EL CARDENAL (The Cardinal)
(USA) Columbia / Gamma / Otto Preminger Films, 1963. 176 min. Color. Panavision 70.
G: Robert Dozier, basado en la novela de Henry Morton Robinson. Ft: Leon Shamroy. Mt: Louis Loeffler. DP: Lyle R. Wheeler. Vest: Donald Brooks. Ms: Jerome Moross. Títulos: Saul Bass. Pr y Dr: Otto Preminger.
Int: Tom Tryon, Carol Lynley, Dorothy Gish, Maggie McNamara, Bill Hayes, Cecil Kellaway, John Saxon, Romy Schneider, John Huston, Burgess Meredith, Jill Haworth, Raf Vallone, Tullio Carminati, Ossie Davis, David Opatoshu, Cameron Prudhomme, Robert Morse, Chill Wills, Arthur Hunnicutt, Patrick O'Neal, Murray Hamilton, Peter Weck, Josef Meinrad, Wolfgang Preiss, Doro Merande, Loring Smith.
SINOPSIS: Veinte años en la vida de un sacerdote norteamericano que llegará a alcanzar la púrpura cardenalicia y cuya andadura se inicia en Boston en 1917, llevándole en lo sucesivo a Roma como secretario de un influyente cardenal, al sur de Estados Unidos para defender a un cura negro frente al Ku Klux Klan, y a Viena para enamorarse y sufrir los rigores del ascendiente nazismo.
Han pasado los años y de regreso al seno de la Iglesia, Fermoyle (Tom Tryon) alcanzará la púrpura cardenalicia. |
COMENTARIO: Tras la seca precisión de ANATOMÍA DE UN ASESINATO, formidable cierre de una larga y brillante etapa inaugurada con LAURA, Preminger iniciaría un periodo de grandes superproducciones con ÉXODO, una apabullante muestra de inteligencia narrativa al servicio de un sionismo rampante. Luego, en TEMPESTAD SOBRE WASHINGTON, una de sus mejores obras, conseguía “iluminar” con cierta dosis de didactismo los más oscuros recovecos del Senado de los Estados Unidos para concluir declarando su fe en los mecanismos de la democracia. A continuación se adentraba en otra institución, la Iglesia Católica, con EL CARDENAL, un ambicioso film-río, el que ahora nos ocupa, que toma como pretexto la carrera, lances y vicisitudes del personaje central, ese cura preconciliar, a lo largo de un dilatado periodo de tiempo, articulando así una divulgación historicista a resultas de la cual obtenemos todo un catálogo de "grandes temas" (racismo y Ku Klux Klan, ascensión y apogeo del III Reich, el pacto de la iglesia con Hitler, disyuntivas religioso-morales cuando Fermoyle decide la muerte de su “descarriada” hermana en beneficio del no nato) muy del gusto de Preminger que él enlaza y conjuga con astucia a partir de un robusto, incisivo y ¿por qué no reconocerlo? algo deshonesto guión pese a una arquitectura de perfecto ensamblaje.
EL CARDENAL es uno de los últimos ejemplos de la grandeza (con trampas) del autor de EL HOMBRE DEL BRAZO DE ORO, cuya sobresaliente puesta en escena alterna una cierta ampulosidad descriptiva, por lo demás perfectamente adecuada en este tipo de películas (los movimientos de cámara de Preminger en ocasiones son deslumbrantes en su contundencia dramática), con momentos de la más efectiva economía expresiva (a este respecto, cabe destacar la extraordinaria secuencia sin diálogo, resuelta en dos planos, de la "renuncia" en Viena del padre Fermoyle a la vida secular y al amor de Anne-Marie que le contempla a través de la cristalera del café donde estaban citados). Uno de los mejores momentos del film.
Como es habitual, tratándose de una película del cineasta vienés, hay que referirse a una soberbia dirección de actores que nos brinda algunas memorables composiciones dentro del extenso elenco del film, destacando Romy Schneider, de la que supo extraer una matizada y, por momentos, estremecedora composición.
Ya lo apuntas tú en el comentario y es verdad, "El cardenal" es como una película-catálogo. En ella, el director acumuló unas cuantas temáticas con gancho y fuerza apoyado también, supongo yo, por la pertinencia que daba el sacarlas en aquellos momentos, cuando se rodó la película hace más de sesenta años. Es una película muy hábil y he de confesar que las dos veces que la he visto, muy separadas en el tiempo, me pareció y me sigue pareciendo lo que algunos llaman "un peliculón".
ResponderEliminarUn saludo.
Una de las características que han distinguido el cine de Preminger a partir de los años cincuenta era ese (loable) empeño en forzar los límites permitidos en cada momento y desplazarlos lo suficiente hasta conseguir el espacio necesario para desarrollar sus temas sin cortapisas. Hay muchos ejemplos, pero ahí van tres muy claros: THE MOON IS BLUE (1953), EL HOMBRE DEL BRAZO DE ORO (1956) y ANATOMÍA DE UN ASESINATO (1958).
EliminarUn saludo.
Es de esas peliculas que te enganchan y que recuerdas por esas escenas que mencionas aunque en otros momentos llegue a resultar un poco excesiva. Un ejemplo de cine con vocación de pasar a la Historia aunque en este caso no lo consiguiera del todo.
