestra sensibilidad. Y hasta aquí puedo leer. Hoy, cautivado por ella, considero a Marilyn como una de las mejores actrices de comedia, capaz también de estremecernos en clave dramática (algunos momentos de “Bus Stop” los encuentro sublimes, o su estremecedora composición en “Vidas rebeldes”).
    Sobre “Con faldas y a lo loco”, naturalmente estoy de acuerdo con la mayoría de los comentarios aquí vertidos. También considero que la de Wilder sea una de las mejores comedias rodadas en estos últimos ochenta años. Y mira que hay donde elegir, aparte de Lubitsch y Sturges, el propio Wilder, Hawks, Donen...
    Saludos!

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    1. Todos tenemos derecho a evolucionar y algunos lo hemos hecho (o intentado) y por eso entiendo muy acertado todo lo que dices, Gonzalo. Yo, sobre nuestra Marilyn no soy capaz de hablar con un mínimo de distancia. Lo intento pero creo que no lo consigo. A mí siempre me gustó mucho cómo lograba engullir sus personajes disolviéndolos en el interior de su ser. El resultado se me antojaba siempre purificador, aún cuando encarnara a mujeres tan "temibles" como la Lorelei Lee de LOS CABALLEROS LAS PREFIEREN RUBIAS o la carnal esposa insatisfecha de NIAGARA.
      Un abrazo.

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  9. El blanco y negro está casi proscrito en las cadenas de televisión pero en su momento me aseguré de tenerla en casa y eso me ha permitido ver esta imprescindible película muchas veces, y si lo hago con invitados, mejor, la disfrutamos más. No creo ser nada original al afirmar que es una de las mejores comedias de todos los tiempos. Marilyn está maravillosa, como era ella, y quiero puntualizar que para mí Tony Curtis hizo una de sus interpretaciones más sobresalientes, incluso diría que por encima de Jack Lemmon. Y mira que me gusta Lemmon.
    Un abrazo.

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    1. Es improbable que alguien te lleve la contraria. Suscribo plenamente los puntos que destacas de esta película. Esa “puntualización” sobre tu preferencia por la composición de Curtis, te diré que siempre me pareció el mejor actor de comedia que dio el cine, después de Cary Grant, claro (con el que por cierto compartió protagonismo en la desopilante OPERACIÓN PACÍFICO (Operation Petticoat, 1959) de Blake Edwards).
      Un abrazo.

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