ResponderEliminarMe interesaron igualmente, quizás un poco más, “Tempestad sobre Washington” y “Anatomia de un asesinato”. Y también “Exodo” a pesar de su extendido metraje y el tufillo sionista que desprende.
Saludos.
Quizá uno de los "pecados" de EL CARDENAL sea que para atender a todos los temas abarcados en el desarrollo de la dilatada trama, los personajes (no todos) desaparecen como tales devorados por las instituciones que representan o por sus signos. Pero hay que reconocer que Preminger era muy listo y lo hacía muy bien integrando el discurso en guiones muy sólidos que trabajaban sin máscara lo popular revestido de cultura.
EliminarDe acuerdo en que ANATOMÍA DE UN ASESINATO y TEMPESTAD SOBRE WASHINGTON son dos de sus mejores obras. En cuanto a esa referencia a EXODO, ya exponía en mi comentario para el post dedicado a la película en este blog (pinchar en “Otto Preminger”), que esa era la principal pega que le ponía al film cuyo sesgo sionista es algo más que un “tufillo”.
Un saludo.
Hace bastante tiempo que no veo esta película y algunos pasajes se me han desdibujado casi por completo. Pero esa secuencia que señala Teo en su comentario permanece grabada en mi memoria. Esa en que Romy Schneider espera a Tom Tryon en la cafetería de Viena y le ve venir con el alzacuello y eso es suficiente para que ella comprenda su decisión, una decisión que la deja fuera. Ese momento es maravilloso, me emocionó. Me gustaría mucho volver a verla, a ver si lo consigo.
ResponderEliminarUn abrazo.
No creo que te resulte difícil localizarla y así tengas una oportunidad de revisarla. Pero no te preocupes porque tendrás nuevas oportunidades vía televisión. Eso sí, deberás aprender a presentarse a tiempo.
EliminarEsa escena que señalamos tú y yo es sin duda una de las mejores de la película en su brevedad y resolución formal. Y sí, también una de las más emocionantes. Aunque el momento de EL CARDENAL que en su día causó más impacto en los espectadores era ese en el hospital donde el cura protagonista debe decidir entre salvar la vida a su hermana a punto de dar a luz, o a la criatura que viene al mundo. En verdad terrible.
Un abrazo.
Fíjate que nunca me ha llamado la atención esta película con todo lo que me gusta Otto Preminger, pero quizás los prejuicios temáticos tengan la culpa. Vamos, algo parecido me sucedió con "La canción de Bernadette" que tras revisarla hace poco me pareció una maravilla. Con lo que acabo de leer en este post me habéis estimulado para la búsqueda de ese "cardenal".
ResponderEliminarAbrazos.
Dentro de ese subgénero cinematográfico de "películas con sacerdote" (en el cine español existen ejemplos delirantes) esta que comentamos es probablemente una de las más interesantes y de más ambicioso espectro temático (ya sabes cómo se las gastaba Preminger y hasta dónde le gustaba llegar con los temas elegidos). Mi consejo es que la veas cuanto antes pues su desconocimiento representaría una laguna inexcusable en la vida de un cinéfilo.
EliminarUn abrazo.
Emma S.L.19 octubre, 2012
ResponderEliminarHola Teo, como siempre te soy sincera: en su día empecé a ver El Cardenal y no pude acabarla. Ahora ya ni me acuerdo porqué, pero supongo que no me engancharía lo suficiente cuando no insistí en su visionado; creo recordar que se me hizo densa, algo en su historia no me enganchó o sencillamente tendría sueño... vete tú a saber. Lo único que me atrajo era " el morbillo" del cardenal que se enamoraba de Romy.
Hay pelis de Preminger que siempre me han gustado: Laura, Anatomía de un asesinato, Tempestad sobre Washington y El factor humano serían las que más. Y otras que he llegado a detestar como son Éxodo y Desafío al mundo (Rosebud). Por todo ello, siento no poder arrojar nada sobre El Cardenal, pero aunque no esté en condiciones de hacerlo, siempre me gusta comentarte.
Cambiando de tercio, como te conté hace tiempo ya estoy “preparada” para ver la última película que rodó Dreyer, Gertrud, y lo haré este fin de semana si me dejan en paz y permiten que me meta en mi burbuja, en mi " habitación propia " que diría Virginia Woolf.
Un abrazo.
Se agradece tu sinceridad aunque eso no excluye mi decepción por ese escaso interés tuyo hacia la película de marras. Sospecho que si el sacerdote Fermoyle lo hubiera interpretado Monty Clift hubieras digerido las casi tres horas de EL CARDENAL sin rechistar. Bromas aparte, creo que Preminger tiene el suficiente crédito entre los cinéfilos como para que le des una oportunidad a su "cardenal" si se te presenta la ocasión de revisarlo, no? Piensa que es como LO QUE EL VIENTO SE LLEVÓ pero con mitras, sotanas y dardos a la Iglesia.
EliminarBueno, veamos qué te parece esa sublime GERTRUD del maestro Dreyer, ahora que ya has conseguido una copia. Miedo me das.
Un abrazo.